Un submarino ruso, cazado por un patrullero en plena costa española

El patrullero Atalaya y el Buque de Acción Marítima Tornado han llevado a cabo el seguimiento a un submarino ruso por la costa atlántica hasta su entrada en el Mediterráneo. «Mediante estas operaciones custodiamos nuestros espacios marítimos de interés», ha subrayado el Estado Mayor de la Defensa. Aún no hay datos sobre el submarino en cuestión, pero el trasiego de buques rusos por aguas españolas es incesante. A mediados del pasado mes de enero la armada monitorizó al Novorossiysk, un submarino convencional de ataque que pertenece a una serie de seis submarinos construidos para la Flota del Mar Negro rusa. La característica primordial de estos sumergibles es su capacidad sigilosa, hasta el punto de que la OTAN los denomina «agujero negro en el mar».

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, se ha observado un llamativo incremento en el tránsito de submarinos y otros buques de guerra rusos por aguas de interés español. La Armada mantiene un eficaz sistema de monitorización para sus labores de vigilancia y seguimiento en el Mediterráneo y el Atlántico.

Una de las razones principales de este incremento es la restricción que en febrero de 2022 impulsó Turquía al paso de buques de guerra por el estrecho del Bósforo, que conecta el Mar Negro con el Mediterráneo. Ante esta limitación, Rusia intensificó el tránsito en otras rutas, particularmente por el Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar.

La Armada Española colabora con los aliados de la OTAN para garantizar la seguridad en las aguas de interés estratégico. El tránsito de buques rusos por aguas internacionales y de interés español no constituye una violación del derecho marítimo internacional, pero las autoridades españolas mantienen una vigilancia constante para asegurar que estas operaciones se realicen de manera segura y conforme a las normativas vigentes.