
E-26 Tamiz
Ejército del Aire y del Espacio
El último vuelo del E-26 Tamiz del Ejército español, la «estrella del sur del mundo»
Este modelo ha servido como avión de la Academia General del Aire durante 36 años en los que ha realizado 117.790 horas de vuelo
No por conocido, fue menos emocionante el aterrizaje del avión E-26 Tamiz en la pista del aeródromo de San Javier (Murcia) el pasado 6 de junio pilotado por los comandantes Tarragó y Atienza y los alféreces alumnos Griñán y Pina. Con ese aterrizaje se ponía fin a 117.790 horas de vuelo enseñando a los futuros pilotos de la aviación militar española todo lo que requiere un auténtico piloto de la Academia General del Aire.
Han sido 36 años de utilidad por cuyos mandos han pasado, por lo tanto, la práctica totalidad de los pilotos actuales, lo que le imprimió al acto más nostalgia si cabe. Ese último arco de agua que saludaba al E-26 ponía fin a una de las historias de amor más eficaces y enriquecedoras.
Este avión, que se utilizaba en la escuela de vuelo elemental de la Academia General del Aire, era un avión de instrucción primaria, convencional, con asientos en tándem, excelente aparato de entrenamiento, con características totalmente acrobáticas, que le permitían gran maniobrabilidad. Además de esto, el E-26 Tamiz destacaba por su resistencia y fiabilidad para la enseñanza, unido a un bajo coste en mantenimiento y combustible.
El E-26 Tamiz fue despedido con el tradicional arco de agua en el aeródromo de San Javier (Murcia)
Los E-26 Tamiz provienen de Chile, donde se comienzan a fabricar en 1981 como aviones T-35 Pillán. Sin embargo, cuando son comprados por España en 1986 se rebautizan como E-26 Tamiz. Dados sus buenos resultados, posteriormente son comprados también por El Salvador, Guatemala, Panamá y República Dominicana, por lo que ya en los noventa se le conoce como “la estrella del sur del mundo.
Es tal la maniobrabilidad que presenta que tiene capacidad de aterrizar con el mismo peso que en el despegue. Dispone de un motor Lycoming de 300 caballos de fuerza de inyección y cilindros opuestos, un tres de aterrizaje de tipo triciclo y una hélice tripala Hartzel con una velocidad constante.
A partir de ahora, el Tamiz será sustituido por el Pilatus PC-21, fabricado por el constructor suizo Pilatus Aircraft que dispone de un motor turbohélice y de una aviónica similar a los aviones de combate de quinta generación, lo que supone una auténtica revolución en el modelo de formación aeronáutica.