Terraza del hotel Bulgari en Roma.bulgarihotels.com

Las nuevas joyas del lujo de la Ciudad Eterna que rompen su fama de tener hoteles viejos y mediocres

Última llamada para viajar a Roma antes de que el Año Santo concluya el próximo 6 de enero. Y, de paso, conocer las nuevas direcciones de un boom sin precedentes en el mundo de las cinco estrellas de la capital italiana

Roma siempre ha sido una ciudad de regresos. De emperadores que buscaban un sueño de mármol, de cardenales que cruzaban el Tíber para celebrar un Año Santo y de viajeros que, desde el siglo XVIII, llegaban a la Ciudad Eterna convencidos de que aquí se aprende a mirar. Lo que tal vez nadie esperaba es que, en apenas dos años, la capital italiana viviera una transformación comparable a la que está viviendo Madrid con la llegada de los grandes grupos internacionales y el renacimiento de los hoteles boutique.

La capital italiana vive una transformación comparable a la de Madrid con la llegada de los grandes grupos internacionales y el renacimiento de los hoteles boutique

Roma, que durante décadas arrastró la fama de tener hoteles caros y mediocres, viejos y descuidados, ha estrenado una nueva constelación de albergos de lujo que combinan patrimonio, diseño, gastronomía, bienestar y servicios de alto nivel. Es como si el espíritu de la dolce vita hubiera regresado trayendo consigo una Roma distinta, más ambiciosa, más contemporánea, pero siempre fiel a ese magnetismo que la hace eterna.

La apertura más comentada

Junior Suite del Bulgari Hotel Roma.bulgarihotels.com

La apertura más comentada ha sido la del Bulgari Hotel Roma, instalado en un imponente edificio racionalista frente al Mausoleo de Augusto. Desde fuera recuerda que Roma inventó el concepto mismo de monumentalidad. Por dentro, el sello del estudio de Antonio Citterio y Patricia Viel se traduce en líneas limpias, mármoles romanos y una elegancia italiana perfectamente medida.

Spa del Bulgari Hotel Roma.bulgarihotels.com

Uno de sus puntos fuertes es su spa, inspirado en las termas romanas, y la terraza del último piso, abierta también a no huéspedes, desde donde Roma se despliega con una claridad casi cinematográfica. El hotel ha contribuido a la recuperación del entorno del Ara Pacis y figura, además, como el único hotel de Roma incluido en la lista de The World’s 50 Best Hotels. Una entrada contundente en la nueva escena del lujo de la capital.

El regreso de Orient Express

Restaurante en la azotea del Orient Express La Minerva.laminerva.orient-express.com

El segundo gran hito reciente ha sido la apertura de Orient Express La Minerva. Si el Bulgari mira hacia el Ara Pacis, esta nueva dirección se sitúa junto al Panteón y marca el primer proyecto urbano de la revitalizada marca Orient Express. Su interiorismo lleva la firma de Hugo Toro, uno de los diseñadores más interesantes del momento, que combina la solidez barroca del palacio original con una estética plenamente contemporánea. Al igual que el Bulgari, cuenta con un restaurante en la azotea desde el que se dominan cúpulas y tejados romanos.

Dormir en un palacio

Fachada del Palazzo Salviati Cesi Mellini, hogar del Six Senses.sixsenses.com

A pocos pasos de la Fontana di Trevi, el Six Senses aspira a redefinir lo que puede ser un hotel urbano ligado al bienestar, uno de los sellos de esta marca. El hotel ocupa el Palazzo Salviati Cesi Mellini y se ha convertido en otro ejemplo de cómo un proyecto contemporáneo puede contribuir de manera tangible a la ciudad. Si el Bvlgari ha asumido la recuperación del entorno del Ara Pacis, aquí la marca ha financiado la restauración de la iglesia contigua de San Marcello al Corso.

Junior Suite del Six Senses.sixsenses.com

El interior combina travertinos y maderas claras en un estilo depurado que algunos huéspedes encuentran algo frío, aunque el spa y los tratamientos siguen siendo un imán para los seguidores de la marca. De nuevo aparece otro gran atractivo de esta nueva Roma hotelera, su terraza en la azotea, desde la que se despliegan tejados, cúpulas y esa luz rosada tan de esta ciudad.

Una restauración impecable

Interior del Palazzo Talía.palazzotalia.com

En el bullicioso Largo del Nazareno, junto a ese triángulo formado por la Fontana di Trevi, Via del Tritone y el Quirinale, y donde uno no espera encontrar una de las nuevas joyas de la hotelería de lujo romana, se emplaza el Palazzo Talía. Ocupa un edificio que pertenece todavía al patrimonio de la Iglesia y que durante siglos albergó uno de los internados religiosos más prestigiosos de Roma. Tras décadas de cierre, su reciente reapertura como hotel de lujo ha devuelto la vida a este palacio y lo ha convertido en un paradigma de restauración impecable, arquetipo de hotel boutique de poco más de veinte habitaciones que devuelve al edificio su vocación de lugar cuidado y habitado.

Bar del Palazzo Talía.palazzotalia.com

Su interiorismo lleva la firma del director de cine Luca Guadagnino apoyado por el buen hacer del joven diseñador gallego afincado en Italia Pablo Molezún. Algunas salas conservan una solemnidad impresionante, con grandes bóvedas y proporciones casi palaciegas, mientras que otras se abren a un pequeño jardín de palmeras que refuerza esta idea de oasis secreto en la bulliciosa Roma. El bar, probablemente uno de los más bellos de la ciudad, resume el espíritu del hotel: una mezcla de historia, patrimonio, artesanía y puesta al día con un gusto exquisito, el lugar perfecto para un negroni.

Diseño futurista

Área arqueológica en el hotel Romeo Roma.theromeocollection.com

También en el centro histórico, en Via di Ripetta, ha abierto Romeo Roma, obra del estudio fundado por Zaha Hadid. Se ubica en un palacio del siglo XVI donde conviven artesonados, mármoles y un diseño futurista que reivindica la Roma del siglo XXI. Su piscina de cristal deja ver restos arqueológicos que descansan bajo el edificio, un gesto que resume el espíritu del proyecto: lujo contemporáneo sostenido por veinte siglos de historia.

Edificio neoclásico

Exterior del Anantara Palazzo Naiadi.minorhotels.com

El flamante Anantara Palazzo Naiadi es la dirección perfecta para quienes aman la idea del gran hotel, ese formato clásico que en Roma tuvo su máxima expresión en el hoy St Regis, donde vivió y murió Alfonso XIII. Aquí se recupera esa estética de poderío y elegancia, un hotel con presencia, con grandes salones y un servicio a la altura, que comparte marca con el marbellí Villa Padierna. Situado en plena Piazza della Repubblica, ocupa un imponente edificio neoclásico que abraza la Fontana de Moisés, uno de los grandes monumentos del acueducto Felice, cubierta durante largos años y restaurada recientemente con motivo del Año Santo. Algunas de sus habitaciones se abren precisamente a esta fuente monumental, lo que añade un carácter muy romano a la estancia.

Lobby del Anantara Palazzo Naiadi.minorhotels.com

Uno de los grandes atractivos del Palazzo Naiadi es su apuesta por el wellness, con un spa de inspiración termal que dialoga de manera natural con las vecinas Termas de Diocleciano, visibles desde un gran número de habitaciones. En la azotea espera además una de sus joyas, una piscina infinita que se abre a los tejados de la ciudad, junto a un bar y un restaurante con vistas privilegiadas a la línea de cúpulas que dibuja el horizonte romano. Una forma muy actual de entender el gran hotel, con la solemnidad del siglo XIX y la comodidad del XXI.

En un palacio del siglo XVI

Hotel d'Inghilterra.TripAdvisor

Y finalmente, para quienes disfrutan de las historias antiguas puestas al día, conviene no dejar a un lado el Hotel d’Inghilterra, recientemente renovado. Ocupa un palacio del siglo XVI justo enfrente del imponente Palazzo Torlonia, cuya fachada de piedra almohadillada domina la pequeña plaza. Durante largo tiempo funcionó como casa de invitados de esta poderosa familia romana y acogió a viajeros ilustres del Grand Tour. En 1845 se transformó en hotel y adoptó el nombre de Inglaterra por ser este el principal origen de aquellos pioneros del turismo que venían al continente en busca de antigüedades, historia, paisajes y refinamiento. Su reciente reforma ha devuelto al edificio una elegancia discreta y muy romana, sin alterar su pedigrí y manteniéndolo como una de las direcciones más sólidas del centro histórico, a dos pasos de la escalinata de la Piazza di Spagna y de Via dei Condotti. Tiene también una espléndida terraza en la azotea.

Una nueva cara

Todos estos proyectos comparten algo esencial: una apuesta por el patrimonio, la arquitectura, los rooftops panorámicos, los spas que reinterpretan la tradición termal romana y una gastronomía que busca situarse a la altura de este renacimiento hotelero. Roma, que siempre ha sabido contar historias, ha encontrado nuevas voces en estos hoteles que brillan sobre una ciudad que nunca se detiene y que este año acoge dos peregrinajes paralelos: el espiritual y el de quienes desean asomarse a sus flamantes nuevas direcciones de lujo. Y para disfrutar de ellas no hace falta alojarse, basta simplemente dejarse caer por sus bares y terrazas para tomar un Garibaldi, el cóctel más romano del aperitivo, y mirar cómo la Ciudad Eterna vuelve a brillar.