Vista del Palacio Real de Madrid

Vista del Palacio Real de MadridTurismo Madrid

El Palacio Real de Madrid, sus protagonistas y el proyecto que pudo haber cambiado por completo la ciudad

Diseñado por Felipe V, nunca fue tan deseado por otro monarca. Además, debe su origen a un incendio y pudo estar situado en otra zona de la villa y corte

El Palacio Real de Madrid, atractivo por excelencia de la ciudad, nace de un proyecto que estuvo sujeto a la llegada de Felipe V, primer Rey Borbón, a la villa en 1701. Aunque, en su aparición fue determinante el impulso que produjo el incendio del Alcázar la Nochebuena de 1734. Nieto de Luis XIV, quiso construir un palacio al estilo de Versalles. Estos son los aspectos y personajes que marcaron la historia del nuevo palacio.
Jean Ranc, "Felipe V, rey de España", 1723

Jean Ranc, «Felipe V, rey de España», 1723Museo del Prado

Los palacios de Felipe V

El Palacio Real de Madrid no fue la primera intervención palaciega que emprendió Felipe V. En 1702, recién llegado a Madrid, encargó al arquitecto madrileño Teodoro Ardemans la reforma del Alcázar, que era del gusto y para el regocijo de los Austrias. E incluso, el monarca encargó a este mismo arquitecto construir otro palacio antes de concebir el Palacio Nuevo, el Palacio de la Granja de San Ildefonso.
En 1720 el soberano decidió adquirir la propiedad de la Granja de San Ildefonso que pertenecía a la orden de los jerónimos para proyectar su residencia vacacional. Las obras se aceleraron para que Felipe V e Isabel de Farnesio pudieran trasladarse en 1723 a su residencia de verano, aunque la proyección de los jardines a la francesa se extendió en el tiempo. En cambio, la arquitectura original del Palacio de La Granja era más bien austera, por lo que se cree que el monarca trató de poner sus esfuerzos e ilusiones en el Palacio Nuevo.

Los arquitectos

El primer proyecto para el Palacio Real fue concebido por Filippo Juvarra, nacido en Messina, Sicilia en 1678, cuando aún era dominio español. Con un gran recorrido como arquitecto barroco se encontraba trabajando para Amadeo de Saboya. Como era de su gusto y había viajado entre 1719 y 1720 a París, fue solicitado por el Rey para proyectar el Palacio Real Nuevo y él, que había nacido súbdito español, debió sentirse halagado y se trasladó a España sin demora.
Su diseño arquitectónico ha sido considerado el más ambicioso pensado para Madrid en su historia. El gran complejo, que presumía de alcanzar los 436 metros en cada fachada (convertido a las unidades de medida actuales), 28 metros de altura, 34 puertas de ingreso y 3.000 ventanas. Tan solo unos meses después de terminar los planos en 1736, Juvarra murió de un «enfriamiento», una pulmonía por los aires fríos de Madrid.
El primer proyecto del Palacio Real, del arquitecto Filippo Juvarra

El primer proyecto del Palacio Real, del arquitecto Filippo JuvarraPatrimonio Nacional

Giovanni Battista Sachetti llegó, también, desde la corte de Saboya para sustituir a Juvarra por conocer a la perfección su obra. Sin embargo, tuvo que reformar la idea inicial porque era demasiado costosa. El 7 de abril de 1738 se colocó la primera piedra. Felipe V pasó sus últimos ocho años de vida sufriendo «la melancolía de no poder contemplar terminado ese palacio», como expresa la historiadora Eugenia Montero.

La ubicación

A pesar de que la necesidad de la construcción del Palacio Real surgió tras el incendio del Alcázar, que había sido reducido a cenizas en gran parte de su estructura, las dimensiones del proyecto de Juvarra no permitían construir tal obra en este mismo emplazamiento. De haber sido el diseño de su primer arquitecto asumible por las arcas reales, el Palacio Real de Madrid estaría situado en otro lugar.
La ubicación planteada se localizaba en algún lugar de «los altos de San Bernardino», que han sido identificados como la zona sur del barrio de Argüelles. Los historiadores como María José Muñoz de Pablo que han estudiado las posibles localizaciones, destacan una consecuencia fundamental de este proyecto que nunca llegó a realizarse, que hoy Madrid tendría una estructura y fisionomías diferentes. Las casas de los nobles del siglo XVIII y en adelante se habrían construido alrededor del Versalles español.
Anton Rafael Mengs, Carlos III, h. 1765

Anton Rafael Mengs, Carlos III, h. 1765Museo del Prado

Carlos III y el palacio

La residencia palatina fue terminada el 1 de diciembre de 1764 y el Rey Carlos III, madrileño de nacimiento, fue el primero en vivir entre sus muros. Habiendo quedado viudo y echando en falta a su querida esposa María Amalia de Sajonia, a medida que pasaban los años más tiempo se recluía en el interior del Palacio Real. Consagrado a los asuntos de Estado, dedicó cada vez menos tiempo a las cacerías y a la vida social, donde los bailes de minué se habían convertido en el pasatiempo favorito durante las reuniones en las casas aristocráticas.
Desde el interior del palacio Carlos III concibió los nuevos proyectos para las nuevas obras de Madrid por las que se le han dedicado numerosos títulos y comentarios, entre los que es menos conocida la atribución de sufrir el «mal de piedra». El Palacio Real fue construido con grandes bloques de granito de Guadarrama para los muros y piedra blanca de Colmenar para las columnas, balaustradas y cornisas.

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