Los pueblos más bonitos de los Pirineos en invierno: postales de nieve, piedra y chimeneas

Con la nieve los Pirineos muestran su cara más encantadora. El blanco cubre los tejados de pizarra, las calles se vacían y el ritmo se vuelve más lento. Es la mejor época para descubrir sus pueblos con calma, lejos del bullicio del verano, disfrutando de paisajes blancos, arquitectura tradicional y gastronomía de montaña. Desde Aragón y Navarra hasta Cataluña y el Pirineo francés, estos pueblos ofrecen ahora su postal más evocadora

África Giménez

Aínsa (Huesca)

Aínsa (Huesca)

El casco histórico medieval de Aínsa es uno de los mejor conservados de Aragón y en invierno adquiere un aire aún más auténtico. Su plaza porticada, el castillo y las calles empedradas contrastan con las montañas nevadas del Sobrarbe. Es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía local y usarlo como base para explorar el Pirineo aragonés.

Getty Images/Alberto Carrera

Benasque (Huesca)

Benasque (Huesca)

Benasque es sinónimo de alta montaña. En invierno, este pueblo del valle que lleva su nombre se convierte en un precioso refugio alpino rodeado de cumbres nevadas, con el pico Aneto como telón de fondo. Es un lugar muy valorado tanto para los amantes del esquí como para quienes buscan una escapada invernal entre chimeneas y blancos paisajes.

Getty Images/TONO BALAGUER

Bagergue (Lérida)

Bagergue (Lérida)

Situado a 1.490 metros de altitud, en el corazón del Valle de Arán, Bagergue es el pueblo habitado más alto de este valle y uno de los más altos del Pirineo catalán, lo que garantiza nieve durante buena parte del invierno. Uno de sus edificios de arquitectura popular acoge el interesante museo Eth Corrau, que alberga más de 2.500 piezas que muestran la vida cotidiana y los objetos propios de la economía tradicional aranesa.

visitvaldaran.com

Taüll (Lérida)

Taüll (Lérida)

Taüll combina paisaje invernal y patrimonio único. Este pequeño y encantador pueblo es conocido por sus iglesias románicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad, que en invierno destacan aún más entre la nieve. La estampa de Sant Climent de Taüll con las montañas blancas al fondo es una de las imágenes más icónicas del Pirineo. Presume además de poseer el sello de Pueblo con Encanto de Cataluña.

Getty Images/iStockphoto

Vielha (Lérida)

Vielha (Lérida)

Capital del Valle de Arán, Vielha mantiene vida durante todo el invierno sin perder su encanto de pueblo de montaña. Esta pequeña ciudad pirenaica alberga el 40% de la población del valle y está situada a 974 m de altura. Rodeada de cumbres que superan los dos mil metros, combina arquitectura tradicional, buena oferta gastronómica y cercanía a estaciones de esquí.

visitvaldaran.com

Isaba (Navarra)

Isaba (Navarra)

En pleno valle del Roncal, Isaba es uno de los pueblos más bonitos de Navarra cuando llega el invierno. Sus casas de piedra con tejados inclinados y balcones de madera se integran perfectamente en el paisaje nevado. Rodeado de naturaleza salvaje, es ideal para quienes buscan silencio, rutas invernales y una experiencia auténtica en uno de los rincones menos masificados del Pirineo.

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Ochagavía (Navarra)

Ochagavía (Navarra)

Conocido por ser la puerta de entrada a la Selva de Irati, Ochagavía parece diseñado para el invierno. El río Anduña, sus puentes medievales y las fachadas de piedra crean una imagen especialmente fotogénica cuando la nieve cubre el valle de Salazar. Es un pueblo pequeño, de casas blancas y calles empedradas, acogedor y perfecto para pasear.

Escapada Rural

Saint-Lary (Francia)

Saint-Lary (Francia)

Este pueblo del Pirineo francés ofrece un marcado aire alpino en invierno. Calles cuidadas, casas de piedra y madera y un ambiente animado gracias a la temporada de nieve. Además de por su cercana estación de esquí, Saint-Lary destaca por su oferta de bienestar y termas, lo que lo convierte en un destino ideal para combinar actividades de montaña y relax.

ski-france.com

Cauterets (Francia)

Cauterets (Francia)

Cauterets conserva la elegancia de la Belle Époque, visible en su arquitectura y antiguos hoteles, que en invierno adquieren un encanto especial. Rodeada de altas montañas y nieve abundante, esta ciudad balneario es un clásico del Pirineo francés, ubicada a las puertas de parajes naturales imperdibles. En invierno, el valle se viste de blanco para dar paso a dos estaciones de esquí: el Cirque du Lys, un dominio esquiable para todos los niveles, y el Pont d'Espagne, un paraíso nórdico.

cauterets.com

Alquézar (Huesca)

Alquézar (Huesca)

Aunque situado en el Prepirineo, Alquézar merece un lugar en esta lista. En invierno, su conjunto medieval de piedra, encaramado sobre el cañón del río Vero, ofrece una imagen espectacular. Ahora además es buena época para disfrutar de su casco histórico, menos concurrido que en verano, de su encanto medieval y la naturaleza de la Sierra de Guara.

huescalamagia.es

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