De una procesión a un chapuzón colectivo, así es como nació esta fiesta popularAyuntamiento Villagarcía

Cómo de una procesión se pasó a un chapuzón colectivo, así nació una de las fiestas más populares de Galicia

Lo que comenzó como una anécdota espontánea en plena ola de calor, hoy es una fiesta de referencia

Agosto en Galicia es sinónimo de fiesta. La comunidad entera se transforma durante este mes en un hervidero de romerías, verbenas y celebraciones populares que combinan tradición, música y devoción. Dentro del extenso panorama festivo que ofrece Galicia durante los meses de verano, las celebraciones en honor a San Roque destacan por su profundo arraigo histórico y religioso.

Este santo, tradicionalmente invocado como protector frente a las epidemias, inspiró la construcción de numerosas capillas a lo largo y ancho del territorio gallego, especialmente tras los devastadores brotes de peste negra que afectaron la región en siglos pasados.

Hoy en día, en Santiago de Compostela, Vigo, Betanzos, Villagarcía de Arosa o Sada mantienen viva esta devoción con festejos multitudinarios que combinan fe, tradición y cultura popular. Y fue precisamente en una de estas procesiones donde un gesto espontáneo acabaría dando origen, décadas después, a una de las fiestas más originales y refrescantes de toda Galicia.

Cuando San Roque se celebra empapado

La festividad de Fiesta del Agua de Villagarcía de Arosa, se ha convertido en una cita ineludible del verano gallego. Lo que comenzó como una anécdota espontánea en plena ola de calor, hoy es una fiesta de referencia reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional y capaz de congregar a miles de personas armadas con pistolas de agua, globos y mangueras.

El epicentro de esta celebración es el 16 de agosto, en pleno corazón de las fiestas patronales en honor a San Roque. La jornada comienza de manera solemne, con el traslado del santo en procesión hasta su capilla y la lectura del pregón. Pero, una vez finalizados estos actos, la ciudad da paso a un estallido de alegría y agua.

A las 12 del mediodía se lanza la señal que marca el inicio de una auténtica guerra acuática colectiva. Las calles se llenan de gente, la mayoría vestida con bañador, gafas de buceo, camisetas técnicas o cualquier ropa dispuesta a mojarse. Desde balcones y ventanas llueven cubos, vasos y chorros de agua; desde la calle, las armas son pistolas, globos, mangueras domésticas e incluso los bomberos participan con sus camiones, empapando a una masa entregada al ritual.

Todo sucede en lo que ya se conoce como la 'zona húmeda', una amplia área acotada del casco urbano que se transforma, durante horas, en un escenario de diversión acuática. No hay edad, lo importante es mojarse y disfrutar.

Además, el programa de las fiestas de San Roque incluye una oferta musical y como broche de oro, el 'Combate Naval', un espectáculo pirotécnico sobre la ría, atrae a miles de personas cada noche.

Un vaso de agua cambió su historia

La historia de la Fiesta del Agua se remonta al caluroso verano de 1984. Aquel año, tras la procesión de San Roque, los romeros que habían cargado con el santo terminaron exhaustos por el calor.

Comenzaron a pedir agua a los vecinos que los observaban desde los balcones. Lo que empezó como una petición medio en broma tuvo una respuesta inesperada: desde el edificio número 15 de la calle San Roque, alguien arrojó el primer vaso de agua. A día de hoy, nadie sabe con certeza quién fue el autor de ese gesto, pero su impacto fue inmediato.

Otros vecinos se sumaron al juego: más vasos, cubos, mangueras. La calle entera se convirtió en un improvisado campo de batalla acuático. La escena se repitió al año siguiente, y al siguiente, hasta que en los años 90, vista la masiva participación, el Ayuntamiento oficializó la celebración dentro del programa de las fiestas patronales.

Desde entonces, la Fiesta del Agua no ha dejado de crecer, atrae cada vez a más turistas de toda España y del extranjero, deseosos de vivir una experiencia festiva tan divertida como diferente.