El increíble pueblo medieval de Castilla con un monasterio del siglo XI.
El increíble pueblo medieval de Castilla con un monasterio del siglo XI que maravilla a los viajeros
Esta villa castellana es un verdadero tesoro por descubrir, con una riqueza patrimonial sorprendente en su casco histórico y un gran monasterio que emociona
La provincia de Burgos regala lugares realmente impactantes para quienes se acercan a ellos por primera vez. En esta ocasión es en el corazón de La Bureba burgalesa, entre montañas agrestes y desfiladeros que anuncian la entrada a los Montes Obarenes, donde se alza un pueblo que aún escapa a las rutas más transitadas de Castilla y León. Se llama Oña y, pese a su tamaño modesto, atesora uno de los monasterios más espectaculares del románico hispano, el de San Salvador, que tiene más de mil años de historia.
Joya milenaria
Monasterio de San Salvador de Oña, con más de mil años de historia.
Fundado en el año 1011 por el conde castellano Sancho García y convertido en abadía benedictina de enorme influencia, el Monasterio de San Salvador de Oña fue durante siglos un centro espiritual y político de primer orden. Aquí se enterraron condes de Castilla y reyes de Navarra, lo que le valió el sobrenombre de «El Escorial castellano». Ha conservado hasta nuestros días un legado artístico que le hizo merecedor en el año 2012 de albergar la exposición de Las Edades del Hombre bajo el nombre Monacatus.
Estatua de fray Pedro Ponce de León en Oña.
En la actualidad el turista que se acerque hasta la villa de Oña, ubicada a 70 kilómetros de Burgos, puede visitar su imponente iglesia abacial, con los panteones real y condal, el museo de la sacristía, la sala capitular románica y el claustro gótico flamígero. Podrá deleitarse con una extensa nómina de obras de arte que en algunos casos se pueden calificar de únicas, como es el caso de los sepulcros de la capilla mayor o de las piezas textiles de los siglos X y XII.
El Claustro de los Caballeros
Jardín y Claustro de los Caballeros en el monasterio de Oña.
La experiencia que ofrece este monasterio es de las más completas, con la vista y los sentidos bien alerta y la emoción que supone recorrer el claustro gótico y reparar en sus tracerías delicadas, así como entrar en la imponente iglesia abacial de tres naves y contemplar los retablos barrocos que todavía guardan el eco de la grandeza pasada. Pero lo que más puede fascinar es el panteón condal y real, donde yacen los sepulcros de los primeros condes castellanos, decorados con una profusión de detalles que narran el poder de una época fundacional. Pasear por sus salas es viajar a los orígenes del Reino de Castilla.
Pasear por las salas y pasillos de este monasterio es viajar a los orígenes del Reino de Castilla
Las visitas guiadas al monasterio están disponibles los sábados y festivos (que no sean lunes), con el añadido excepcional de poder acceder también a varias zonas del monasterio que actualmente son propiedad de la Diputación Provincial de Burgos y a las que no se puede entrar con la visita normal.
Un casco histórico con sabor medieval
Plaza Mayor de Oña, con el Ayuntamiento y la iglesia de San Juan Bautista.
Si bien la iglesia abacial de San Salvador es el principal reclamo monumental con el que cuenta la Villa de Oña, no es el único. En la plaza del Ayuntamiento se localiza la iglesia de San Juan Bautista, levantada entre los siglos XII al XVI, y junto a ella se alza la torre de San Juan, de titularidad municipal y restaurada por el Ayuntamiento. En ella está el Museo de la Resina, que acoge en tres salas una muestra de paneles y piezas originales a través de las cuales se intenta acercar al visitante las características del desaparecido oficio de resinero y la utilidad industrial de este producto. Desde el mirador de la última planta se obtiene una bella panorámica de toda la Villa.
Casco histórico de Oña.
El casco histórico de Oña es una gozada para un paseo sosegado cargado de espíritu medieval. Catalogado como Bien de Interés Cultural, alberga casas blasonadas en las calles del Pan y del Agua, una judería medieval en la calle Barruso, restos de arquitectura popular en la zona del lavadero y el abrevadero y el antiguo hospital de beneficencia de Santa Catalina (1472), hoy reconvertido en consultorio médico.
Calle Barruso de Oña.
En la calle Barruso se encuentra asimismo el Centro de Interpretación del Medievo, donde el visitante puede conocer, a través de maquetas, paneles y audiovisuales, aspectos históricos y artísticos de la abadía de San Salvador y de la localidad durante la época medieval. Y hay que pararse en la Plaza Mayor, que concentra parte del ambiente local, con soportales y cafés desde donde contemplar el ritmo tranquilo de la villa.
Naturaleza a un paso
Sendero del Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil.
Oña es también una puerta de entrada al Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil, un espacio de bosques frondosos, cañones calizos y senderos que invitan a la caminata. Muy cerca se encuentra el desfiladero del Oca, un lugar de leyenda que, según la tradición, recorrió el Cid en su camino hacia el destierro. Para los amantes de la naturaleza, las rutas señalizadas permiten descubrir hayedos, robledales y miradores con vistas espectaculares.