El extraño hallazgo en la costa de Alicante: la segunda vaca que aparece flotando en el mar esta semana

Una escena inusual ha sacudido la calma estival de la bahía de Altea. Lo que parecía una tarde tranquila de verano en la localidad costera alicantina, se tornó en un episodio casi surrealista cuando el cadáver de una vaca en avanzado estado de descomposición apareció flotando a pocos metros de la línea de boyas, cerca de la playa de l'Olla.

El hallazgo fue realizado por Antonio Alcaraz, empresario y vecino de la localidad, mientras recorría la zona en su moto acuática. En un primer momento, pensó que se trataba de un objeto flotante de grandes dimensiones, quizá plástico o incluso un cetáceo. Pero al acercarse, descubrió que era una vaca completa, sin señales visibles de violencia, pero con signos evidentes de haber pasado varias horas, quizá días, a la deriva.

El hallazgo se produjo en una zona todavía navegable y bastante próxima a la orilla, lo que aumentó la preocupación por el impacto en los bañistas. De inmediato, Alcaraz alertó a la Policía Local. La sorpresa dio paso a una rápida movilización de los servicios municipales, que, ante el avance de la marea hacia las rocas del espigón, procedieron a retirar el cuerpo con urgencia.

La concejala de Playas, Aurora Serrat, agradeció públicamente la actuación del personal de limpieza y confirmó que la operación se realizó para evitar molestias a los usuarios en pleno agosto, cuando las playas están especialmente concurridas.

La gestión del animal quedó luego en manos de una empresa especializada en la recogida de cadáveres, que aplicó los protocolos correspondientes para el tratamiento de este tipo de residuos. Sin embargo, lo que sigue sin esclarecerse es cómo un animal de tales características acabó flotando en aguas del Mediterráneo.

Según Richard Barreno, presidente en España de la organización ecologista Sea Shepherd, todo apunta a una práctica ilegal vinculada al transporte de ganado por mar. En algunos casos, cuando un animal enferma durante el trayecto, en lugar de desembarcarlo como exige la normativa, es arrojado directamente al mar, algo terminantemente prohibido pero, al parecer, más habitual de lo que se quisiera admitir.

No es la primera vaca flotante del verano

Este episodio no es un caso aislado. Hace apenas unos días, una escena similar se vivió en la playa de La Mata, en Torrevieja, donde otro cadáver bovino fue avistado por bañistas y posteriormente arrastrado hasta la costa. En aquella ocasión, la identidad del objeto flotante no se pudo confirmar hasta su llegada a tierra, lo que incrementó el desconcierto entre los presentes. La coincidencia de ambos sucesos en tan corto período de tiempo ha generado una mezcla de asombro, indignación y cierta incredulidad entre residentes y visitantes.

Más allá del impacto anecdótico, el hallazgo de estos animales plantea interrogantes serios sobre el control de las rutas marítimas de transporte de ganado, la vigilancia ambiental en aguas costeras y la responsabilidad de las empresas que operan con animales vivos en alta mar. Mientras tanto, en Altea, los bañistas han vuelto a sus rutinas bajo el sol, pero el recuerdo de una vaca flotando entre las olas sigue rondando la memoria colectiva como un extraño recordatorio de lo inesperado que puede ser el mar.