La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juan Carlos Bardenas

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juan Carlos BardenasRober Solsona / Europa Press

Valencia  Catalá acaba con la barra libre de subvenciones a organizaciones separatistas y congela las de los sindicatos

PP y Vox aprueban los Presupuestos para 2024 cumpliendo la promesa de no destinar fondos públicos al secesionismo, mientras que UGT y CC.OO. tendrán que justificar si sus planes «son útiles para la ciudad y fomentan verdaderamente el empleo»

El Ayuntamiento de Valencia aprobó en el Pleno ordinario de este martes sus Presupuestos para el año 2024. Estas cuentas son las primeras bajo el diseño del Partido Popular y Vox después de ocho ejercicios en los que quienes las elaboraban eran Compromís y el PSPV-PSOE. Durante esas dos legislaturas, los criterios ideológicos fueron una constante, un aspecto que se plasmó en un urbanismo ajeno a las necesidades de los vecinos, así como en un continuo reparto de fondos públicos a entidades afines, especialmente a asociaciones de izquierdas y colectivos independentistas catalanes.
Con el cambio en la alcaldía y en el resto del equipo de gobierno municipal también se han modificado los criterios presupuestarios. Así, el Ejecutivo liderado por María José Catalá impulsará una notable bajada de impuestos y reforzará áreas como Vivienda, Limpieza y Seguridad. Del mismo modo, las partidas cuentan con dos llamativas ausencias, como son las asignaciones a los sindicatos más representativos, UGT y CC.OO., en concepto de formación y empleo y a cualquier asociación que promueva la instauración de los «Países Catalanes» y, por tanto, que contravenga el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana.
En cuanto al primer asunto, entre ambas organizaciones sumaban 243.000 euros anuales para las labores mencionadas. Sin embargo, la desaparición de esta cantidad la consideran «inaceptable» porque significa que el Consistorio levantino «ningunea el diálogo social en el Pacto Local por el Empleo». De hecho, ninguna central sindical acudió a la reunión del Consejo Social de Valencia donde se iban a presentar los Presupuestos la pasada semana, dando así plantón a la regidora. Según la 'popular', la pérdida de las subvenciones no es definitiva, ya que se ha hecho «por prudencia» porque el responsable de Empleo, Juan Manuel Badenas, de Vox, se incorporó a la delegación hace unos días. Por ello, a UGT y CC.OO. les pide «tranquilidad», puesto que el crédito «se mantiene» y únicamente hay que ver «cómo se distribuye antes que establecerlo negro sobre blanco».

Para Compromís es «ignorancia»

Por su parte, Badenas asegura que, «de momento, lo que se ha hecho es retener algunas subvenciones nominativas» y en los próximos días prevé mantener reuniones con sindicatos y asociaciones empresariales de cara a «planificar cuál va a ser la colaboración del Ayuntamiento». En este sentido, insiste en que el presupuesto «no está cerrado», a la vez que llama a la calma porque el hecho de «que se mantenga a uno, no tiene que decir que se excluya definitivamente a otro», en alusión a lo destinado para la patronal. Naturalmente, esa visión no la comparte Compromís, que define la situación como «muy grave» y demostraría «una clara ignorancia sobre las cuestiones que debe gestionar» Badenas.
Junto a la reducción de impuestos, el segundo gran compromiso electoral que se traslada a los Presupuestos por parta de la alcaldesa es el de cerrar los años en que se subvencionaba a entidades separatistas. Solo de las arcas del Consistorio salieron más de un millón de euros. Entre los grupos a los que se destinaban esas partidas estaba, por ejemplo, Plataforma per la Llengua, una entidad independentista que aboga por la anexión territorial para formar los «Países Catalanes». Entre sus obsesiones está la de imponer el catalán en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
El alcalde Valencia, Joan Ribó, saluda desde el balcón del Ayuntamiento junto a las 'magas republicanas'.

El exalcalde Valencia Joan Ribó saluda desde el balcón del Ayuntamiento junto a las 'Magas Republicanas'EFE

En especial, el colectivo pone su foco de actuación en los colegios e institutos, donde no duda en organizar actividades extraescolares con claros tintes propagandísticos. También en los centros suele 'espiar' a los alumnos para verificar si hablan en catalán o español y, en base a ello, elaborar una estrategia u otra. Este aspecto lo comparten tanto Compromís como el PSPV-PSOE no solo a nivel municipal. En el tripartito que configuraban junto a Unidas Podemos en la Generalitat Valenciana no hubo discusión alguna a la hora de destinar 13 millones de euros al rupturismo.

Exaltación del Frente Popular y Stalin

En esta línea, tampoco tendrán ayudas públicas otras asociaciones similares como Acció Cultural del País Valencià o Escola Valenciana, todas ellas firmes defensoras de convertir a la Comunidad en una provincia bajo dominio catalán dentro de una nación común junto a Islas Baleares y partes de Aragón y del sur de Francia. En cuanto a Sociedad Coral El Micalet, en su caso se quedará sin los 25.000 euros anuales con los que el exalcalde Joan Ribó la obsequiaba cada año para organizar un espectáculo cuando menos tan llamativo como polémico y sin arraigo social entre los valencianos.
Se trata, o ya trataba, de las Magas Republicanas, un evento de carácter absolutamente laico que tuvo lugar entre 2016 y 2023 a mediados de enero y que el bipartito de Compromís y el PSPV-PSOE rescató de 1937, cuando el Frente Popular lo creó. En teoría era para que los niños pudiesen olvidar por unos instantes los horrores de la Guerra Civil, pero en la práctica sirvió como plataforma ideológica, ensalzando figuras como las de Manuel Azaña, Francisco Largo Caballero o el mismo Iósif Stalin.
Durante la campaña electoral, Catalá hizo hincapié en que estos curiosos personajes que durante la etapa de la izquierda en el Ayuntamiento tuvieron más aprecio y defensa institucional que la tradicional Cabalgata de Reyes no subirían «al balcón» y no tendrían «subvención». Como consecuencia, el Micalet no podrá celebrar una representación que estuvo muy lejos de convertirse en una tradición, del mismo modo que también se quedará sin fomentar con sus actividades el ideario independentista en Valencia.
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