Lo que esconden los botes de nata montada

Lo que esconden los botes de nata montada©GTRESONLINE

Qué relación hay entre los botes de nata montada y el 'gas de la risa'

Los dentistas alertan sobre los riesgos de consumir óxido de nitrógeno

¿Qué tiene que ver un bote de nata montada con el 'gas de la risa'? A priori, la respuesta sería nada pero lo cierto es que entre los ingredientes de la primera, junto a la nata, el azúcar o el emulgente figura el gas propelente (N2O), que se utiliza en la industria alimentaria como gas propulsor en los botes para montar la nata. En concreto, se usan cartuchos llenos con óxido nitroso, conocido como 'gas de la risa' para convertir la crema en espuma.
Este uso, ni es peligroso ni mucho menos ilegal pero puede ser extraído del bote, por separado de la nata, y proporciona una sensación de euforia de corta duración. De hecho, el pasado mes de agosto, Nueva York prohibió su venta a los menores de 21 años para evitar su uso como narcótico.

Los riesgos del 'gas de la risa'

El Consejo General de Dentistas ha alertado sobre los riesgos de consumir este gas incoloro que se utiliza normalmente para la sedación y el control del dolor, y cuyos efectos son la aparición de euforia, entumecimiento del cuerpo, sensación de sedación, mareos, risa incontrolada, descoordinación motora, visión borrosa, confusión y cansancio. Estos síntomas van directamente asociados a la inhalación del gas, por lo que desaparecen de manera inmediata en unos 3-5 minutos después de suspenderlo.

Se está produciendo un aumento de problemas neurológicos y daños en la médula espinal por el óxido nitroso

Ante este escenario, los profesionales sanitarios han avisado sobre esta nueva forma de consumir este gas ya que se está produciendo un aumento de los casos de problemas neurológicos y daños en la médula espinal por su uso.

Para qué lo utiliza el dentista

El óxido nitroso está exclusivamente restringido a prescripción facultativa, ya que puede conllevar riesgos graves, como la bajada brusca de la presión arterial, infarto de miocardio, hipoxia (falta de oxígeno) o alucinaciones visuales, entre otras. Los sanitarios que lo utilizan, incluyendo a los dentistas, deben recibir una formación específica sobre su buen uso, indicaciones, contraindicaciones, así como sobre las medidas a tomar en caso de complicaciones.
«En las clínicas dentales se utiliza, fundamentalmente, para intervenciones no demasiado largas en pacientes que no controlan o controlan mal su grado de ansiedad (odontofobia). Está clasificado dentro del grupo de anestésicos, aunque suele usarse en concentraciones menores mezclado con oxígeno. De esta manera, no se duerme al paciente, el cual puede seguir colaborando sin sentir dolor ni recordar nada de ese periodo debido a su efecto amnésico. Asimismo, su uso debe ir precedido de un análisis previo del estado de salud de la persona que va a recibirlo, de su edad, de su peso, de la posible asociación a otros fármacos o drogas», ha dicho el presidente del Consejo General de Dentistas, Óscar Castro Reino.
Además, el experto ha comentado que el uso de este gas suele ir asociado al consumo de otras sustancias como el alcohol o drogas, lo que incrementa los riesgos para la salud, al producirse desinhibición y pérdida del sentido de riesgo. «El incremento de su autoconsumo por parte de jóvenes y adolescentes debe considerarse un serio problema de salud pública. En Inglaterra y Gales, por ejemplo, de 2019-20, casi el 9 % de los jóvenes de 16 a 24 años consumieron óxido nitroso en el último año, frente al 6,1 por ciento en 2012-13», ha zanjado Castro.

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