El pueblo de Madrid que en invierno parece una villa de los Alpes.
El pueblo de Madrid que en invierno parece una villa de los Alpes
La magia navideña se apodera cada invierno de esta pequeña localidad de montaña, que vive estas fechas entre nieve, mercadillos y actividades para toda la familia
Se autodenomina como El Pueblo de la Navidad cuando llega el invierno, sus calles, plazas y rincones se llenan de magia. En este pueblo de la sierra madrileña preparan actividades pensadas para todas las edades, para disfrutar en familia y para vivir el espíritu navideño. La Casa y el Tren de la Navidad, una feria de artesanía y un mercadillo al aire libre contribuyen a celebrar estas fiestas en una localidad de montaña que en invierno se transforma en una villa alpina.
En este pueblo de la sierra madrileña preparan actividades pensadas para todas las edades, para disfrutar en familia y para vivir el espíritu navideño
Ubicado a menos de una hora de la capital, el pequeño pueblo de Navacerrada adquiere una atmósfera que recuerda a las localidades alpinas: chimeneas humeantes, tejados cargados de nieve y un paisaje que, en los días más fríos, parece arrancado de Suiza. Es una de esas escapadas que sorprenden por su proximidad y por el encanto auténtico que mantiene intacto.
Punto estratégico
Imagen navideña del pueblo
El corazón del pueblo late en torno a la plaza del Doctor Gereda, un lugar perfecto para empezar a explorar sin prisa. Las casas de piedra y madera —tan típicas de la arquitectura serrana— aportan ese aire de montaña que sostiene la comparación con los Alpes. Desde aquí, las vistas hacia el embalse, rodeado de pinos, crean una postal invernal difícil de superar. En los días de nieve, las calles se vuelven silenciosas y aparece esa calma que solo ofrecen los pueblos de altura.
Quienes buscan nieve tienen aquí un punto estratégico. El Puerto de Navacerrada queda a pocos minutos y, cuando las condiciones lo permiten, ofrece pistas para iniciarse en el esquí o disfrutar de una jornada en familia con trineos. También es un buen punto de partida para rutas con raquetas o paseos por senderos sencillos, como los que recorren el valle de La Barranca, uno de los paisajes más hermosos de la sierra. Aquí está la Casa de la Navidad y hasta llega el Tren de la Navidad.
El pueblo vive la Navidad con especial intensidad.
La visita invita también a hacer una pausa en alguno de sus restaurantes, donde la cocina de montaña tiene todo el protagonismo. Sopas calientes, carnes a la brasa, platos de caza o fondues reconfortantes son habituales en una gastronomía pensada para combatir el frío. Es también un buen lugar para disfrutar de pastelerías y cafés pensados para refugiarse a media tarde.
Ambiente especial
Paisaje cercano a Navacerrada.
Para completar la experiencia, Navacerrada ofrece alojamientos con encanto, muchos de ellos inspirados en la estética alpina. Hoteles boutique y casas rurales con chimenea permiten vivir la sierra con más calma, despertando al abrigo de las montañas. En temporada alta conviene reservar con antelación: la combinación de nieve y proximidad a Madrid llena el pueblo con facilidad.
El invierno es, sin duda, el mejor momento para descubrir Navacerrada en su versión más mágica. Con la llegada de las primeras nevadas, el pueblo se convierte en una escapada ideal para quienes desean sentir el ambiente de los Alpes sin alejarse demasiado. Un pequeño refugio de montaña que cada año se transforma en una postal navideña.