«Ser cura es ser cauce de gracia para que la divinidad pueda entrar en la humanidad»

Continuamos esta primera temporada testimonial, parándonos a conocer de cerca uno de los sacramentos más desconocidos, la orden sacerdotal. Ahora bien, os preguntaréis ¿por qué junio? Porque como ya recordamos en el episodio anterior es el mes en el que se ordenan normalmente los sacerdotes diocesanos.

El invitado de hoy es Pedro del Pino, sacerdote de 28 años cuyo primer y actual ministerio lo desarrolla en la localidad de Fuente Obejuna y sus aldeas, donde como dice él, le gustaría seguir siempre. Pedro es un joven sacerdote de Málaga que vino a nuestra diócesis de Córdoba siguiendo su llamada, entendiendo que lo que necesitaba su corazón era dejar de estar en el mundo y entrar en el seminario menor de San Pelagio en Córdoba.

Pedro nos abre su corazón en una charla entre amigos que nos hizo conocerle aún más, que nos hizo entender perfectamente su historia, su llamada, su vocación. Él desde la cercanía y la naturalidad que le caracteriza nos cuenta como se encontró de bruces con el Señor a través de la eucaristía, sabiendo que es un humilde y pobre enamorado de Jesús que tiene grabado en su anillo de ordenación «Fileo te» que es lo que Pedro le dijo a Jesús resucitado aceptando que le quiere de la mejor manera que puede, sabiéndose que jamás podrá querer de una forma divina como nos quiere el Padre, aceptando que siempre será un pobre pecador que lucha para ser digno de su amor incondicional.

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