Estatua de Lorca en la Alameda de Santiago

Estatua de Lorca en la Alameda de SantiagoOlaia

Los rincones más curiosos de la Alameda, el parque más famoso de Santiago

Este emblemático espacio verde es mucho más que un lugar de paseo, es un museo de historia, arquitectura y leyendas populares

Pocas ciudades pueden presumir de tener un parque como la Alameda de Santiago de Compostela. Situada en pleno corazón de la capital gallega, entre el casco histórico, la zona nueva y el campus universitario, este emblemático espacio verde es mucho más que un lugar de paseo. La Alameda compila en su expansión historia, arquitectura, leyendas populares y panorámicas que merece ser explorado.

Tres espacios en uno solo y sus rincones

Aunque la mayoría lo conoce simplemente como la Alameda, este emblemático parque de Santiago de Compostela está formado en realidad por tres espacios con identidad propia: el paseo da Alameda, la carballeira de Santa Susana y el paseo da Ferradura. Cada uno ofrece rincones que reflejan la riqueza cultural y paisajística de este pulmón verde compostelano.

El paseo da Alameda es el escenario habitual de eventos y celebraciones. La carballeira de Santa Susana, con su majestuoso robledal centenario, acoge la iglesia del mismo nombre.

El ilustre escritor mira fijamente hacia la Catedral de Santiago

El ilustre escritor mira fijamente hacia la Catedral de SantiagoOlaia

Por su parte, el paseo da Ferradura regala unas vistas espectaculares de la Catedral, lo que lo convierte en un auténtico mirador de Compostela. Allí, sentado en un banco, espera eternamente Ramón María del Valle-Inclán con la mirada fija en el templo.

Un poco más adelante, quienes deseen sellar su amor deben rodear por completo el famoso árbol de los enamorados, un imponente eucalipto de más de 130 años y 45 metros de altura. Sentarse en su banco y disfrutar de sus vistas es ya una experiencia en sí misma.

Y hablando de parejas, la Alameda guarda otro rincón mágico: el banco de los susurros. A simple vista, parece un asiento de piedra, pero es una joya acústica. Construido entre 1914 y 1916, permite que dos personas se hablen en voz baja desde extremos opuestos gracias a un efecto acústico tan curioso como romántico. La leyenda cuenta que durante años fue refugio de parejas en busca de discreción.

Para completar esta velada con un toque musical, nada mejor que el Palco da Música. Construido en 1896, es un magnífico ejemplo de modernismo gallego, con base octogonal y delicadas rejerías de hierro, y se conserva en excelente estado.

Encuentros con ilustres entre robles

La Iglesia de Santa Susana, patrona secundaria de la ciudad, se alza entre los robles de la carballeira. Muy próxima, la más modesta pero igualmente querida Iglesia del Pilar, conocida como 'la Pilarica', completa este insólito dúo religioso en pleno parque.

La Alameda es también un museo al aire libre dedicado a la literatura. Bajando de la carballeira, Federico García Lorca, realizada por el escultor gallego, Álvaro de la Vega, baja las escaleras mirando a la escultura de Rosalía de Castro, la gran dama de las letras gallegas, cuya estatua preside uno de los extremos del parque desde 1917.

Aunque las palomas ya no se refugian como antes, los restos del antiguo palomar todavía pueden verse en lo alto de algunos árboles.

Y una de las sorpresas más inesperadas del parque es la Escuela Infantil de Santa Susana, diseñada por el arquitecto Antonio Palacios. Su fachada modernista y su historia, fue pabellón de exposiciones, laboratorio, cafetería, lo convierten en uno de los edificios más curiosos y fotogénicos de la ciudad.

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