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30 de abril de 2024

Fotograma de jim Caviezel en la película 'Sound of freedom', dirigida por Alejandro Monteverde y producida por Angel Studios

Jim Caviezel, en la película 'Sound of Freedom', dirigida por Alejandro Monteverde y producida por Angel Studios

Cine

Jordan Harmon, de Angel Studios: «Sabíamos que Dios quería que 'Sound of Freedom' saliera adelante»

«Sentimos la necesidad de que la sociedad tomara conciencia de este mal, había que hacer algo urgente», explica quien es también responsable del éxito de la serie Chosen, sobre Jesús y sus discípulos

Había tocado algunas teclas sensibles, y a pesar de ser una película necesaria, nadie parecía querer apostar por ella. Sound of Freedom habla, con dureza pero a la vez con ternura, de la terrible lacra del tráfico de niños con fines de esclavitud sexual. Un proyecto que había dejado morir Disney tras comprar 21st Century Fox, dueños de los derechos, y que ha podido ver la luz gracias a Angel Studios.
En un diálogo celebrado en Madrid, El Debate pudo conocer de primera mano por qué Jordan Harmon, al frente de la distribuidora que es también responsable de la serie de éxito Chosen, sobre la vida de Jesús y los discípulos, decidió apostar por ella: «Sentimos la necesidad de que la sociedad tomara conciencia de este mal, había que hacer algo urgente».
–La película ha atravesado grandes dificultades hasta llegar a estrenarse. ¿Por qué Angel Studios decidió entrar en la producción?
–Fue un milagro. Nosotros conocíamos esta historia desde hace cinco años, y supimos que los derechos de la película iban a quedar libres. Pensamos que tenía interés y empezamos a ver cómo colaborar para que la película saliera adelante. En cinco días nosotros nos juntamos con el equipo y llegamos a un acuerdo, por eso decimos que fue un milagro. Nunca en mi vida he tenido una película que llegara tan rápido, pero la verdad es que ese fue sólo el primer milagro. El segundo fue lo rápido que conseguimos estrenar en Estados Unidos: habíamos previsto que fuera en octubre, y finalmente pudimos hacerlo en julio. El resto, es historia: ya ha llegado a México, Iberoamérica, y ahora a España. Es increíble ver el movimiento que ha generado, con cientos de personas acudiendo cada semana y concienciándose del problema, que es algo tristísimo. Ahora todas las personas que han visto la película tienen la oportunidad de hacer algo, de unirse al movimiento.
–¿Cómo conoció usted personalmente esta historia?
–Eso es lo más padre de la historia. Mi hermano, cofundador conmigo de Angel Studios, fue a dar una conferencia en México hace como un año. Allí conoció a Eduardo Verástegui, productor de la película, y en marzo es cuando nos reunimos con él y con Alejandro Monteverde, el director de Sound of Freedom. Fue una conexión instantánea, y por eso seguimos insistiendo en que es un milagro, porque dos equipos que no habían trabajado juntos consiguieron sacar adelante el proyecto en cinco días y hacer que la película llegara a todas las partes del mundo.
–¿Cómo ha sido la promoción de la película y todas las dificultades que han atravesado hasta poder estrenarla?
–Ha sido muy difícil. Pero lo importante es que nosotros sabíamos que Dios quería que Sound of Freedom saliera adelante, que quería que estuviera en el mundo. Porque si las personas del mundo sabían lo que estaban haciendo con sus hijos, actuarían. Por eso nunca nos desanimamos, porque nuestra meta era grande. Y eso que estrenamos el 4 de julio, fiesta de Estados Unidos, y nos decían: ¡Estáis locos! Pensábamos que no íbamos a tener apoyos, porque es una película muy pequeña de un estudio muy pequeño, pero conocemos muy bien a nuestra gente, a nuestro público, y sentimos que este mensaje iba a llegar a todo el mundo y que iba a comenzar un movimiento masivo. Y así fue: la gente comenzó a comprar entradas, incluso en vacaciones, y hubo que aumentar las salas o contratar salas más grandes. Fue difícil, pero nada es imposible para Dios.
–¿Por qué precisamente Disney, que tiene un público infantil, decide dejar esta película en un cajón?
–La verdad, yo no puedo decir exactamente las razones. Hay muchas decisiones que rodean la decisión de destruir una película, pero lo que es claro para nosotros es que salió en el momento que se necesitaba. Yo no sé si hubiera tenido el impacto que ha tenido hoy si hubiera salido en 2018. La cuestión es que nuestra gente nos ha apoyado, nos han pedido que lanzáramos la película. No sabemos por qué Fox y luego Disney decidieron aparcar el proyecto, pero todo es para un bien, porque al final ha salido en el mejor momento posible.
–Es un hecho que en Estados Unidos la película ha cosechado un tremendo éxito, superando grandes hitos del circuito comercial, como Indiana Jones. ¿Creéis que está cambiando algo a nivel social?
–Lo que nosotros supimos cuando empezamos con esto es que nuestra responsabilidad era concienciar. Teníamos que contarle al mundo este problema. Y hemos recibido muchas llamadas de gobiernos y organizaciones que nos han contado de qué forma esta película ha amplificado sus esfuerzos. Esta película ha empezado un movimiento que no va a parar, porque una vez que lo sabes, ya no puedes olvidarlo: los niños de Dios no están en venta.
–También existe una polémica sobre la veracidad de los datos. ¿Cuál es el problema exactamente?
–Me gustaría saberlo, pero la verdad es que yo no he encontrado la respuesta. Lo que sé es una película que habla de una historia y nada más, una historia verdadera. Me gustaría saber por qué está enfrentando esta oposición... Pero la verdad, como dije antes, es que nada es imposible para Dios. Él quería que el mundo viera esta película.

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