ismael Medina en su biblioteca

Con Ismael Medina en su bibliotecaGustavo Morales.

Crónicas castizas

Recordando a Ismael Medina Cruz

En las largas noches de aquellos veranos inolvidables, Ismael era ave nocturna, como buen periodista, hablando de todo, un hombre renacentista para quien nada era ajeno, nunca te sentías un extraño o un desconocido con él, te adoptaba inmediatamente como amigo

Tuve la fortuna de conocer al periodista Ismael Medina. Fue en el marco de la Universidad de Verano que realizaba la Fundación José Antonio en el castillo de Castilnovo, Segovia, hospedados por Pepe Gárate y becados algunos por la generosidad de Arriola. Ismael me felicitó por la idea de crear la Fundación y se preguntaba cómo no se le ocurrió antes a nadie, durante una jartá de años en que la imagen del ausente estaba presente. En las largas noches de aquellos veranos inolvidables, era ave nocturna, como buen periodista, hablando de todo, un hombre renacentista para quien nada era ajeno, nunca te sentías un extraño o un desconocido con él, te adoptaba inmediatamente como amigo y comenzamos ambos una relación epistolar de las que ya no se usan, orlada con las visitas a su casa en Aranda de Duero,enriquecidas por la gula, con clarete, matanza y cordero en un restaurante cercano pues aunque Ismael era de Cuenca y no se arrepentía de ello, hizo de aquel lugar su hogar en los últimos años de su vida azarosa, ya jubilado desde 1992 de RTVE.

Llegó a Falange, al SEU y al Frente de Juventudes, procedente del anarcosindicalismo de la antaño poderosa CNT, que dejó al nacionalizar su sindicalismo español. Escribir fue su pasión. Lo hizo en múltiples publicaciones, desde las universitarias «La Hora», «Alcalá», «Juventud», donde fue redactor, columnista y más cosas. Trabajó en «Arriba», en «Pyresa» y en «El Alcázar», fue comentarista de Radio Nacional de España en Italia, director del telediario de la noche de TVE en 1972 y 73. Redactor-Jefe de la citada Agencia Pyresa a partir de 1960, corresponsal en diversos países y en Roma, desde 1966 hasta 1970, y comentarista cultural en Italia de RNE Precisamente allí vivió la presidenta del PSOE actual, Cristina Narbona, una docena de años, porque su padre, Francisco Narbona, miembro de la Vieja Guardia de Falange, fue nombrado en 1964 corresponsal de Radio Nacional de España en allí y también su madre, María Francisca Ruiz Cortés era corresponsal en la capital italiana del diario «Pueblo», el periódico de los sindicatos verticales, coincidencias que propiciaba el régimen del innombrable para conciliar la vida familiar.

durante ese periodo Ismael colaboró con «Índice», y fue redactor del diario falangista «Arriba», así como coordinador de las páginas de Economía que dirigía el profesor Juan Velarde Fuertes de quien escribió el catedrático Álvaro de Diego en El Debate hace poco.

Ismael Medina y Juan Velarde

Ismael Medina y Juan Velarde

Ismael Medina con Camilo José Cela en la redacción del periódico falangista Juventud.

Ismael Medina con Camilo José Cela en la redacción del periódico falangista Juventud.

Escribió también en «Diario de Jaén», «El Español», «Así Es», «La Estafeta Literaria», ”El Correo de Cuenca”, «El Correo de Burgos», «Vistazo a la Prensa»...

Pues aún hay más: Ismael Medina Además tuvo tiempo y talento para contribuir con su pluma fértil en múltiples y diversas publicaciones de diferentes tipos y periodicidades. Conferenciante de verbo fácil y pensamiento punzante dictó más de medio centenar de conferencias, dos de las mismas en el Club Siglo XXI. Amigo de las iniciativas joseantonianas Fue miembro fundador de la extinta Plataforma 2003.

Autor de libros como: «España indefensa», «Juan Pablo II, testigo de esperanza», «20 de noviembre: José Antonio, Durruti y Franco».

Jefe de Prensa del Ministerio de Trabajo, Delegado del Servicio de Publicaciones en el Ministerio de Educación y Ciencia, Subdirector Internacional de la Agencia EFE, que no se llama así por casualidad, redactor en: «Patria» de Granada...

En un cajón de la mesa de su despacho, en una biblioteca envidiable de dos plantas donde los libros sólo eran adornos de la cultura que rezumaba , guardaba Ismael con mimo las cinco rosas rojas secas y la cinta que acompañó el traslado del cuerpo de José Antonio desde el Escorial al Valle de los Caídos. No fue su primer viaje ni sería el último pero en este le acompañó Ismael llevándo el féretro al hombro.

Se mantenía vinculado al club «Encuentros» y al semanario «FE» que editaba en otro tiempo quien esto firma con el apoyo económico desinteresado del Dr. Togores en la imprenta azul dw Malasaña bautizada Zacatecas que regía Ángel Carrera. Ismael aportaba un artículo con enjundia pero podía haber escrito el periódico completo tocando todos los palos o llenando secciones y sin aburrir ni estragar al lector.

Llegado el tiempo de su partida, consciente de ello, se despidió de todos un uno de febrero, con 87 años, cáncer y una fe resuelta , desde «El Diario de Burgos» con un artículo titulado con su habitual maestría con las palabras «A Dios», donde revalidó su fe en Cristo redentor, él que presumía de ser el único periodista del planeta que había sido vetado dos veces por el Vaticano cuando fue corresponsal en Roma. católico de fe y convicción conocía al dedillo la parte política de la Iglesia en aquellos tiempos y antes que no es decir poco.

Había sobrevivido a su hija y a su mujer, cuyo recuerdo le enturbiaba los ojos y caldeaba el corazón que era tan grande, no como del que se jacta Juan Manuel Moreno sino auténtico, que en el de Ismael cabíamos todos, no digo ya sus camaradas sino los españoles sin distinciones.

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