La alcaldesa de València, María José Catalá, y el segundo teniente de Alcaldía, Juanma Badenas

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el segundo teniente de Alcaldía, Juanma BadenasRober Solsona / Europa Press

El apoyo de Catalá a los Gay Games provoca la primera discordia entre PP y Vox en el Ayuntamiento de Valencia

El Consistorio aprueba solicitar al Gobierno central que declare la competición como «acontecimiento público excepcional» con el voto en contra de Vox por tratarse de una «invención del marxismo cultural»

El pasado 20 de octubre, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá (PP), integró a Vox en su equipo de gobierno municipal. Lo hizo después de una semana de tensión con los concejales de Santiago Abascal en el Ayuntamiento y para garantizar, tras la amenaza de éstos, que se aprobarían los Presupuestos para el año 2024. Tras esa decisión, el ambiente político en el nuevo Ejecutivo de coalición se calmó y el próximo día 14 las cuentas públicas no corren riesgo de fracasar. Sin embargo, ha sido otro incidente el que ha provocado el primer roce entre los dos socios.
En el Consistorio levantino se celebró este miércoles la Comisión de Hacienda y en ella se aprobó solicitar al Gobierno central que declare como «acontecimiento público excepcional» los Gay Games que se celebrarán en Valencia en 2026 y que, por tanto, los dote económicamente en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en los tres próximos ejercicios con tal de garantizar la promoción y el desarrollo de este evento.
Antes de abordar la discusión política, cabe explicar que estos juegos son un acontecimiento deportivo y cultural que tiene lugar cada cuatro años –una de las competiciones de este tipo «más importantes del mundo», según el Ayuntamiento– y cuya primera edición se celebró en 1982. Originariamente se crearon para garantizar un entorno seguro a la hora de su práctica a la comunidad homosexual bajo los principios de «la diversidad, la participación, la inclusión y la superación personal». No obstante, cualquier persona puede participar, independientemente de su orientación sexual u otros aspectos.

«Invención del marxismo cultural»

Tras celebrarse en Hong Kong en 2022, Valencia será la sede en 2026. De este modo, albergará pruebas de hasta 30 modalidades deportivas, como vela, remo, kayak, fútbol, baloncesto, vóley playa, tenis, golf e, incluso, los e-sports y algunos regionales, como pelota valenciana. La estimación municipal es que el acontecimiento se convierta en el segundo evento deportivo con más éxito en la ciudad tras la Copa América de Vela, con entre 13.000 y 15.000 deportistas, 100.000 visitantes y un impacto económico que superaría los 100 millones de euros.
La solicitud al Ejecutivo central ha salido adelante con los votos a favor del Partido Popular, el PSPV-PSOE y Compromís. En contra ha votado Vox. El segundo teniente de Alcalde y hasta hace unas semanas portavoz municipal de la organización, Juan Manuel Badenas, señala que el sentido negativo ha sido porque considera los Gay Games «una invención del marxismo cultural, de la izquierda política y los defensores de la política identitaria» que tiene como objetivo «imponer ideas absolutistas sobre nuestra sociedad».
Demostración de un combate de esgrima en la presentación de València como sede de los Gay Games 2026

Demostración de un combate de esgrima en la presentación de Valencia como sede de los Gay Games 2026Europa Press / Rober Solsona

En esta línea, insiste en que apoyar esta clase de acontecimientos «solo refuerza los axiomas de la política de identidad y de la corrección política». «Si se trata de unos juegos, de la práctica de deporte para cualquier ciudadano con independencia de su tendencia sexual, su nombre no solo no es afortunado, sino que resulta hasta discriminatorio», afirma el edil de Vox. Frente a ello, apuesta por un evento «para todos, sin etiquetas o adjetivos que pretenden conferir superioridad moral a determinados grupos y crear líneas divisivas en nuestra sociedad». Asimismo, se pregunta retóricamente «¿a qué viene repetir viejas injusticias del pasado que solo provocan injusticias del presente?», recalcando que en España «hay igualdad jurídica de los individuos con independencia de su orientación sexual».

Críticas a Catalá y Badenas

Pese a la oposición de Vox, la propuesta se ha aprobado y se pedirá al Gobierno que apoye los juegos para, además, fomentar «la colaboración privada, puesto que proporcionaría incentivos fiscales a las empresas valencianas que participaran». Aún así, si Catalá pensaba que Compromís y el PSPV-PSOE le iban a agradecer el gesto mediante una tregua en sus ataques, el plan no le ha salido como pensaba. Por parte de los nacionalistas, la concejal Lucía Beamud otorga a los partidos de izquierda el mérito de que la celebración sea en Valencia gracias al «impulso» que hicieron mientras estaban al frente del Consistorio.
Por si fuera poco, ataca a la regidora porque, en su opinión, la 'popular' «no tiene ninguna vergüenza en gobernar con un partido profundamente homófobo», haciendo alusión directa a Badenas por «sus declaraciones de rechazo y menosprecio a esta competición internacional», a la par que lanza una advertencia: «Estaremos muy vigilantes para que se vayan alcanzando los objetivos de cara a la celebración en 2026 de los Gay Games, una competición que situará a Valencia como un referente internacional de capital inclusiva y diversa».
Tampoco desde las filas socialistas Catalá ha recibido felicitación alguna. Todo lo contrario. El edil Borja Sanjuán asegura que el PP se ha visto «obligado» a sacar adelante la propuesta ante las «reticencias» de Vox a hacerlo. Igualmente, afea a la alcaldesa que el compromiso con los juegos solo se le exija al Ejecutivo central y no se haga lo propio con otras administraciones valencianas como la Generalitat o la Diputación provincial, donde gobierna su partido.
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