
Joan Baldoví junto a Mónica Oltra en un acto de Compromís
Compromís 'vuelve' al ébola: lucha por los perros mientras calla sobre Oltra y el hermano de Ximo Puig
Los nacionalistas no se han personado en ninguno de estos casos, aunque uno es de corrupción y otro de encubrimiento de abusos a una menor de edad tutelada por la Administración en época del Botánico
«Harto del maltrato animal». Con esas cuatro palabras que no dejan lugar a dudas se expresa el portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Alicante, Rafa Mas. Y continúa: «Asociaciones animalistas piden contundencia y, sobre todo, el movimiento animalista que lidera Javier Sánchez de Kompatas nos pide una iniciativa», asegura. Tales afirmaciones vienen a cuenta de la petición del nacionalista al Consistorio alicantino para que se persone como acusación en la causa que investiga a una mujer por lanzar a dos perros por la ventana y causarles la muerte a ambos.
La coalición que lidera Joan Baldoví, en cambio, tiene un problema y éste no es menor, ya que es darse de bruces con la hemeroteca. Al respecto, la formación tiene dos grandes casos en los que la justicia le acecha y sobre los que el fervor canino demostrado en Alicante ni el entusiasmo por personarse en procedimientos se ven extrapolados.
Extrema derecha y heteropatriarcado
El más grave, dada la naturaleza de los hechos investigados y la repercusión interna, es el que afecta a la que hasta hace poco más de dos años era su todopoderosa líder, Mónica Oltra. Azote de Francisco Camps cuando ella estaba en la oposición y, una vez en la moqueta del poder, vicepresidenta primera de la Generalitat Valenciana y consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, su derrumbe político vino como consecuencia de que resultara investigada y luego procesada por, supuestamente, haber encubierto los abusos sexuales que su exmarido le hizo a una niña de 14 años bajo la tutela de Oltra.
En unos meses se sentará en el banquillo de los acusados junto a casi una veintena más de trabajadores de la Consejería. Lo hará, previsiblemente, previo ruido y concentración a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia por parte de sus fieles. Eso es, se insiste, en el terreno de lo eventual. Pero, por el contrario, lo que es fáctico y comprobable es la actitud de su partido. A diferencia de lo ocurrido en Alicante con los dos perros, ni que se trate de una menor, que sea vulnerable ni que el acusado fuese condenado a cinco años de prisión por las violaciones han llevado en momento alguno a Compromís a querer personarse en el procedimiento.

El portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví
Todo lo contrario. A lo largo de todo este tiempo, el relato nacionalista no ha variado lo más mínimo. Sus premisas son básicas: campaña en su contra para internar derribarla, una justicia machista y heteropatriarcal al servicio de no se sabe bien qué poder o poderes y, cómo no en estos temas, el siempre recurrente comodín de la extrema derecha. Hasta la fecha, ninguno de esos argumentos retóricos han valido frente al tribunal y Oltra tendrá que someterse a un juicio. Lejos queda aquello de «hermana, yo sí te creo» para las tesis de los de Baldoví.
Ni mucho menos es menor lo que concierne a Francis Puig, hermano del expresidente socialista de la Generalitat Valenciana Ximo Puig, también a escaso tiempo de tener que responder ante la justicia por un supuesto cobro de subvenciones ilegales de la Administración regional encaminadas del fomento del valenciano en determinados medios de comunicación. Compromís, desafiando a la propia historia, ha dado un paso más y ha dejado negro sobre blanco que ésta ya no es que rime, sino que se repite.
Si no fuera así, la formación ya habría cursado la petición al juzgado correspondiente en aras de formar parte del procedimiento y poder reclamar a Puig el eventual perjuicio económico que le hubiera hecho a la Generalitat. Es cierto que Compromís formaba parte del Consell en el que, la justicia dirimirá en qué forma, se otorgaron las mencionadas ayudas, pero no es menos verdad que ni institucional, ni económica ni socialmente tiene nada que ver la alarma de los casos de Oltra y Puig con dos perros. A falta de seguir contra Mazón, siempre quedará el espíritu de Excalibur.