Imagen de la cocina de la casa okupada por una marroquí
La okupa marroquí de Pilar dejó el gas abierto tras ser desahuciada: «Podía haber ocurrido una desgracia»
La propietaria ha tardado más de 5 años en recuperar su inmueble. Este miércoles, por fin, pudo acceder. Lo que encontró, es desolador
Han tenido que pasar cinco años y un calvario judicial para que Pilar recuperase su casa okupada por la que fue su inquilina, una mujer marroquí que se negaba a abandonar su piso. Cuando lo ha tenido que hacer tras el alzamiento ordenado por el juez, la casa ha quedado destrozada: muebles rotos, suciedad y, lo más grave de todo, el gas de la cocina abierto.
Este inmueble, como comenta la propietaria en el vídeo al que ha tenido acceso El Debate, estaba recién reformado y lo había estrenado la inquilina, que en un principio pagaba algo más de 350 euros y luego dejó de hacerlo.
Estado en el que ha dejado la casa la okupa
«Es un edificio de diez viviendas y esto no saltó por los aires porque Dios no quiso», señala Pilar al encontrar el gas encendido. Lamenta que el piso, que, al ser nuevo, se encontraba en perfectas condiciones cuando lo alquiló, hoy esté en condiciones pésimas. Objetos y comida por el suelo, montones de ropa en los muebles, suciedad por todos lados, las persianas estropeadas, platos y utensilios de cocina con restos de comida. «Está todo destrozado. Un piso recién reformado por completo está todo destrozado...», comenta.
Cocina con los muebles rotos y sucios
Pilar denuncia que el Gobierno «ampare» a estas personas que okupan casas y además las acaban destrozando. Su lucha por recuperar su vivienda se ha extendido durante muchos años y la suerte no ha estado de su parte.
Un alzamiento fallido
La fecha oficial para recuperar su piso estaba fijada la pasada semana. Sin embargo, la okupa no abrió la puerta y el retraso del cerrajero y la presencia de los medios de comunicación hizo que la funcionaria encargada del procedimiento abandonase el lugar.
Sin embargo, finalmente y tras esta larga espera, Pilar ha conseguido, por fin, entrar en su casa. Su historia ha reflejado la injusticia a la que se enfrentan muchos propietarios que ven como sus casas son okupadas y la Justicia les da la espalda amparada en leyes que protegen esta usurpación.
10.000 € para irse
Una orden que paralizaba el desahucio de la okupa supuso el obstáculo más grande de toda esta historia. Entre medias, ni las ofertas de alternativas habitacionales ni de trabajo convencieron a la okupa, de origen marroquí, para devolver a Pilar lo que es suyo. En El Debate hemos publicado paso a paso todo lo que la propietaria ha tenido que luchar.
Entre otras cosas, se ha tenido que enfrentar al embargo de su pensión por deudas de la okupa y a la petición de 10.000 euros por parte de la inquilina para abandonar la casa.
La propietaria se negó a acceder a esta petición y ha seguido luchando en los tribunales. Finalmente, Pilar ha podido tener un final feliz y recuperar su casa en la que ahora no le quedará otra que invertir para intentar arreglar los destrozos que dejó su okupa.
