Segundo bombardero estratégico B-21 Raider, desarrollado por Northrop Grumman
Fuerzas Armadas
Estados Unidos acelera el desarrollo del B-21 Raider, su bombardero furtivo de sexta generación
El segundo B-21 Raider inicia vuelos de prueba en California
El programa del bombardero estratégico B-21 Raide r, desarrollado por Northrop Grumman para la Fuerza Aérea de Estados Unidos , ha dado un paso decisivo con el primer vuelo del segundo prototipo. La aeronave despegó de las instalaciones de la compañía en Palmdale (California) y, tras completar un amplio recorrido de prueba, aterrizó en la Base Aérea de Edwards , donde se encuentra el centro de ensayos en vuelo del arma aérea estadounidense.
Así es el B-21 Raider
Así es el B-21 Raider
Así es el B-21 Raider
Con esta incorporación, la Fuerza Aérea y Northrop Grumman profundizarán en la validación de las capacidades avanzadas del B-21, considerado el eje de la futura capacidad de ataque estratégico de largo alcance.
Tras superar la primera fase de verificación de la plataforma, el programa se centra ahora en el armamento y los sistemas de misión. Según informó Northrop Grumman, el próximo ciclo de pruebas permitirá evaluar la integración de armamento y un paquete de software mejorado. Este sistema permitirá actualizar la flota de forma continua, con el objetivo de mantener al B-21 por delante de cualquier amenaza emergente.
Armamento, sensores y sistemas
El fabricante subraya que el bombardero está diseñado para incorporar mejoras periódicas en armamento, sensores y sistemas de misión sin necesidad de largas paradas en tierra. Se trata de una capacidad crítica en un contexto marcado por la competencia tecnológica global y por la aparición de defensas aéreas cada vez más sofisticadas.
Los ensayos en vuelo se complementan con una intensa campaña de pruebas en tierra, en la que participan varios prototipos del B-21. Ingenieros de Northrop Grumman y de la Fuerza Aérea han sido sometidos al avión a condiciones extremas para validar su resistencia estructural y su operatividad en escenarios de máxima exigencia.
Bombardero furtivo B-21 Raider
De acuerdo con la compañía, los resultados obtenidos hasta el momento han superado de manera sistemática las previsiones derivadas de la modelización digital, lo que refuerza la confianza en el rendimiento y la progresión del programa.
Northrop Grumman también trabaja en paralelo en la preparación de las unidades que operarán el B-21. En la Base Aérea de Ellsworth (Dakota del Sur) se está desarrollando una unidad de formación formal de la Fuerza Aérea, que contará con simuladores de alta fidelidad, laboratorios inmersivos y entornos virtuales.
herramienta de gestión de flota
Estos sistemas de instrucción abarcarán a pilotos, cargadores de armamento, mecánicos y personal de apoyo, con el objetivo de dotar a la Fuerza Aérea de los recursos necesarios para operar y mantener la aeronave más avanzada del mundo.
Otro de los ejes del programa es la creación de una herramienta de gestión de flota específica para el B-21. Este sistema permitirá organizar todas las actividades de mantenimiento y sostenimiento del avión, con el respaldo de los datos de rendimiento recogidos durante los ensayos en vuelo y la experiencia acumulada por Northrop Grumman en la gestión de programas de largo ciclo de vida.
Con esta plataforma, la compañía busca asegurar que cada bombardero Raider permanezca en todo momento en condiciones de misión, en línea con las necesidades de la Fuerza Aérea estadounidense.
El avance en los vuelos de prueba, unido a los progresos en las áreas de sostenimiento y entrenamiento, permite acelerar el calendario de entrega del B-21. El Raider, considerado el primer bombardero estratégico de sexta generación, está llamado a convertirse en la pieza clave de la disuasión aérea estadounidense durante las próximas décadas.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos planea adquirir al menos un centenar de estas aeronaves, con capacidad furtiva de última generación, largo alcance y la posibilidad de portar armamento nuclear o convencional. Su entrada en servicio supondrá el relevo progresivo de los B-1B Lancer y B-2 Spirit, y complementará al veterano B-52H Stratofortress tras su modernización.
Con el programa B-21 Raider, Northrop Grumman asegura estar «acelerando la entrega del bombardero furtivo de sexta generación y avanzando en el futuro del poder aéreo estadounidense».