De este agua no beberéRafael González

Con queso

«Esto es política, y el esfuerzo postural adquiere una dimensión más trascendente que el esfuerzo físico a la hora de confeccionar listas»

Actualizada 07:51

El pasado mes de febrero de 2022, en plena campaña electoral en Castilla y León, el señor Espinosa de los Monteros, portavoz parlamentario de Vox en el Congreso de los Diputados, apeló a la cultura del esfuerzo durante un mitin en Valladolid. En uno de los momentos álgidos de su discurso, don Iván dejó frases para el mármol digital: «Tenemos que empezar a poner en valor a todos aquellos que se esfuerzan cada día. Tenemos que poner en valor su esfuerzo y su trabajo frente aquellos que pretenden vivir del trabajo de los demás». En septiembre de 2021, el presidente de Vox Sevilla comentaba muy airado al respecto de la Ley Celáa que dicha norma iba en contra de esa idea en la que «se premia el esfuerzo y el rendimiento» de los alumnos, la única forma objetiva de medir «si realmente tienes los conocimientos necesarios para avanzar en tu formación académica». «De lo contrario, si nuestros hijos pueden pasar de curso con varios suspensos, ¿ qué ejemplo de futuro es ese? ¿Con qué valores van creciendo como personas? ¿Con la idea de qué no importa lo que haga porque tendrá el mismo resultado que quien sí trabaja, estudia y se esfuerza?», se preguntaba casi retóricamente el presidente de Vox en Sevilla.
Sin movernos de Andalucía y en junio del pasado año, el número 4 en las listas de Vox por Granada para las elecciones autonómicas del 19-J, Andrés Gálvez, sostenía que el suyo es el único partido en el que realmente «defendemos la cultura del esfuerzo para prosperar y tener las mismas oportunidades que tuvieron nuestros padres y abuelos». Y después se tomó una caña con tapa.
En Paterna, provincia de Valencia, y en marzo del pasado año, el grupo municipal de Vox en esa localidad entregó el Premio Vox a la Cultura del Esfuerzo 2022 a la ‘Falla Plaça Porta del Sol de la Cañada’. El portavoz y concejal Joaquín Alés explicó a los medios allí convocados que ese premio «era una pequeña aportación económica y un impulso para seguir adelante con la fiesta». «Desde Vox somos muy conscientes que hay mucha gente que lo ha pasado realmente mal durante la pandemia y nuestra obligación como políticos es ayudar a preservar las fiestas y tradiciones de todos los vecinos de Paterna». Y tiraron unos petardos, porque en Valencia la cultura del esfuerzo también es pirotécnica. Geográficamente colegimos, por tanto, que la cultura del esfuerzo para Vox es transversal, nacional y destino en lo universal.
En Córdoba hemos sabido que la candidata a la alcaldía por Vox para las próximas elecciones municipales es una veterana de la formación, Yolanda Almagro. Sin embargo, es más probable que ustedes conozcan a Rafael Saco o Paula Badanelli, porque han sido ediles y portavoces por Vox en el Ayuntamiento y la Diputación, y han trabajado casi de sol a sol en estos años, como oposición, para defender los postulados y líneas programáticas de su formación que según insisten, representan a todos los españoles que madrugamos. Tanto Badanelli como Saco se han pateado los barrios, las procesiones, los actos públicos, las fiestas y verbenas, los plenos ordinarios y los extraordinarios, las campañas electorales, los mítines, los mercadillos, las asociaciones vecinales y la intemerata porque así lo exige la ingrata labor del edil o diputado, que en definitiva es para lo que alguien se presenta a unas elecciones locales: para la vecindad. De la señora Almagro quizá hayan sabido bastante menos y muchos de ustedes no le ponga ni cara salvo si la identifican en redes sociales, como un servidor, ya que hace años que nos seguimos mutuamente con cierta admiración y liberal respeto.
Supongo que la decisión de Madrid sobre el candidato para Córdoba- el centralismo es como el secesionismo pero al revés- será la más acertada o no. Como en Vox defienden las tradiciones, yo traigo aquí el refranero popular y, en concreto, ese que dice que el que con sus manos se capa, buenos cojones se deja. Pero como lo que defienden desde Vox, como hemos comprobado tras los ejemplos expuestos, es la cultura del esfuerzo, se nos hace muy raro que el esfuerzo mostrado, palpable y contrastado de Badanelli, Saco, y muchos afiliados más que no se hacen selfis, no haya sido premiado como merece, más que nada por aquello de ser consecuentes con lo que se predica. Pero claro, esto es política, y el esfuerzo postural adquiere una dimensión más trascendente que el esfuerzo físico a la hora de confeccionar listas con sus afectos, desafectos, trepas, incógnitas, pamelas y estandartes rocieros, que de todo hay en la viña del Señor.
Y nos queda así claro que la cultura del esfuerzo para Vox se reduce a las declaraciones. Por volver a lo del refranero popular para esta gente tan del pueblo y madrugadora: consejos vendo que para mí no tengo. A lo que siempre podemos responder, y así posiblemente lo hagamos, que ya no nos la vuelven a dar con queso.
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