La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, bebe agua durante un acto.

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, bebe agua durante un actoJorge Gil / Europa Press

El perfil bajo de Diana Morant en su primer mes como líder del PSPV: del dedazo de Sánchez al caso Koldo

La ministra de Ciencia inició su nueva etapa patrocinada por su jefe de filas, pero el batacazo en Galicia y lo relacionado con Ábalos han derivado en que su impostada actividad en la Comunidad vuelva a reducirse

Este jueves tendría que ser un día de alegría para la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, puesto que se cumple un mes desde que fue designada por expreso deseo de Ferraz y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como nueva secretaria general del PSPV-PSOE. Esa nominación tan forzada como impuesta no es baladí, ya que, además de promocionarle internamente, la exalcaldesa de Gandía será quien le dispute en 2027 la presidencia de la Generalitat al 'popular' Carlos Mazón.
En términos de autoridad e imagen interna, la sucesora de Ximo Puig comenzó notablemente bien. Tuvo que aceptar que sus dos rivales en las primarias, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, secretarios provinciales de Valencia y Alicante respectivamente, se integraran en la futura estructura orgánica, pero el objetivo estaba cumplido.
Los primeros días al frente de la federación fueron de una repentina actividad frenética para la integrante del Consejo de Ministros. Tal fue así, que en su particular gira celebrando el debut fue capaz de capaz de incrementar su nivel de actos tanto institucionales como de partido en la Comunidad, un aspecto que a todas luces contrastaba con la escasa actividad en la región que tuvo hasta que Sánchez la situó en las quinielas para el puesto que ha logrado.

El plan de Sánchez, truncado

La primera piedra en el camino para Morant no tardó en llegar. Es más, lleva tres en apenas 30 días. Fue cuando puso en marcha la maquinaria propagandística para erigirse como alternativa a Mazón. Que su día a día lo pase en Madrid, que no sea diputada en las Cortes y que, por consecuencia, no pueda ejercer cara a cara el rol de jefa de la oposición ante el mandatario valenciano le han restado no pocos puntos en su plan trazado en comunión con Ferraz.
Prácticamente a la par, y mientras la titular de Ciencia defendía a capa y espada las políticas llevadas a cabo por Sánchez y el Ejecutivo del que forma parte desde julio de 2021, la dirigente del PSPV-PSOE en ningún momento supo hacer frente a las acusaciones que por parte de Mazón y otros miembros del PP del Consell le lanzaban sobré cuál fue, está siendo y será su papel a la hora de reivindicar en el seno del Gobierno ámbitos claves autonómicos como el agua, las infraestructuras o la reforma del modelo de financiación.
Diana Morant, y José Luis Ábalos, tras registrar la candidatura del PSPV-PSOE pro Valencia al 23-J

Diana Morant, y José Luis Ábalos, tras registrar la candidatura del PSPV-PSOE pro Valencia al 23-JEuropa Press / Rober Solsona

Aun con todo, la última quincena para la ministra está siendo, como en el seno de Moncloa, para olvidar. El 18 de febrero supuso un duro revés para su jefe de filas y todo el proyecto social y político que representa. Mayoría absoluta 'popular', catástrofe socialista y distancia mayúscula con el BNG. Pero lo peor estaba por llegar y lo hizo bajo el nombre de Koldo García, que pronto derivó en el caso Ábalos o caso PSOE.
«No tengo una especial relación estrecha con Ábalos», dijo hace escasos días una visiblemente incómoda Morant que aseguró que desde que ella entró en política en 2011 como mucho habrá tenido «cinco o seis conversaciones» con el ahora denostado parlamentario del Grupo Mixto. En cambio, la realidad deja en mal lugar a la exregidora de Gandía a nivel de fotografía y en lo estrictamente político.
Y es que Morant lideró la candidatura que el PSOE presentó a las elecciones generales del pasado 23 de julio al Congreso de los Diputados, una lista en la que el nombre de José Luis Ábalos Meco no estaba muy lejos del suyo. Era su número dos. Junto a otros miembros de la papeleta, ambos presentaron orgullosamente esos nombres ante la Junta Electoral de Zona. La relación entre los dos era, pues, incuestionable, con no pocos gestos de complicidad por compartir un proyecto en común.
Por si no fuera suficiente, el PP publicó en sus redes sociales un vídeo en el que se puede comprobar que la relación Ábalos-Morant dista mucho de haberse forjado entre encuentros esporádicos, imprevistos y entre despistados. El título del clip tampoco dejaba lugar a dudas sobre la opinión de los autores: «MENTIROSA».
La baza sobre la que la ministra tendrá ahora que justificarse es que vaya a nombrar presidente del PSPV-PSOE a Soler, una de las personas más cercanas al extitular de Transportes y que le animó a plantar cara a Ferraz y a la propia Morant. Quizás las Fallas le puedan dar una cierta tregua, pero lo cierto es que tiene una prueba de fuego el 9 de junio con elecciones europeas y en las que debutará en la urnas en unos comicios como líder de su partido en lo regional. Una tarea nada fácil.
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