Tres campos donde se consiguen ascensos

«Ir a Málaga, a Murcia, a esos estadios tan grandes, tan vistosos, tan motivantes para el jugador, es muy bonito, pero donde hay que competir de verdad es aquí».

En esos términos se manifestaba el entrenador del Córdoba CF, Iván Ania, tras la victoria -hace semana y media- en el estadio de El Palmar, feudo del Atlético Sanluqueño. Fue después de conseguir la victoria y el técnico aseguró que «en estos campos son donde se cumplen o no los objetivos». Y, de momento, el conjunto blanquiverde lo está consiguiendo.

El Collao

En el primero de los campos incómodos, esos que son como una visita al dentista, fue El Collao. Ante el Alcoyano, el Córdoba consiguió sobreponerse a un terreno de reducidas dimensiones, donde un centro se hace peligroso aunque se realice desde la medular. Allí se vio un partido a la antigua manera de los ’80 o de la pretérita liga inglesa y los pupilos de Ania sacaron un valioso triunfo (0-1).

El Palmar

El segundo de los campos donde se llevó los tres puntos fue el mencionado de El Palmar. Un estadio de barrio, donde los partidos se miden por el número de trampas y la solución a cada una de ellas. Los blanquiverdes las superaron y recogieron el 1-2 final como botín.

Álvarez Claro

El tercero lo visitó este domingo, el Álvarez Claro. Un estadio que cuando sopla aire es incómodo, pero no hizo falta viento para que el Córdoba sufriera -y mucho- ante el Melilla. El terreno de juego era lo más parecido a un arrozal y solo le faltaba la marisma. Los de Ania nunca estuvieron cómodos (ni antes ni después del susto de Gudelj), pero en una de las pocas ocasiones claras cazaron un gol muy valioso (0-1), que los ha aupado a la tercera plaza de la tabla clasificatoria.

El objetivo intaco

En esos partidos y en esos escenarios, se pierden ligas o -lo que es lo mismo- se alejan los objetivos. De momento, el Córdoba ha cumplido en ellos con nueve puntos sobre nueve posibles. El fin último sigue intacto.