Aceituna gordal en la provincia de Sevilla
Las aceitunas de Egipto y Grecia que se venden como españolas para engañar al consumidor
Los agricultores de aceituna gordal de Sevilla alertan de la suplantación que sufre su producto en los mercados, algo que a su parecer pone en riesgo uno de los emblemas más reconocibles del patrimonio agrícola y gastronómico sevillano, andaluz y español.
Así lo ha denunciado el Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Aceitunas Manzanilla y Gordal de Sevilla, que apuntan a la entrada masiva de aceitunas foráneas de gran calibre, procedentes de países como Egipto o Grecia y comercializadas de forma engañosa bajo el nombre de gordal.
«Pone en riesgo la reputación y viabilidad de un producto que representa la identidad de nuestros pueblos. Estas prácticas confunden al consumidor, erosionan el valor de nuestra marca de origen y provocan una desigualdad creciente para los agricultores, cooperativas e industrias que cultivan y elaboran la auténtica gordal de Sevilla con esfuerzo, honestidad y compromiso con la excelencia», lamentan los afectados.
El Consejo señala la responsabilidad de las grandes distribuidoras que operan en España, ya que a su parecer permiten que aceitunas extranjeras se vendan como si fueran españolas, lo que contribuye a engañar al consumidor y socavar el valor de la auténtica gordal de Sevilla. «Estas empresas tienen en sus manos la capacidad y el deber de garantizar transparencia, trazabilidad y respeto por el origen, siendo su compromiso decisivo para evitar la confusión en el mercado», consideran.
Los representantes del sector productor inciden en que la gordal es una variedad «ligada a su tierra, a su clima y al saber hacer transmitido de generación en generación», por lo que exigen que se respete su nombre, denuncian la comercialización engañosa de aceitunas de fuera que se apropian de la denominación e instan a la AICA (Agencia de Información y Control Alimentario) a garantizar el uso correcto del término gordal y a identificar claramente las variedades importadas que llegan a los mercados para evitar su confusión con la gordal sevillana.
«La gordal de Sevilla no puede ni debe ser sustituida por otras variedades, que no tienen las mismas cualidades organolépticas, ni garantizan la mismas seguridad alimentaria para el consumidor. Su grandeza no reside únicamente en su tamaño, sino en su historia, su sabor y su autenticidad. Defenderla es defender el trabajo de miles de familias, el paisaje que nos identifica y la verdad de lo que somos», asevera el Consejo.