Todavía no ha una cura contra el alzhéimer

Todavía no ha una cura contra el alzhéimerEP

Salud

Descubren cómo la enfermedad de Alzheimer afecta a los vasos sanguíneos cerebrales

El nuevo objetivo de los investigadores es ver qué parte del Aβ 1-40 colapsa las arterias y crear fármacos que impidan el desarrollo de la pérdida de memoria

El Alzheimer –la forma más común de demencia– es una patología compleja y multifactorial que afecta a más de un millón de personas en España. Las personas que sufren esta enfermedad experimentan cambios en los vasos sanguíneos del cerebro, según apunta una investigación de la Universidad de Manchester publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
Gracias a los estudios de los investigadores de la Universidad de Manchester, se ha descubierto que la proteína amiloide-β 1-40 (Aβ 1-40) se comienza a quedar atrapada en las paredes de las arterias y reduce el flojo sanguíneo que se dirige hacia el cerebro.
La superficie del cerebro está cubierta de pequeñas arterias, denominadas arterias piales, que controlan el suministro de sangre y oxígeno al cerebro. Si estas arterias se estrechan durante mucho tiempo, el cerebro no puede recibir suficientes nutrientes. Esta es una de las causas de la pérdida de memoria que se observa en las personas con la enfermedad.
Cuando el equipo observó las arterias piales de ratones viejos con Alzhéimer que producían demasiado Aβ1-40, descubrió que las arterias eran más estrechas en comparación con las de los ratones sanos.
Esto se debe a que el Aβ 1-40 desactiva la proteína BK en las células que envuelven todos los vasos sanguíneos. Lo normal en las personas sanas es que BK envié una señal y cuando se recibe la acción, inmediatamente las arterias comienzan a ensancharse para facilitar el paso.
Para llegar a esta conclusión, empaparon las arterias piales sanas, de un voluntario sin patologías previas, en Aβ 1-40. Cuando pasó una hora, midieron las señales que enviaba la proteína BK y vieron que el Aβ 1-40 había debilitado las señales y se había provocado un estrechamiento de las arterias.
El nuevo objetivo de los investigadores es ver qué parte del Aβ 1-40 colapsa las arterias y desarrollar fármacos que impidan que esto ocurra para tratar así a los pacientes que desarrollen la enfermedad del Alzheimer y evitar que progrese.
«Hasta la fecha, se han probado más de 500 fármacos para curar la enfermedad de Alzheimer. Todos ellos se han dirigido a los nervios del cerebro y ninguno ha tenido éxito. Al demostrar exactamente cómo afecta la enfermedad de Alzheimer a los pequeños vasos sanguíneos, hemos abierto la puerta a nuevas vías de investigación para encontrar un tratamiento eficaz», ha explicado el investigador principal y profesor titular de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Manchester, Adam Greenstein.
«Esta investigación supone un importante paso adelante en nuestra comprensión de la enfermedad de Alzheimer. Más de medio millón de personas padecen esta enfermedad en el Reino Unido, y esta cifra aumentará a medida que la población envejezca. Estos hallazgos podrían conducir a un tratamiento desesperadamente necesario para esta devastadora enfermedad», añade Metin Avkiran, Director Médico Asociado de la Fundación Británica del Corazón.

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