¿El queso provoca pesadillas? Lo que dice la ciencia sobre su consumo

¿Alguna vez has soñado algo extraño después de cenar tarde o comer chocolate antes de dormir? La idea de que los alimentos pueden influir en nuestros sueños no es nueva: desde caricaturas clásicas como Dream of the Rarebit Fiend hasta creencias populares que culpan al queso por las pesadillas, esta relación ha sido parte del folclore durante siglos. Sin embargo, la ciencia apenas empieza a abordar esta cuestión con evidencia.

Un estudio reciente realizado por investigadores en Canadá y publicado en Frontiers in Psychology analizó las percepciones y datos de más de mil estudiantes para entender si ciertos alimentos realmente afectan cómo dormimos... y lo que soñamos.

La alimentación y el sueño

El estudio, titulado More dreams of the rarebit fiend: food sensitivity and dietary correlates of sleep and dreaming analizó la calidad del sueño de 1.082 participantes después de comer ciertos alimentos. Alrededor del 40 % reportó que la comida afectaba a su calidad del sueño, mientras que un 5,5 % afirmó que los alimentos afectaban directamente a lo que soñaban.

Los alimentos más asociados con sueños perturbadores o pesadillos fueron los dulces, con un 31 % de las menciones, y los lácteos, con un 22 %. Con estos datos, los investigadores identificaron tres mecanismos por los cuales la comida puede influir en el sueño y en lo que soñamos:

Efectos específicos del alimento (algunos alimentos afectan directamente los sueños).Malestar fisiológico inducido por alimentos (como la intolerancia a la lactosa que causa síntomas gastrointestinales nocturnos).Alteración de la calidad del sueño (una dieta poco saludable afecta el sueño y, por ende, los sueños).

Por supuesto, la intolerancia a la lactosa y los síntomas gastrointestinales fueron predictores significativos de pesadillas. De hecho, se halló que estos síntomas median la relación entre la intolerancia y el contenido onírico negativo.

Qué hacer para evitar las pesadillas

Aunque no solo la alimentación influye en lo que soñamos, este estudio indica que comer por la noche o cerca de la hora de dormir se relaciona con una peor calidad del sueño, un mayor tono negativo en los sueños y más pesadillas.

Y, por el contrario, los hábitos alimenticios saludables, coo evitar comer durante la noche y elegir alimentos nutritivos según las señales naturales de hambre y saciedad se asocian con mayor recuerdo de los sueños y menor frecuencia de pesadillas.