Bruxismo por estrés: consejos eficaces para aliviar la tensión mandibular

El bruxismo es una afección caracterizada por el apretamiento o rechinamiento involuntario de los dientes, una acción que suele producirse principalmente durante las horas de sueño. Aunque existen múltiples causas que pueden desencadenar este trastorno, el estrés se perfila como uno de los factores más determinantes, al provocar una elevación de la tensión muscular generalizada, incluyendo la musculatura mandibular, lo que repercute directamente en la salud bucodental.

Según los datos recogidos en el Estudio Sanitas de Salud Bucodental, un amplio sector de la población, con una presencia destacada de mujeres, conoce el término bruxismo. El informe indica que un 18,91 % de los adultos y un 9,65 % de los menores de 18 años han recibido un diagnóstico de esta dolencia. La mayoría de los casos en ambos grupos se asocian al estrés: en la población general este factor está presente en el 49,01 % de los casos, mientras que entre los más jóvenes la proporción alcanza el 42,80 %.

La doctora Berta Uzquiza, responsable de Innovación en Sanitas Dental, advierte sobre las repercusiones que el bruxismo inducido por estrés puede acarrear tanto en la cavidad oral como en el bienestar general del paciente: «El bruxismo motivado por el estrés puede tener graves consecuencias para la salud bucodental y general, tales como el desgaste dental, que puede llevar a la fractura y posterior pérdida de dientes; dolores de cabeza y cuello; problemas de la articulación temporomandibular (ATM), lo cual conlleva dificultad para abrir y cerrar la boca, chasquidos o ruidos e inconvenientes para masticar; o trastornos del sueño, acarreando así un impacto negativo en la calidad de vida y el bienestar general de la persona».

Cómo reducir el estrés

Ante esta problemática, la especialista propone una serie de medidas orientadas a reducir los niveles de estrés, con el fin de prevenir o atenuar los episodios de bruxismo. En primer lugar, resalta la importancia de adoptar una rutina de descanso regular, estableciendo horarios fijos para acostarse y levantarse, y procurando dormir entre siete y ocho horas diarias para facilitar la relajación y recuperación de la musculatura.

Asimismo, recomienda la práctica diaria de ejercicio físico, al menos durante treinta minutos, cinco veces por semana, ya que la actividad física ayuda a liberar tensiones acumuladas y mejora significativamente la calidad del sueño. Otra estrategia eficaz consiste en identificar los factores que generan ansiedad o nerviosismo, lo que permite desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables y eficaces.

La doctora también señala la conveniencia de reducir el consumo de bebidas excitantes como el café y el alcohol, sustancias que incrementan la ansiedad y, por tanto, pueden agravar el bruxismo. A estas recomendaciones se suman las técnicas de relajación, como la meditación o la respiración controlada que favorecen un estado de calma mental y física, disminuyendo la tensión muscular.

Férulas dentales

Por otra parte, subraya la utilidad del uso de férulas dentales nocturnas como medida de protección. Aunque no actúan sobre el origen del problema, estas férulas evitan el desgaste de las piezas dentales causado por el rechinamiento.

Finalmente, si tras implementar estas pautas no se logra una mejora significativa en los niveles de estrés ni una disminución del bruxismo, la doctora Uzquiza aconseja recurrir a ayuda profesional. La intervención de un especialista en salud mental puede resultar determinante para abordar el problema desde su raíz.