Entre calles empedradas y casas de ladrillo, uno descubre un pueblo típicamente de la mancha perfecto para una escapada de fin de semana. No solo por la tranquilidad que se respira en él o la rica gastronomía local que ofrece, sino por la posibilidad de conocer los alrededores. La Solana, en el límite noroeste de los Campos de Montiel sigue siendo la atracción turística más destacada por el cultivo del azafrán y la fabricación de hoces de exportación.