Una de las ciudades más económicas de España para una escapada.
Una de las ciudades de España más económicas para una escapada tranquila
No suele figurar en las listas habituales de escapadas urbanas, pero ofrece todo lo que un viajero puede buscar: patrimonio, ambiente pausado, buena mesa y precios muy razonables.
Cuando los viajeros planifican la visita una ciudad de España buscan conocer su centro histórico, las calles más representativas, sus monumentos, su gastronomía o sus eventos, pero también gana peso que la experiencia resulte lo más económica posible.
Esta capital de provincia ha ido creciendo y embelleciendo sus atractivos con el paso del tiempo
Una de estas ciudades españolas que cumple sobradamente con todos estos requisitos es Palencia («con pé», como subrayaban desde su portal de turismo), un destino ideal para quienes buscan una escapada tranquila en pleno corazón de Castilla y León. Esta capital de provincia sorprenderá a quien la visite con un montón de detalles difíciles de mostrar en un folleto informativo. Una ciudad viva que ha ido creciendo y embelleciendo sus atractivos con el paso del tiempo, un lugar para vivirlo y disfrutarlo.
Mirador a la ciudad
Cristo del Otero.
Su localización geográfica facilita tanto el llegar hasta ella como hacer de la ciudad un punto de partida para excursiones a parajes de los alrededores que ofrecen sorprendentes vistas panorámicas: el Cerro del Otero, por ejemplo, dominado por la figura del Sagrado Corazón de Jesús de Victorio Macho, es el lugar ideal para disfrutar de una de las mejores vistas de Palencia.
Palencia alberga numerosos monumentos y lugares de interés que sorprenderán a los visitantes
En Palencia capital los monumentos y lugares de visita imprescindible son la Catedral y su Museo Catedralicio, el Palacio Episcopal, con gran patrimonio de arte sacro, el Museo de Palencia, huella de nuestros antepasados, y la iglesia de San Miguel, icono de la transición del románico al gótico con su torre campanario almenada. Palencia es también una histórica urbe romana que posteriormente, en la Edad Media, gozó de gran esplendor como residencia real y pionero centro universitario.
Puente sobre el río Carrión.
Hay mucho más que ver en la capital de la Tierra de Campos, asentada a orillas del río Carrión, pero la mejor sugerencia es la de invitar a recorrer sus calles con los ojos bien abiertos para disfrutar de cada rincón y de la hospitalidad de sus gentes con los visitantes. Porque Palencia guarda un patrimonio monumental que muchos desconocen y sus precios invitan a quedarse más de lo previsto.
La Bella Desconocida
Fachada principal de Catedral de San Antolín.
La Catedral de San Antolín, conocida como La Bella Desconocida, define bien a la ciudad. Majestuosa y poco masificada, guarda un tesoro artístico de primer nivel: un retablo mayor renacentista, un extraordinario cristo gótico y una cripta visigoda. A su alrededor, la ciudad se despliega en un casco histórico sereno, sin las prisas ni aglomeraciones de otras capitales turísticas.
Calles y plazas con encanto
Calle Mayor de Palencia.
La Calle Mayor, porticada y animada, concentra buena parte de la vida palentina. Desde allí se llega fácilmente a la iglesia de San Miguel, con su torre almenada que parece sacada de un castillo, o a la iglesia de San Francisco, ligada a los reyes de Castilla. Todo se recorre a pie, en paseos tranquilos donde el tiempo parece dilatarse.
Museos y herencia romana
Palencia también es cultura. Su museo provincial guarda piezas singulares de arqueología, mientras que muy cerca de la ciudad, en La Olmeda, esperan los restos de una villa romana con mosaicos espectaculares. Es uno de los grandes yacimientos arqueológicos de España, perfecto para una excursión de medio día.
El Canal de Castilla
Esclusa del Canal de Castilla,
La escapada se puede completar con un soplo de aire fresco en el Canal de Castilla, una de las obras de ingeniería más importantes del siglo XVIII. Hoy es un espacio para pasear, montar en bici o simplemente contemplar cómo discurre el agua entre esclusas y molinos. Y a pocos kilómetros, la Montaña Palentina sorprende con bellos paisajes de bosques y colinas.
Buena gastronomía y buenos precios
Palencia también se saborea. Aquí mandan el lechazo asado, las sopas de ajo y la morcilla, platos que saben a tradición y que se acompañan con vinos de la vecina denominación de origen Cigales. Lo mejor: los precios. Comer un buen menú del día o tapear en el centro resulta mucho más asequible que en otras capitales turísticas. También el alojamiento es más asequible, con hoteles cómodos desde 50 euros la noche, y se encuentran menús del día por menos de 15 euros y cafés a un euro. Si buscan cultura y gastronomía sin sobresaltos en la cuenta, este es su destino.