¿Se muere la feria?

«La feria se muere», decía ayer la portavoz municipal de Vox Paula Badanelli. Era una de las críticas, contundente en este caso, que la oposición municipal ha realizado tras la celebración de la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Un oposición que coincide en varios puntos como son el descenso de casetas y cómo no, el modelo de feria que no se sigue en ocasiones, suponiendo que haya uno claro.

Existe un tradicional síndrome en Capitulares que han sufrido todos los equipos de gobierno a lo largo de la reciente historia de la ciudad y que se manifiesta en valorar cada feria celebrada como un éxito, pero reconociendo ciertas mejoras «en el modelo», a lo que le sigue el anuncio de futuras reuniones con los colectivos implicados para llegar al siguiente año con alguna iniciativa que por lo general suele dejar las cosas como estaban. Es un gatopardismo ferial y muy cordobés.

Así, la lectura que el equipo de gobierno de Bellido ha hecho de la feria de este año es muy positivo. Han basado su valoración en un aspecto cuantitativo: un incremento de un 15 por ciento más de visitantes respecto al año pasado, lo que según el alcalde, se traduce en 1,2 millones de personas. ¿Cómo han hecho las cuentas? El delegado de Fiestas y Tradiciones Populares, Julián Urbano, explicaba el pasado lunes que este incremento toma como base la subida del diez por ciento de actividad que ha tenido Aucorsa en esos días y el veinte por ciento más de basura recogida por Sadeco. La media entre la variable basura y la de viajes en autobús, para ellos, parece clara.

Menos casetas pero más espacio ocupado

Pero a los números del incremento hay que añadir los del descenso: El Arenal cada año tiene menos casetas y ese es un dato fehaciente y el más esgrimido por la oposición. De esta forma se ha pasado de tener 180 casetas en el primer año de la celebración de la Feria en El Arenal a tener 83 en esta última edición. «30 años después del traslado de la Feria al Arenal, sólo queda el 46% de las casetas del primer año», ha recordado Antonio Hurtado, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Córdoba. Para el socialista, «cada año asiste más gente a la Feria y cada vez hay menos casetas, y la evolución ha derivado en convertir las casetas en macrocasetas, permitiendo llenar los espacios que quedan vacantes».

Coinciden el grupo socialista y el de Vox en este aspecto. La portavoz del partido de Abascal ha señalado que « la feria cada vez tiene menos casetas y cada vez es menos feria, más discotecas y un ambiente que no compartimos. También el botellón y cosas que han pasado esta feria nos muestra la deriva que está cogiendo».

Al respecto del descenso en el número de casetas, Urbano ha tirado de ingenio sumando metros cuadrados al asunto y ha restado importancia al descenso en el número de casetas, ya que se ha ocupado más superficie que el año anterior, sobre un 95 por ciento del total del Arenal.

Esa juventud en el Balcón del Guadalquivir

El botellón es uno de esos asuntos que ya, por recurrente, casi ha pasado a un segundo plano del interés político. No hace mucho que el Partido Popular en la oposición lo señalaba como uno de los aspectos que más afectaban a la imagen de la feria y, una vez en el gobierno municipal, el macrobotellón sigue tan señalado en rojo ficticio en el miércoles de feria como hace años. Quizá más controlado y con una respuesta más rápida al día siguiente por parte de Sadeco. Pero ahí está. Y habría que ver a la oposición actual en labores de gobierno cómo le ponen el cascabel a ese gato. Hagan sus apuestas, que seguro que ganan.

Casetas abiertas, casetas privadas

En el limbo del modelo ideal de feria cordobesa permanece el asunto de las casetas abiertas versus casetas privadas. Hurtado ha denunciado que la feria «cada año es menos abierta y menos participada; menos abierta, porque son muchas las denuncias de personas a quienes no se les permite entrar a las casetas sin causa justificada, incluso se da la venta de entradas y no se toman medidas contundentes por parte de los responsables municipales».

Por su parte el portavoz de Hacemos, Juan Hidalgo, señalaba ayer que «esta es feria donde no se prima la participación, donde no hay transparencia, donde no se cumplen las bases y nuevamente el delegado de festejos y tradiciones pues ve cómo le doblan la cuchara, por así decirlo, cuando en una caseta se producen hechos poco decorosos y se intenta sancionar y al final esa caseta sale totalmente indigne de la situación». Hidalgo hacía así referencia a otro caso lampedusiano dentro de El Arenal: apercibir con cierre una caseta por un espectáculo poco acorde con el decoro - esto en un país donde los telespectadores ven y comentan Naked Attraction- y que dicha caseta siga abierta durante toda la feria.

«Han pasado los días y la Caseta de la Prensa ha seguido abierta, poniendo como objeción las 48 horas de alegaciones y sin adoptar ninguna medida cautelar durante todos los días de feria», recordaba el portavoz socialista.

Vox ha añadido a la polémica de las casetas la de las infraestructuras fijas. Paula Badanelli ha criticado la «dureza» para aplicar la ley a terceros porque «nos sorprende que Bellido niegue las estructuras definitivas en las casetas, cuando las hay todo el año, una de ellas precisamente la del Partido Popular. Nos parece, insisto, en que es aplicar la ley con dureza para terceros y ser flexible cuando me toca a mí, sobre todo es falta de valentía a la hora de afrontar soluciones».

Si sobre descenso del número de casetas, de la chistera de Julián Urbano salen los metros cuadrados ocupados, frente al asunto del tipo de casetas, Urbano responde como un agente comercial con los ingresos económicos en la libreta, y es que los caseteros han echado el cierre a la Feria con un 20 por ciento más de facturación. «Esto no es una anécdota, sino que todo lo que se ha mejorado ha hecho que sea realmente un éxito».

Dos ferias distintas. Una es la que han vivido desde el equipo de gobierno- con escaso margen para la autocrítica, por cierto- y otra es la de la oposición, que auguran peores ediciones si no se pone remedio. Ambos, en cualquier caso, brindaron juntos durante casi toda la feria en muchas de las casetas de El Arenal.