Miguel Aparicio.

Miguel Aparicio.La Voz

Miguel Aparicio, presidente de la plataforma Unidos por el Agua del Norte de Córdoba

«Si dejas el agua tres días en una botella, se pone verde o amarilla; con eso nos duchamos»

El portavoz del nuevo colectivo exige soluciones para Los Pedroches y el Guadiato, comarcas que han tenido que reclamar sus derechos mediante el movimiento ciudadano

Cada vez que los ciudadanos del norte de la provincia de Córdoba quieren algo, tienen que tomar la calle. No por asalto, sino de forma ordenada a través de movimientos ciudadanos. ¿Que faltan hospitales? A la calle. ¿Que sobran cementerios nucleares? A la calle. ¿Los trenes ya no pasan? A la calle. ¿Las carreteras pasan por donde no deben? A la calle. ¿La minería se va al garete? A la calle... Y así desde los años 80. O antes, como relata Fuenteovejuna. Bien lo sabe Miguel Aparicio, técnico de Medio Ambiente que lleva 40 años implicado en esos movimientos sociales y que ahora ha sido nombrado presidente de la última plataforma reivindicativa de la zona. Se trata del colectivo Unidos por el Agua, que exige soluciones urgentes y definitivas a un problema que ha devuelto a 80.000 cordobeses a la Edad Media. Y no por falta de alarmas, que suenan desde hace años.

-En las comarcas de los Pedroches y el Guadiato llevan ustedes meses viviendo como hace siglos, cargando en agua en garrafas. ¿Cómo lo llevan los ciudadanos?

-Lo llevamos con resignación. En ninguna cabeza cabe lo que estamos viviendo ahora, volver a 100 años atrás recogiendo agua en cisternas. Y no sabemos la calidad de lo que sale del grifo porque no nos dan analíticas. Si dejas tres días el agua en una botella se pone verde o amarilla y con esos nos duchamos. Tenemos la incomprensión y el dolor profundo de que a los políticos le importamos poco. El Gobierno central hizo una conexión que ha salvado la situación temporalmente, de lo contrario no tendríamos agua en las casas. Pero ahora nos está dando la espalda. En cuanto a la Junta, ni siquiera ha aparecido por aquí. Nos duele que Andalucía se termine en Sevilla y Córdoba en el Muriano. Son cuatro meses en que nadie ha venido por aquí. De vez en cuando aparece el presidente de la Diputación, que dice lo mismo que mi sobrina: si yo pudiera arreglaba esto. Lo dice y se va. Eso a nosotros no nos da tranquilidad, sino lo contrario. Nadie entiende cómo tenemos que vivir esta situación, totalmente primitiva, que asumimos con resignación. No lo entendemos, ni por qué las cosas que tenemos y los servicios son gracias a la movilización ciudadana.

-Esto se veía venir desde hace años. ¿Cómo se ha llegado a esta situación?

-Los farolillos rojos se encendieron hace mucho tiempo. Hace 30 años sabíamos que esto iba a ocurrir. Por el año 86 hubo unas jornadas sobre el encinar en las que vimos que era urgente un desarrollo sostenible. Somos culpables todos porque todos hemos consentido. Nos hemos acostumbrado a ver ríos negros llenos de cieno y basura, y sin vida ninguna. Pero llega un momento en que eso nos afecta a la calidad de vida. Empezamos a quejarnos muy tarde, así que todos somos culpables, unos por originar el problema y otros por consentir, pero todos los sabíamos. En 2017 se quiso hacer la Mesa del Agua y por incompatibilidad política no se llevó a cabo. Hubiera sido una buena herramienta y ahora queremos recuperarla.

Nos hemos acostumbrado a ver ríos negros llenos de cieno y basura"Miguel AparicioPresidente de Unidos por el Agua

-¿La Mesa del Agua de los Pedroches no existe?

-Nunca se llegó a poner en marcha. Eso se movilizó desde la Fundación Savia. Se hizo todo y por una firma que faltó no se pudo hacer oficial.

-Pues hay alcaldes de la zona que se refieren a ese organismo.

-No se llegó a formalizar. Había dentro cooperativas, instituciones, mancomunidades... pero por un trámite mínimo y ridículo no se formalizó. Ahora este es otro intento para canalizar las posibles soluciones.

-Antes de esta sequía, nadie reclamó la conexión de La Colada, que se quedó como una playa cara, o lo hizo con la boca pequeña. ¿Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena?

-Por supuesto. La Colada no estaba proyectada para dar agua de Los Pedroches sino a Ciudad Real. Era de reserva para Almadén y los pueblos de la zona. Pero ha habido una descoordinación entre las confederaciones hidrográficas y las administraciones. Se habló de conectar con Puente Nuevo, pero ese es un pantano comodín, vale para abastecer lo que tiene cerca o para la Campiña. Nuestro sueño sería conectar los tres embalses: La Colada, Sierra Boyera y Puente Nuevo. Podríamos hablar incluso de conectar con La Serena, que por el territorio al que afecta podríamos disponer de un 5 por ciento de su capacidad de agua. Pero esto son cosas que se hablan y se desvanecen. Cuando llueve, vivimos al día, y eso nos duele mucho. Lo provisional se hace eterno. Eso es propio de Córdoba, Andalucía y España. No hay planificación a largo plazo. Lo que se programa se desbarata con las lluvias y así un año tras otro. Lo previsible es que alguna vez llueva como es normal, pero cada vez hay meno agua. En este momento es impensable plantar más encinas u olivos porque no prosperarían en esta zona. No tiene sentido que los ayuntamientos, que tienen parte de culpa, digan que los ciudadanos malgastamos agua. Y los ciudadanos tampoco somos conscientes de que el agua no es barata. Para mi gusto lo es demasiado por las dificultades que conlleva traer el agua hasta el grifo.

Nuestro miedo es que llueva y la gente se olvide del problema del agua"Miguel AparicioPresidente de Unidos por el Agua

-¿Qué piden desde la plataforma para solucionar la situación actual de escasez de agua?

-Tres cuestiones muy breves. Primero hay que potabilizar el agua de La Colada. Eso es urgente. Un detalle: dentro de poco las cooperativas olivareras van a empezar a molturar y para eso necesitan miles de litros de agua potable al día. Si no la tenemos todo esto se paraliza, y lo mismo ocurre con el ganado, que está bebiendo agua de la que que no sabemos su composición. Otro punto es la adecuación de todas las depuradoras, para no ensuciar el pantano. Aprovechando los fondos europeos deberíamos presionar para adecuarlas. Hasta ahora las depuradoras de la zona han sido adornos caros porque no sirven para nada. La de Pozoblanco se está empezando a tratar, pero al día recoge los 2 millones de litros de agua de Covap más lo que gasta la industria, más el consumo de 17.000 habitantes... y sólo está preparada para atender a 4.000 habitantes. No sirve para nada porque el caudal es tres o cuatro veces mayor de su capacidad. Pozoblanco es el primer contaminante de los ríos que vierten a La Colada, peor que la ganadería. La tercera cuestión es llegar a una concienciación en el norte de que el recurso que tenemos está al límite y tenemos que hacer un uso racional del agua. El derroche se tiene que acabar. Suena idiota, pero no nos damos cuenta de lo imprescindible que es el agua. Cuando hemos estado varios días sin agua para la cisterna o para fregar, nos hemos dado cuenta de que volvíamos 100 años atrás. En pleno siglo XXI había que ir con cubetas.

-¿Es necesario conectar Puente Nuevo con Sierra Boyera, donde está la planta potabilizadora?

-Sería necesario al menos comenzar el proyecto para conectar los tres pantanos, que prácticamente está ya hecho. Sería necesaria una obra de revisión de tuberías y terminar los kilómetros que quedan más las zonas de bombeo. Casi todo el trabajo está hecho. Hay que acabar esa conexión, que pueden ser unos 18 millones de euros, más la potabilizadora de La Colada, que podrían ser 5-7 millones.

-¿Está planteando construir una planta potabilizadora en La Colada? Eso nadie lo ha puesto sobre la mesa, el agua tiene que ir a Sierra Boyera que es donde existe la planta que abastece a casi toda la comarca.

-Sí. Hay que hacerlo donde se estime que es mejor o más barato. Cada administración nos dice una cosa. Nosotros no entramos en cuestiones técnicos pero lo que sí es necesario es potabilizar el agua de La Colada. Si se pueden conectar los tres pantanos sería estupendo, porque eso nos daría una tranquilidad de por vida. Hay que tener en cuenta que Sierra Boyera está muy colmatado, tiene una capacidad teórica pero no sabemos el sedimento que acumula, de modo que desconocemos su capacidad real.

-Se considera que el 80% del agua que se consume en España se va a la agricultura o la ganadería. En el norte de Córdoba apenas hay regadío: ¿es la ganadería el mayor consumidor de agua de la zona?

-El Guadiato sí tiene regadíos de cultivos intensivos de pistachos, almendras, olivos... y hay bastante. Pero la mayor parte se va a la ganadería. Una vaca bebe diariamente 150 litros y algunas explotaciones tienen 200 o 300 cabezas. Los ganaderos nos dicen que gastan entre 3.000 y 4.000 euros mensuales para pagar el transporte de agua con cisternas. Nuestro miedo es que llueva y la gente se olvide del problema. No hay que confiar en la lluvia, sino en que este problema se arregle. El presidente de la Diputación dijo que no hay que ponerse nervioso, solo esperar a que llueva. Hoy en día la meteorología no es una ciencia matemática por culpa del cambio climático. Nosotros queremos que llueva pero que no se nos olvide este problema. Hay que pensar en el momento que están pasando los ganaderos: tienen una situación de estrés que va a marcar el futuro de los Pedroches. Es una tensión muy elevada, entre otras cosas los cultivos de paja se han achicharrado. La ganadería es tremendamente cara. La comarca está cogida con pinzas, porque no hay relevo generacional para la ganadería, como ocurre en muchos otros sectores primarios. Hoy en día ser ganadero pasa más por un trabajo vocacional que rentable. No hay pastos, no hay suministros. Lo que nos faltaba para colmo es el problema del agua. Si queremos que la zona Norte, con sus empresas de carne y lácteos, tiren para adelante, no nos queda más remedio que unirnos y olvidarnos de peleas políticas.

-Esa es otra cuestión. ¿No teme que la plataforma termine politizada? No sería la primera vez que ocurre...

-La Plataforma anti Nuclear duró seis años y la del tren varios. La zona Norte podría montar una cátedra sobre movimiento ciudadano. Es inconcebible que tengamos que hacer esto. Nuestra mecánica es no mezclar churras con merinas y eso nos supone hacer una criba muy grande en los componentes de la plataforma. Los movimientos ciudadanos no tienen un plan B, son colectivos que están siempre muy criticados. Los políticos los usan como diana para quitarse problemas del medio. Intentamos ser tremendamente transparentes. Aquí todos tenemos un ideal, pero a la hora de hablar queremos guiarnos por el sentido común. Tenemos clara la hoja de ruta y aquí no hay un problema político.

No nos queda más remedio que unirnos y olvidarnos de peleas políticas.Miguel AparicioPresidente de Unidos por el Agua

-Cuando habla de una «criba» en los miembros de la plataforma, ¿se refiere a los políticos? ¿No quieren partidos dentro del colectivo?

-Sí los queremos, pero no queremos a personas que utilicen la plataforma como una herramienta política. Necesitamos integración de ayuntamientos, mancomunidades, gobiernos... pero no consentiremos que la usen como herramienta. Esto no es un juguete. Aquí llevamos toda la vida con plataformas y para conseguir cualquier cosa hay que pelearse. Somos tan pocos votos que no le interesamos a nadie. Aquello de Fuenteovejuna no es casualidad. Hay un historial de movimiento ciudadano que nos ha caracterizado en los Pedroches y el Guadiato.

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