El alcalde de Oleiros, Ángel García SeoaneAYUNTAMIENTO DE OLEIROS

Oleiros, el único feudo de Alternativa dos Veciños

La formación de la margarita perdió la alcaldía de Carral este miércoles en favor del popular José Luis Fernández Mouriño

Ángel García Seoane, conocido popularmente como Gelo, no imaginó que el reciente dictamen del Tribunal Constitucional de eliminar la directriz que impedía una moción de censura si dependía del voto de un tránsfuga, sería la ruina para el partido que él mismo lidera, Alternativa dos Veciños.

El alcalde Oleiros era testigo este miércoles de cómo el popular José Luis Fernández Mouriño le arrebataba la alcaldía de Carral a su colega Javier Gestal, de su misma formación, tras una votación acalorada entre abucheos e insultos por lo que consideran «un robo» y «un golpe a la democracia».

Se trata de la plaza más importante de AV después de Oleiros, pero no la única que han perdido porque, en menos de un mes, ya van dos. El pasado 19 de agosto, era el popular Luis Insua quien se hacía con el bastón de mando de Finisterre en detrimento de Áurea Domínguez y gracias a otro voto tránsfuga. Para más inri, el edil díscolo es el padre de Noelia Martínez Canosa, la única concejala que la formación de la margarita tenía en Arteijo y que dejó el partido en agosto asegurando que no quería «involucrarse en irregularidades». Otro de los muchos problemas que viene aquejando al partido porque es un chorreo de salidas, expulsiones y polémicas.

Volviendo a Insua, es cierto que él mismo había ganado las elecciones dos años atrás, pero los pactos evitaron que gobernase mientras que en Carral, para Javier Gestal era su segundo mandato. Contaba con el apoyo de los vecinos, pero sus políticas y sus desavenencias internas han terminado por quitarle del cargo.

El «proceso de descomposición» de Alternativa dos Veciños

Unas políticas que el mismo Gelo aplica con éxito curiosamente en el municipio con la renta más alta de Galicia, donde AV gobierna desde hace más de cuatro décadas. Sin explicarse muy bien cómo, porque ya fue inhabilitado durante seis años en 1996 y tiene pendiente otra posible por el derribo de casa Carnicero, todo un emblema de la ciudad, el 30 de diciembre de 2020. La Fiscalía pide 15 meses de cárcel y 13 años de inhabilitación, considerando que cometió un delito contra el patrimonio histórico.

Sin embargo, lejos de ese feudo de Oleiros y del excepcional caso de Gelo, las políticas de la formación de la margarita no parecen surtir efecto. Más bien todo lo contrario. Eso sí, la culpa solo la tiene un PP al que ha acusado de «ir a todas as feiras de Galicia a comprar gorrinos» para ganar en los despachos lo que no pudo ganar en las elecciones municipales. Cosa que no es certera, como queda demostrado con Insua en Finisterre, quien sí ganó. De ser cierto, aun así las mociones de censura son armas democráticas, al igual que los pactos entre partidos.

Gelo además opina que es una vendetta contra su propia persona, pero como amenazó «conmigo acabarán cuando muera, de muerte natural o que alguien me mate». Puede que esta descomposición de la formación de la margarita tenga más bien que ver con unas políticas que hacen aguas y con las que ya no engañan a nadie.

El propio PSOE de Oleiros apuntaba a una crisis de fin de ciclo del partido. En sus palabras, la moción de censura de Carral evidencia «el proceso de descomposición de AV ante su fin de ciclo», debido, entre otras cosas, a la «falta de proyecto, la incapacidad de extender la forma de gobernar en Oleiros caracterizada por tejer una red clientelar pagada con dinero de los oleirenses vinculada a la acción de gobierno y unas propuestas populistas que no tienen recorrido». Desde el partido político socialista no dudaron en tacharlos de «secta piramidal».