MacGyver, la serie que figura en el diccionario y el detalle que llevó a Richard Dean Anderson hasta el papel

«¿Quién te crees: MacGyver?». La frase, prácticamente imposible de pronunciar libre de sorna, denota al menos tres detalles. El primero, que el interlocutor supera los 40 años, el tiempo que ya ha cumplido la serie de televisión protagonizada por Richard Dean Anderson. El segundo, el gran impacto que tuvo MacGyver en los españoles (en general, en casi todo el mundo) en la segunda mitad de los años 80 con su emisión en TVE como para que aún se siga utilizando esa expresión. Y el tercero denota que la persona a la que va dirigida la frase está intentando arreglar algo con la ocurrencia como principal y casi única herramienta.

Un cuarto detalle viene a relacionar el segundo con el tercero: si uno acude al Oxford English Dictionary y prueba a buscar el término 'macgyver', encontrará recogida la palabra como verbo: «Hacer o reparar un objeto de forma improvisada o ingeniosa, utilizando cualquier elemento disponible».

En la cabecera de la serie veíamos a MacGyver corriendo; saltando; utilizando un cinturón como arma y un palo como munición; blandiendo la navaja más multiusos que el mundo haya conocido; descendiendo de una montaña con una simple cuerda; subiéndose a un helicóptero en pleno vuelo y, en uno de sus pocos momentos de asueto, degustando un helado.

En aquella cabecera, con su mítica sintonía ochentera, que se cerraba al tiempo que lo hacía una verja que MacGyver conseguía cruzar en el último instante, veíamos el nombre de su protagonista, Richard Dean Anderson. Ese… y ninguno más del reparto. El que repartía era MacGyver y con eso bastaba. Después de su nombre figuraban en pantalla el del productor supervisor (Stephen Downing) y el del productor ejecutivo, Jerry Ludwig. Que para eso ponían el dinero.

En las audiciones para conseguir el papel de MacGyver, al director de casting le llamó la atención que uno de los candidatos que se presentaron a las pruebas no mostró reparo alguno en utilizar sus gafas. Y dado que buscaba un actor que no fuera pretencioso, aquel hombre que no escondió su miopía se quedó con el papel.

Richard Dean Anderson tenía 35 años cuando se emitió el primero de los 139 episodios de MacGyver. Ahora, con 75, apenas se prodiga en actos públicos más allá de alguna convención de fans, como el Salón del Cómic de París en estos últimos años. Tampoco necesita mucha exposición porque disfruta de una situación económica privilegiada. Su habilidad con los cables en MacGyver la trasladó a los negocios. Su fortuna, fruto de sus inversiones más que de su trabajo (lleva retirado desde 2013 y, salvo la serie Stargate SG-1, no hizo demasiado camino después de MacGyver), se estima en unos 30 millones de dólares. El cable, ahora, se lo puede echar a cualquiera.