La Mariblanca en su pedestal actual de Puerta del Sol
La Mariblanca, escultura de la Puerta del Sol y vestigio de la 'fuente de la fe' del Siglo de Oro español
La Venus original está ligada al escultor y tratante de arte por Ludovico Turqui. Se desconoce si la trajo de Florencia o la realizó él mismo en 1625
La historia de la Puerta del Sol se remonta hasta el origen de la ciudad de Madrid. La Mariblanca es uno de los vestigios más antiguos que nos trasladan siglos atrás y, sin embargo, aún se pueden contemplar en las calles a pesar de los cambios acometidos. Con motivo de la remodelación de esta plaza vamos a averiguar cuál fue el motivo y el contexto de su creación.
El órgano de gobierno de la Villa de Madrid, capital del reino desde 1561, se introdujo en el siglo XVII con el propósito de embellecer de la urbe. La llegada de la familia real acompañada de las clases aristocráticas puso de relieve la dificultad que su trazado planteaba para sus nuevas funciones. En 1616 se encarga a Gómez de Mora una fuente nueva que sustituyera a una muy modesta situada entra la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo. Aunque, finalmente fue el italiano Rutilio Gaci quien diseñó el proyecto llevado a cabo desde en 1618.
La Mariblanca y su fuente
La estatua que coronaría el trabajo de Gaci fue encargada a Ludovico Turqui, un escultor y tratante de piezas clásicas que volvió con esta y otras cuatro de Florencia en 1625. Se desconoce si la adquirió allí o si es de su autoría. Lo que ha llegado hasta nosotros es la curiosidad de que en el camino se rompió y llegó decapitada. Esta escultura de mármol blanco representa a la diosa Venus, posteriormente fue identificada como la alegoría de la fe. Pronto fue bautizada como la Mariblanca por decisión popular. El conjunto, llamado fuente de las arpías o de la fe fue finalizado en 1630.
Grabado del siglo XVII que representa la fuente de la Mariblanca
La fuente estaba conformada por un pilón de forma octogonal que sostenía escudos, cartelas y mascarones adosados con salida de agua. En la parte superior tenía otro nivel decorativo con surtidor de agua, formado por grandes conchas y cuatro arpías, figuras aladas con torso de mujer. El agua procedía del viaje del Abroñigal Alto, alimentado por el arroyo del Manzanares que pasa por el término de Canillas, fue un viaje que estuvo en funcionamiento desde 1614 hasta el siglo XIX.
El nombre y significado de esta fuente se encuentra en consonancia con su emplazamiento. Erigida frente a la Iglesia del Buen Suceso y próxima al Convento de la Victoria, importantes centros religiosos del momento, además daba servicio a los aguadores de la zona.
La Puerta del Sol acabó convirtiéndose en un lugar de reunión importante para el despliegue de la vida social de la ciudad. Conscientes de ello se instalaron en este enclave comercios y negocios, como un mercadillo de alimentación al aire libre y puestos con otros productos. Para ordenar el espacio se introdujeron unas estructuras de madera junto a la fuente, visibles en los planos del momento.
Detalle del plano de Teixeira (1656) que muestra la Puerta del Sol
Una forma de vida
El propósito de mejorar el aspecto de las calles en el siglo XVII estuvo sujeto a la forma de entender y de vivir en estos espacios. A pesar de que fue un siglo de pestes, escasez y hambre, también fue una época esplendida para la literatura y el arte. Tal contradicción encuentra su origen en el soporte de la profunda religiosidad, inspirada por la Contrarreforma.
La Reforma Tridentina, y la defensa a ultranza acometida por España dejó un ambiente en el que la religiosidad fue una inspiración y un aliciente para el desarrollo de estas disciplinas. A su vez, el número de hombres y mujeres que escogieron la vida religiosa aumentó de forma considerable, como consecuencia las construcciones como conventos o iglesias se mejoraron y ampliaron con los medios disponibles.
En los siglos posteriores varios artistas realizaron modificaciones del pedestal de la fuente, hasta que en el siglo XIX se demolió y trasladó la Mariblanca a una nueva fuente en la plaza de las Descalzas. Desde 1912 hasta 1969 estuvo en el parque de El Retiro. Después se trasladó al Paseo de Recoletos entre columnas a modo de templete, hasta que unos actos vandálicos hicieron que se trasladase, después de su restauración, al Vestíbulo de la Casa de la Villa. Actualmente la original puede visitarse en el Museo de Historia de Madrid, mientras que la que se encuentra hoy en la Puerta del Sol es una réplica de piedra caliza colocada en 1986 en la plaza, y en 2009 en este lugar en concreto.
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