La plaga de conejos gigantes también 'atropella' a Puente: «Los agricultores no pueden más»

El protagonismo de Óscar Puente tras su salto al Gobierno de España es indiscutible. Desde su intervención en la réplica a Alberto Núñez Feijóo durante la investidura fallida del líder del PP en septiembre de 2023, el exalcalde vallisoletano se ha distinguido como uno de los hombres fuertes del presidente Pedro Sánchez.

Puente, lejos de esconderse, utiliza las redes sociales como principal altavoz para defender la gestión del Ejecutivo, cargar contra las actuaciones de la oposición o criticar las informaciones de la prensa. Al mismo tiempo, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible utiliza su perfil de X para actualizar las destacadas incidencias que acumula la red ferroviaria en los últimos tiempos.

La extensa lista de preocupaciones de Puente, que acepta un envite tras otro, suma un asunto cuya importancia afecta cada vez a más parte del territorio y que ha pasado de ser un problema localizado a reproducirse a nivel nacional: la plaga de conejos gigantes que destroza las cosechas.

Una Proposición No de Ley (PNL) del PP ha elevado al Congreso de los Diputados un drama que sacude a los agricultores desde hace 20 años. El auxilio de los agrarios comenzó en Castilla-La Mancha, pero el herbívoro ya hace estragos en Castilla y León, Andalucía, Cataluña, Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana e incluso Murcia.

Los productores señalan que no se trata de la especie autóctona y sí de un híbrido introducido a principios de siglo a través de los programas medioambientales para servir de alimento para el lince y el águila imperial. «El Gobierno tiene que tomar cartas en el asunto. Los agricultores están muy quemados y no pueden más. Están hartos de perder siembras enteras», apunta en conversación con El Debate Antonio Martínez Gómez, diputado del PP por Albacete y miembro de la Comisión de Agricultura del Congreso.

El popular señala a la responsabilidad de Puente para atajar la plaga de conejos que devora trigos, cebadas, triticales y colzas, ya que este conejo que dobla las dimensiones de uno autóctono de monte, convierte los márgenes de las infraestructuras ferroviarias y las cunetas de las carreteras en su mejor refugio. «El Ministerio de Transportes tiene que acabar con las madrigueras que han creado los conejos en estos puntos estratégicos donde no tienen riesgo de ser depredados. No hay más que coger el coche y darse una vuelta y verlo», lamenta Martínez.

La acción impulsada por el Partido Popular llevará la cuestión al Parlamento, lo que supone un primer paso en la pelea de los agrarios, que reclaman desde hace años herramientas para frenar el desarrollo de este híbrido de conejo.

«Esta especie no es la autóctona, tiene un tamaño inmenso y un carácter muy diferente al conejo de monte tradicional. Hemos visto cómo trepa por las viñas y los almendros. Hace 20 años no había protectores de los árboles en el campo y ahora se han vuelto imprescindibles. Además del daño, añaden incertidumbre y gastos a los productores. Como si no tuvieran suficiente con lo suyo», indica el diputado, que reconoce que la lentitud parlamentaria impedirá abordar el tema de manera inmediata, «pero es el camino y mejor ahora que más tarde».

La emergencia cinegética declarada en cientos de municipios se ha demostrado insuficiente: Castilla-La Mancha incluyó en su declaración de comarca cinegética 96 municipios en 2016, en 2020 fueron 280, en 2021 fueron 295, y este año 308. El PP reclama una estrategia nacional coordinada «con medidas eficaces y sostenibles, que permitan reducir el impacto en el campo, garantizar la protección de las infraestructuras y los ecosistemas, y por encima de todo proteja a nuestros agricultores».

Limpiar los taludes de las carreteras y cauces de ríos donde se localizan las madrigueras; escuchar a agricultores, cazadores y conservacionistas, y realizar una solicitud formal a Agroseguro para mejorar la cobertura del seguro por daños destacan como las medidas propuestas para la Comisión de Congreso. «El Gobierno tiene que tomar conciencia del problema y hacer un diagnóstico claro de los lugares afectados para después, con los informes técnicos, atajar la situación», concluye Martínez.