Los mejores pueblos del interior de Alicante para visitar más allá del turismo de sol y playa

La provincia es reconocida mundialmente por sus playas bañadas por el sol y su vibrante vida costera. Sin embargo, además de la arena y el mar, se despliega un territorio rico en naturaleza, cultura y gastronomía que invita a ser explorado.

Parque natural de la Font Roja de Alcoy

Alcoy, conocida como la ciudad de los puentes, combina su herencia industrial con una impresionante riqueza natural. Su casco histórico destaca por su arquitectura modernista y su famoso puente de San Jorge. Además, es la puerta de entrada al Parque Natural de la Font Roja, un entorno privilegiado para el senderismo y la observación de la flora y fauna autóctonas. Alcoy también es célebre por sus fiestas de Moros y Cristianos, una de las más espectaculares de España.

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Núcleo urbano de Castalla

Castalla, situada en la comarca del Alcoyano, es famosa por su imponente castillo, que domina la ciudad desde lo alto de una colina. Su casco antiguo conserva el encanto de antaño con calles estrechas y plazas pintorescas. La gastronomía es otro de sus atractivos, con platos típicos como los gazpachos y embutidos artesanales. Su entorno natural permite la práctica de deportes al aire libre, como el senderismo y la escalada.

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Palacio del Marqués de Dos Aguas de Onil

Onil es un municipio con una fuerte tradición artesanal, especialmente en la fabricación de muñecas, una industria que ha marcado su identidad. Su Museo de la Muñeca es un referente en España y permite conocer la historia y evolución de este sector. Además de su patrimonio industrial, Onil cuenta con un castillo-palacio de gran interés arquitectónico y varias rutas senderistas que recorren los alrededores, ofreciendo vistas panorámicas del valle.

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Castillo de Guadalest

Guadalest es, sin duda, uno de los pueblos más emblemáticos del interior de Alicante. Este pequeño municipio, enclavado en la montaña y rodeado de embalses y miradores espectaculares, ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Su castillo, su casco antiguo y sus museos temáticos atraen a miles de visitantes cada año. A pesar de su tamaño reducido, Guadalest es un ejemplo del potencial turístico de los pueblos de montaña de la provincia.

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Castillo de Villena

Villena es un destino imprescindible para quienes buscan historia y cultura en el interior de la provincia. Su imponente castillo de la Atalaya domina el paisaje y recuerda la importancia estratégica de la localidad en tiempos medievales. Además, el municipio alberga uno de los tesoros arqueológicos más importantes de España: el Tesoro de Villena, una colección de piezas de oro de la Edad del Bronce expuesta en el museo arqueológico local.

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Bañeres de Mariola

Bañeres de Mariola se encuentra en un enclave natural privilegiado, dentro del Parque Natural de la Sierra de Mariola. Su castillo de origen almohade ofrece unas vistas espectaculares y es uno de los principales atractivos del municipio. La localidad es también famosa por su industria papelera y textil, así como por sus fuentes y parajes naturales, que invitan a los amantes del senderismo a explorar sus montañas.

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Santuario de Santa María Magdalena de Novelda

Novelda sorprende a sus visitantes con el Santuario de Santa María Magdalena, una joya modernista que recuerda a la obra de Gaudí. Este templo, situado en lo alto de una colina, ofrece vistas panorámicas del valle del Vinalopó y es un símbolo del esplendor arquitectónico de la zona. Además, la localidad es famosa por su producción de mármol y azafrán, lo que añade un atractivo económico y gastronómico a su visita.

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