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Salud

Una investigación desvela que beber café y dormir bien puede ser una combinación posible

La cafeína actúa bloqueando la adenosina, una sustancia que favorece el sueño

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá), dirigidos por Philipp Thölke y publicado en Nature Communications Biology, explican como la edad puede jugar un papel importante en todo ello.

Primero, el sueño no-REM, importante para la consolidación de la memoria y el bienestar cognitivo, tiene cuatro fases de adormecimiento: la primera de sueño ligero, la segunda de relajación de los músculos con disminución progresiva de la conciencia, la tercera en la que aumenta el sueño y la cuarta en la que llega el verdadero sueño profundo reparador.

A partir de una edad, los receptores cerebrales de adenosina disminuyen, de modo que a los 41-58 años, la cafeína ya no encuentra el mismo terreno fértil que a los 20-27 años.

Hay que partir también de que el sueño sigue un patrón ordenado compuesto por distintas fases que se repiten en ciclos. Cada ciclo tiene sus propias ondas cerebrales, con diferentes frecuencias. A lo largo de la noche, pasamos por entre cuatro y seis ciclos de sueño, y cada uno dura aproximadamente 90 minutos.

En general, estos ciclos se mantienen en un delicado equilibrio entre sí, un equilibrio que se desplaza hacia un desorden cada vez mayor. Este fenómeno se denomina entropía mórfica, un término que indica cómo la arquitectura del sueño se vuelve cada vez más desordenada y compleja con la edad.

En estado de vigilia, la cafeína aumenta la complejidad funcional de las redes cerebrales, haciéndonos más reactivos y más preparados. Durante el sueño induce aumentos en la complejidad de la actividad cerebral similares a los que ya se producen de forma natural con el avance de la edad.

Por lo tanto, el envejecimiento altera la dinámica de la actividad cerebral en el sueño, sobre todo en el no-REM. «Así, la cafeína en la mediana edad pierde el impacto que tenía en los jóvenes. Un descubrimiento cruel para los amantes del café que envejecen fatalmente», comenta en el periódico El Mundo, el profesor Giuseppe Plazzi, de la Universidad de Módena/Reggio Emilia, director del Centro de Narcolepsia de Bolonia y expresidente de la Red Europea de Narcolepsia y de la Asociación Italiana de Medicina del Sueño.