El triste reinado de la cebolla: «Todos ganan dinero menos los agricultores»

El viaje de la cebolla desde el campo hasta el supermercado es el más caro de toda la industria agroalimentaria. En términos porcentuales, ningún otro producto agrícola o ganadero aumenta tanto de precio entre origen y destino.

Así lo evidencia el último Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) elaborado por COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) con datos de abril, mes en el que la cebolla solo subió 1 céntimo por kilo en origen respecto a marzo por los 52 céntimos que creció en los lineales.

El lugar destacado de la cebolla en este listado —en el que ningún productor quiere ver los frutos de su trabajo en lo más alto— es recurrente. Desde octubre de 2024, solo en marzo se cayó del liderato, cuando ocupó el tercer puesto con una diferencia del 497 % de origen a destino.

El desfase entre lo que cobra el primer eslabón de la cadena alimentaria y lo que paga el consumidor deja un importante acelerón en abril: la cebolla multiplica su precio 7,50 veces de origen a destino y alcanza una diferencia porcentual del 650 %.

«Este año el precio de la cebolla en origen no es malo, pero hemos perdido el 50 % de la producción por las abundantes lluvias. Es un buen precio en una campaña normal, pero este año hemos tenido muchos costes. Al final hemos tenido el doble de gastos y la mitad de producción», apunta en conversación con El Debate Salvador Fernández, agricultor de cebolla en El Villar (Córdoba) y responsable de cítricos de COAG en Andalucía.

El mildiu, una de las enfermedades causada por un hongo y de las más importantes en este cultivo, se ha comido las cebollas y ha aumentado su coste de producción. «Hemos aplicado el tratamiento de 15 a 20 veces, pero llovía un día tras otro y no servía de nada. Eso incrementa notablemente los costes de producción y luego no se repercute en el campo», lamenta Fernández, que precisa que la cebolla es muy sensible a las variaciones del tiempo y es una buena opción a largo plazo: «Un año no se puede plantar cebolla porque si te cae justo cuando no vale nada te arruinas. Como todo en el campo, falta estabilidad. Hay años que pierdes mucho y otros que ganas bien».

Las dificultades que denuncian los agricultores desaparecen camino del supermercado: «Estamos hartos de vender a un precio y ver la cebolla 10 veces más cara en los lineales. La distribución y las grandes superficies se excusan en que sus costes han aumentado, pero la realidad es que aquí todo el mundo gana dinero menos los agricultores. Uno se lleva 2 céntimos por transportarla, otros 10 céntimos por almacenarla… Yo, que he estado seis meses al lado de la cebolla, hay años que me llevo 12 céntimos por kilo y el que la ha guardado 24 horas y la ha vendido lo mismo».

El productor cordobés indica que los costes de producción se elevan a 11.000 euros por hectárea, por lo que para obtener cierto margen deben de estar por encima de los 0,3 euros el kilo que se pagaron de media en abril. «Cuando no hay cebollas en España y se podría dar un escenario de precios más altos en origen por escasez se trae de fuera. Nos quedamos vendidos. Los grandes distribuidores se ponen de acuerdo y rápido traen un barco de Países Bajos o Sudáfrica. Si están caras es porque fuera tampoco hay», asevera el dirigente de COAG.

Desde 2022, España ha aumentado su gasto en importación de cebollas un 52,81 %, de 53,05 millones de euros a 81,07 millones de euros. Perú, Países Bajos y Chile, los principales proveedores de España, han engrosado en 16,06 millones su factura en este período. Francia y Portugal, dos de los suministradores de patata de mayor relevancia para España, han perdido relevancia en cuanto a cuota de mercado, ya que solo han aumentado 1,17 millones de euros sus ventas; mientas que Sudáfrica, que vendía en 2022 cebollas a España por valor de 0,26 millones de euros, ha superado los 2 millones de euros en 2024.