Ana Gema Torrico, hermana mayor de la Merced de Córdoba
Ana Gema Torrico, primera mujer al frente de la Merced: «Queremos que todos se sientan como en casa»
Uno de los aspectos que destaca es que «queremos desarrollar un programa básico de formación cofrade y litúrgica que sea un buen punto de partida»
La Hermandad de la Merced inicia una nueva etapa tras la elección de Ana Gema Torrico Luque como hermana mayor, convirtiéndose en la primera mujer en asumir este cargo en la corporación sacramental cordobesa. Una responsabilidad que afronta —como reconoce— «con mucha emoción, agradecimiento e ilusión, pero también con la conciencia de que se trata de un enorme compromiso». Ana Gema atendió en entrevista a La Voz de Córdoba.
— ¿Qué sintió cuando fue elegida Hermana Mayor de la Hermandad de la Merced?
— Fueron momentos de mucha emoción. Sabía que había habido una gran participación durante las dos horas establecidas para la votación y la verdad es que estaba muy nerviosa. Muy abrumada por el resultado y muy agradecida por el respaldo que he tenido por parte de los hermanos. Desde que se hizo pública la presentación de mi candidatura he recibido numerosas muestras de cariño, principalmente de los hermanos, pero también de otras hermandades y cofrades. Y eso siempre reconforta.
Ser hermana mayor de una hermandad como es La Merced es un gran honor. Somos una hermandad de barrio, que se ha caracterizado siempre por tener mucha vida y gran participación en todas las actividades, tanto cultuales como culturales. Estar al frente de ella supone una gran responsabilidad, porque hay que trabajar mucho para poder estar a la altura de lo que merece esta hermandad y sus hermanos.
Ser la primera mujer como cabeza visible al frente de esta hermandad es algo que asumo con mucha ilusión, pero consciente de la responsabilidad y del compromiso que esto conlleva. Para ello cuento con un equipo muy preparado y dispuesto a trabajar, que incluye a antiguos miembros de Junta de Gobierno que llevan toda la vida en la hermandad y que aportan la sabiduría de la experiencia y el amor a sus Titulares, y a hermanos más jóvenes que suman una renovada ilusión y energía con ganas de trabajar por engrandecer a la cofradía. Esta suma es nuestra fortaleza, garantizando así la transmisión de nuestra historia.
Queremos seguir haciendo Hermandad, creciendo juntos y que todos los que vienen a La Merced se sientan como en casa. Nos esperan unos años muy intensos, muy bonitos y cargados de trabajo, y estoy segura de que los aniversarios que tenemos a la vuelta de la esquina serán celebrados como se merecen.
— ¿Cuáles serán las líneas maestras de su proyecto para los próximos años?
— El proyecto que presentamos a los hermanos se basa en muchos aspectos: cultos, formación, obra social, estación de penitencia, patrimonio, casa de hermandad, juventud… Puede parecer un tópico, pero los pilares del programa son los mismos que siempre han sustentado a la Hermandad: formación, culto y caridad, además del patrimonio. Estos cuatro aspectos están muy definidos en el programa.
La Hermandad de la Merced siempre ha tenido una continua y amplia actividad formativa, ya sea religiosa, litúrgica o cofrade. Queremos continuar esa línea, ofreciendo oportunidades para que los hermanos se formen, principalmente en historia de la Hermandad, en sus Reglas y en la liturgia de la eucaristía. Y esperamos también que los hermanos respondan a esas oportunidades.
Vamos a incidir especialmente en la formación de la juventud y de los nuevos hermanos.
En cuanto a cultos internos, celebramos unos cultos muy dignos en torno a nuestros titulares, con una buena preparación por parte de la Diputación de Cultos, y con una asistencia aceptable, pero en la que debemos seguir trabajando para que sea sobresaliente. Y vamos a centrarnos en potenciar los cultos al primer titular de la Hermandad, el Santísimo Sacramento del Altar. Somos la primera hermandad de penitencia sacramental de Córdoba y debemos estar orgullosos.
Respecto al culto externo, no vamos a descubrir la dificultad del itinerario del Lunes Santo. La Diputación Mayor de Gobierno trabaja sin cesar para que la Estación de Penitencia sea lo más cómoda y atractiva posible para hermanos y público.
Sobre caridad y obra social, nuestras hermandades están muy concienciadas: recogidas de alimentos, productos de primera necesidad… prácticamente todo el año. Seguiremos trabajando en la bolsa de Caridad, en la gestión de Cáritas Parroquial y colaborando con la Pastoral Penitenciaria. Estaremos siempre a su disposición.
— ¿Tiene algún objetivo prioritario para impulsar desde el primer día?
— Sin duda, la formación y la preparación de los aniversarios de nuestros Sagrados Titulares.
Queremos desarrollar un programa básico de formación cofrade y litúrgica que sea un buen punto de partida para los nuevos hermanos y también para refrescar conocimientos. Además, organizaremos charlas formativas para los cultos de cada titular, promoviendo aquellas centradas en el misterio eucarístico desde lo teológico, cultural y artístico.
Seguiremos potenciando aspectos formativos cofrades en lo cultural, artístico, histórico, antropológico y simbólico, sobre todo en lo referente al conocimiento de la historia de la Hermandad, sus reglas y los actos de culto interno y externo, incluida la Estación de Penitencia, su significado y procedencia, así como la historia y santoral de la Orden de la Merced.
En los próximos cuatro años viviremos varios aniversarios: el cincuentenario de Santa María de la Merced en 2026 y el de Jesús Humilde en 2028. Tenemos que trabajar desde ya, porque se trata de celebraciones muy importantes que requieren amplia planificación previa.
— ¿Qué estrategias implementará para fomentar la participación, especialmente entre los más jóvenes?
— Nuestros jóvenes son el motor más importante para garantizar continuidad, renovación y vitalidad. Tenemos que acercarnos a ellos, ponernos en su lugar, conocer cómo piensan y qué esperan de su hermandad. Y debemos evitar que funcionen como una hermandad paralela: su trabajo debe ser siempre «en función y al servicio de la Hermandad».
Queremos una comunicación bidireccional entre Junta de Gobierno y jóvenes, para que se sientan motivados y partícipes. Es nuestra responsabilidad fomentar su fe y compromiso, creando espacios de encuentro y convivencia que fortalezcan el sentido de pertenencia.
Dentro del programa formativo incluiremos «Sembrando Fe», un ciclo adaptado a sus inquietudes, con temas de doctrina social de la Iglesia, solidaridad, voluntariado, historia y vida de la hermandad, y también contenidos artísticos y culturales. Los jóvenes, como futuros miembros de la Junta de Gobierno, deben conocer las reglas y valores de la hermandad.
En paralelo, queremos poner en marcha una iniciativa para los más pequeños: hay muchos niños en la cofradía, hijos de hermanos, y creemos importante organizar actividades para ellos además de la convivencia de canastillas, fomentando así su integración lúdico-formativa.
— ¿Prevé algún cambio o mejora en los cultos o en la estación de penitencia?
— Queremos continuar dotando de solemnidad y fomentar la participación en todos los cultos, centrando el esfuerzo en potenciar los cultos al Santísimo Sacramento del Altar. Somos la primera hermandad sacramental de penitencia de Córdoba y debemos sentirnos orgullosos de ello.
Promoveremos el engrandecimiento de la procesión claustral que actualmente se celebra tras la Eucaristía de la Función Principal. Queremos darle la solemnidad que merece y, si es posible, trasladarla a las calles de la feligresía para el 75º aniversario fundacional, con una custodia procesional propia.
Sobre la Estación de Penitencia, seguiremos trabajando para que el horario y recorrido sean lo más cómodos y atractivos posible. Tenemos un recorrido largo hasta la Catedral y debemos cuidar cada detalle para seguir llenando las calles de nazarenos mercedarios. Continuaremos colaborando con las hermandades del Lunes Santo y la Agrupación, y mejoraremos también el sistema de papeletas de sitio para hacerlo más cómodo y fluido.
— Las hermandades son también agentes sociales. ¿Cómo potenciará la obra asistencial?
— La gestión de la bolsa de caridad y Cáritas Parroquial es cada vez más compleja, porque requiere planificación estratégica y coordinada. Ha sido ejemplar, pero creemos que con el refuerzo de la Diputación de Caridad podemos dar un paso más.
Queremos crear un plan de acción de caridad, definiendo objetivos a corto, medio y largo plazo, un protocolo documentado de ayudas, alianzas con entidades y actividades a lo largo del año. Con un nuevo sistema podremos ampliar campañas, vías de colaboración y conocer el impacto real de nuestras actuaciones.
— ¿Algún proyecto social nuevo que quiera impulsar?
— La caridad forma parte del ADN de la Hermandad de la Merced. Es nuestra obligación seguir manteniendo este compromiso profundo con quienes más lo necesitan. La bolsa de caridad seguirá siendo uno de los proyectos más importantes.
Seguiremos colaborando con Cruz Blanca, las Esclavas del Santísimo y la Pastoral Penitenciaria mediante donativos, compra de alimentos, pago de recibos, subvenciones y ayudas. Queremos afianzar la colaboración con los bomberos de Córdoba en su iniciativa solidaria.
Y queremos crear un grupo de voluntariado en la prisión, formado por hermanos que, junto con la Pastoral Penitenciaria, ofrezcan acompañamiento espiritual y humano a los internos.
— ¿Qué retos patrimoniales considera prioritarios en su mandato?
— Para el Lunes Santo de 2026, si Dios quiere, tendremos dos estrenos muy importantes:
El faldón delantero del paso del Señor, elaborado por Francisco Pérez Artés y diseñado por Javier Sánchez de los Reyes, fruto del trabajo de treinta años de la comisión del paso.
La restauración del palio de Santa María de la Merced, con los bordados pasados a una nueva tela «blanco mercedario», a cargo de Antonio Villar.
Además, este septiembre se estrenará la Saya del 50º Aniversario, obra de José Manuel Martínez Hurtado y financiada por el Grupo Joven.
Tenemos varios objetivos prioritarios:
La realización de una custodia procesional propia para los cultos al Santísimo, con vistas a una posible procesión del Corpus, el Niño Jesús de Buiza y San Antonio de Padua en 2030.
La incorporación de un nuevo Libro de Reglas y Estandarte.
La restauración de la antigua imagen del Señor de la Coronación de Espinas, por Ana Infante de la Torre, con posible exposición y ciclo de conferencias.
Un estudio por parte de un imaginero para mejorar la disposición del misterio, buscando que el Señor gane protagonismo y visibilidad.
También acometeremos el mantenimiento del dorado del paso de misterio, la continuación de la renovación del paso de palio —empezando por candelabros de cola y candelería—, la mejora del camarín de la Virgen y la unificación de las telas del altar de cultos.
— ¿Hay algún proyecto de conservación o ampliación patrimonial en estudio?
— Siempre hay algo en mente, pero con lo que nos hemos marcado para los próximos cuatro años… vamos bien servidos. Esperemos poder acometerlos todos.