Ayer sábado por la tarde se conoció la ‘Declaración de Córdoba’, resultado de la reunión de Alberto Núñez Feijóo con miembros de la dirección del partido y los presidentes autonómicos del PP en nuestra capital. Una reunión ésta que según la propia formación centrista busca acordar líneas estratégicas en asuntos que son clave para los ciudadanos, además de reforzar las buenas prácticas de gestión en todos los territorios que lidera. Andalucía, y Córdoba-capital y provincia- son ejemplo de ello y no es casualidad que la plana mayor popular, con su presidente a la cabeza, haya elegido esta tierra.
En ella se recogen , a lo largo de siete puntos, aspectos clave de la preocupante realidad que vive nuestra nación y se pone negro sobre blanco de manera diáfana la actitud frontal del Partido Popular frente a la amnistía, la corrupción económica, el chantaje secesionista y la defensa sin ambages de la igualdad entre los españoles.
La ‘Declaración de Córdoba’ es una hoja de ruta de acción común y de coordinación territorial entre las comunidades autónomas gobernadas por los populares y sobre todo el serio aviso a Sánchez y su Gobierno de que el poder territorial es popular, además de recordarle una vez más que también fue el PP quien ganó las elecciones generales. Reclaman, como no puede ser de otra forma, la convocatoria urgente de la Conferencia de Presidentes, ante un Sánchez que no duda en mantener encuentros clandestinos y oscuros para cesiones unilaterales.
Porque, más allá de las medidas y compromisos que se presentan en esta declaración cordobesa, lo importante es que el PP no pierde ni la presencia ni la iniciativa política en una nación secuestrada por un autócrata y un partido sumiso y acobardado ante Sánchez como es el PSOE, además de preso por un puñado de delincuentes que sí disfrutarán de una libertad injusta y mancillada. Si el PSOE de Sánchez ha presumido de ser el partido que más se parece a España (¡pobre España!) el PP puede demostrar, como refrendaron las urnas en julio del año pasado, que es el partido que más escucha y representa a España- por más que quieran silenciarla las terminales mediáticas y el sectarismo sanchista- , y que el bien común está por encima de los espurios intereses partidistas de corruptos y sediciosos.
La declaración popular nace en Córdoba, pero será una hoja de ruta necesaria para toda una nación, una inmensa mayoría de españoles, que asisten con rabia y dolor al desmantelamiento de los cimientos fundamentales de la democracia y del imperio de la ley.
Por una España plural de ciudadanos libres e iguales.
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