Presentación del Campeonato Mundial Militar de Esgrima en SevillaAyuntamiento de Sevilla

Fuerzas Armadas  La esgrima militar escribe su propia historia

Las espadas cruzarán por primera vez este año el aire andaluz, cambiando la historia del deporte militar en España

Sevilla ha sido testigo de la presentación oficial del Campeonato Mundial de Esgrima, un acto presidido por el general de brigada Carlos de Ysasi-Ysasmendi Krauel, subdirector de Enseñanza, y por Silvia Pozo, delegada de Deportes y Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Sevilla.

Durante la presentación intervinieron también el coronel Pedro Ángel Díaz Herrero, secretario de la Junta Central de Educación Física y Deportes y Carlos Soler Márquez, campeón del mundo Paralímpico, que recordó que la gran victoria del deporte es permitir que todos puedan seguir compitiendo .

Las espadas cruzarán por primera vez este año el aire andaluz, cambiando la historia del deporte militar en España. No será un duelo por territorios ni banderas, sino por algo mucho más profundo: la confianza entre naciones. Del 15 al 21 de Septiembre, Sevilla se convertirá en la capital mundial del Campeonato Mundial Militar de Esgrima. Militares de 21 países alzarán sus floretes, espadas y sables en nombre de la amistad, la disciplina y la paz.

Campeonato de esgrima militar del Ejército de Tierra en una imagen de archivoEjército de Tierra

Además, por primera vez en la historia del campeonato, se celebrará una exhibición de esgrima militar en silla de ruedas, un gesto histórico que no solo convierte la competición en un manifiesto de inclusión y superación, sino que también proclama que la integración no entiende de uniformes ni fronteras.

Un deporte que rompe barreras

Durante una semana, más de 350 militares procedentes de tres continentes llenarán la provincia andaluza de saludos en distintos idiomas, himnos de procedencias lejanas y uniformes blancos listos para el combate deportivo. Pero lo que realmente cruzará las fronteras será el gesto de respeto antes de cada asalto, la mano que se extiende tras el último estoque.

La esgrima, el único deporte olímpico de origen español, regresa así a un escenario de honor: no como reliquia de duelo antiguo, sino como una herramienta de diplomacia moderna. Porque en un mundo que todavía ve guerras, resulta simbólico que militares de 21 banderas diferentes crucen armas reflejando los valores de disciplina, respeto, integración, excelencia y amistad entre naciones.

Sevilla, cuartel general del encuentro

Detrás de esta cita, y tras años de trabajo y preparación, la Junta Central de Educación Física y Deportes del Ejército del Aire y del Espacio ha sido el motor de la organización, apoyada por la Federación de Esgrima de Castilla y León, que asumirá la dirección técnica, y con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla. Todo ello bajo el paraguas del Consejo Internacional del Deporte Militar (CISM), que desde 1948 ha promovido la paz entre fuerzas armadas mediante el deporte bajo el lema: «Amistad a través del deporte».

No es un evento improvisado. España ya ha demostrado su capacidad en campeonatos militares internacionales y ahora da un paso más, asumiendo el reto de acoger por primera vez este mundial de esgrima, un hito que coloca a Sevilla en el mapa deportivo y diplomático. Será más que una sede: será un puente entre culturas, un lugar donde la disciplina castrense y la pasión deportiva se entrelazan.

Campeonato de esgrima militar del Ejército de Tierra en una imagen de archivoEjército de Tierra

Inclusión sobre ruedas: la otra victoria del campeonato

En Sevilla no solo brillarán las espadas. Habrá también un momento que quedará grabado como un antes y un después: la primera exhibición de esgrima militar en silla de ruedas. Será una escena inédita, donde el silbido de las hojas y el giro de las ruedas hablarán el mismo idioma.

Por fin, quienes tuvieron que dejar la modalidad convencional por lesiones o circunstancias de servicio podrán volver a medirse en una pista, no desde la nostalgia, sino desde la reivindicación. La imagen de uniformes adaptados, de sables que parten desde otra altura, será un recordatorio poderoso: el deporte militar les abre las puertas.

Más que un gesto simbólico, este estreno representa una victoria silenciosa: la de demostrar que la disciplina y la camaradería castrense pueden transformarse en algo más grande cuando también abrazan a los que una vez quedaron al margen.

Más allá del podio

El campeonato no busca solo medallas, busca proyectar valores. Hablar de disciplina y respeto es sencillo; verlo en la pista, en el saludo de un participante italiano a un oficial de Corea del Sur, en el consejo que un campeón mundial le da a un joven debutante de otro continente, es distinto. Es tangible.

Será histórico. Legendario. Y lo mejor: cualquiera podrá verlo. El campeonato abrirá sus puertas al público en Sevilla, invitando a curiosos, aficionados y familias a descubrir un deporte que, lejos de ser cosa de duelos antiguos, hoy une países y rompe barreras.

La cita está marcada: del 15 al 21 de septiembre, las espadas cruzarán el aire, y esta vez no habrá vencedores ni vencidos, solo la certeza de que el deporte también puede escribir capítulos de paz.