Cuando la Navidad duele

La Navidad no es una etapa fácil para todo el mundo. La presión social por mostrarse feliz, las reuniones familiares o laborales cargadas de expectativas, la soledad no deseada o el peso de las ausencias recientes acaban pasando factura a muchas personas en estos días. Frente al relato dominante de celebración permanente, estas fechas tienden a intensificar emociones que durante el resto del año permanecen más contenidas, como la tristeza, la ansiedad o el propio duelo. A ello se suman factores como las dificultades económicas, el cansancio acumulado o la falta de redes de apoyo, que convierten este periodo en especialmente delicado desde el punto de vista emocional. Profesionales de la psicología y del ámbito social recuerdan que no vivir la Navidad con entusiasmo no es una excepción, sino una realidad frecuente, y subrayan la importancia de normalizar estos sentimientos, reducir la autoexigencia y buscar acompañamiento cuando sea necesario.

Para muchas personas que han perdido a un ser querido, estas fechas se convierten en momentos especialmente difíciles, en los que sentimientos de tristeza, vacío o soledad se intensifican. Conscientes de esta realidad, la Junta de Andalucía, a través de la Red Andaluza de Cuidados Paliativos (RedPAL) y la Escuela Andaluza de Salud Pública, ha puesto en marcha un ciclo de talleres de acompañamiento al duelo en las ocho provincias andaluzas. La iniciativa, diseñada por profesionales especializados en cuidados paliativos y apoyo emocional, crea espacios seguros donde quienes atraviesan un proceso de pérdida pueden reconocer y expresar su dolor, compartir experiencias y acceder a herramientas prácticas para afrontar estas fechas señaladas con mayor serenidad.

Intervienen Miguel García Linares, coordinador del Plan Andaluz de Cuidados Paliativos y Lourdes Trillo, psicooncóloga de Cuidados Paliativos, perteneciente al programa de atención a la cronicidad de la Fundación ‘la Caixa’.

Edita y presenta Rafael González.