Cinco expresiones latinas que podrían aplicarse a Pedro Sánchez
La sabiduría de los clásicos por supuesto definieron los caracteres clásicos (y no tanto) de la humanidad, incluido el del presidente del Gobierno
Quien no ha recurrido a los clásicos para encontrar enseñanzas para la vida o han sido los clásicos quienes le han alcanzado a uno para mostrarle aspectos conocidos y desconocidos de uno mismo y de quienes le rodean. Pedro Sánchez es un inevitable nombre y una inevitable figura protagonista en la vida de los españoles desde hace, sobre todo, cinco años. De él se ha hablado y se habla de todas las formas posibles y en todas las direcciones en la calle, en las casas y en los despachos.
Pero, qué dirían en el ágora o en la Academia hace dos mil o tres mil años? ¿Qué dirían Cicerón o Séneca del actual gobernante en España, o qué frases podrían aplicársele en uno u otro sentido? Existe una infinidad de sentencias y expresiones latinas que podrían relacionarse o definir a Sánchez. Aquí solo hemos elegido cinco, a modo de pequeño perfil clásico:
«Dominari nequeat qui prius alicui servitutem praebere denegat»
Significa: «Que no pueda gobernar aquel que no quiere primero servir a alguien». La frase es de San Agustín y quiere señalar la conveniencia de tener experiencia previa y reconocida antes de ocupar cargos de poder. Una expresión que podría extenderse al Gobierno casi en su totalidad e incluso a casi todos los representantes públicos en España, liderados en este caso por Pedro Sánchez, quien no solamente carece de experiencia previa en el poder, en la dirección o en la gestión, sino que en su trayectoria se ha visto con claridad la preeminencia de una voluntad de servirse a sí mismo que siempre superó, con creces, a la de, primero, servir a alguien.
«Nemo regere potest, nisi qui et regi»
Su traducción es: «Nadie puede reinar si no puede ser también súbdito» y señala, en este casó Séneca, la importancia de saber obedecer para gobernar o ocupar cargos de poder. Desde que se sabe de Sánchez, obedecer o seguir las reglas no ha sido una costumbre extendida en él. Las dudas sobre la realización de su tesis doctoral «cum laude», comenzada, terminada y leída en aproximadamente un año, cuando lo habitual son dos o tres, o las afirmaciones hechas (y posteriormente desmentidas) por el exministro Miguel Sebastián: «el trabajo prácticamente lo hemos hecho en el ministerio», unido al silencio del tribunal y al hermetismo sobre la tesis en la propia universidad (Camilo José Cela), no remiten a ninguna querencia por aceptar las normas, como tampoco su notable y constante propensión a figurar por delante del Rey, el Jefe de Estado, a la menor ocasión.
«Mendacem memoren esse oportet»
«El que miente necesita tener buena memoria» es la frase de Quintiliano. Hace falta recordar que se ha mentido para no cometer el error de descubrir uno mismo la propia mentira. Una memoria que el presidente más públicamente mentiroso de la historia de la democracia española nunca se esforzó en ejercitar. Directamente mintió sin preocuparse de ella y sin hacer caso ni tener en cuenta a Quintiliano.
«Ex arrogantia odium, ex insolentia arrogantia»
«De la arrogancia nace el odio, de la insolencia la arrogancia». Cicerón escribió esta frase en De Inventione (Sobre la Invención Retórica), un compendio de oratoria que trae a propósito a las personas soberbias, aquellas que son insolentes en la prosperidad y humildes en la adversidad, como dijo Maquiavelo. La soberbia y la arrogancia como características notables de Pedro Sánchez, reflejadas en la ausencia de escrúpulos, la facilidad para el enojo, la carencia de autocrítica o la utilización de las personas como instrumentos a los que desechar en el momento necesario.
«Carpe Diem»
Horacio y su «aprovecha el día» (y la legislatura completa), parece haber sido el objetivo principal del presidente, desde aquel primer día, recién investido, en que se apropió del Falcon para ir a ver a los Killers. Pocas veces una primera decisión de tan negativo calado y resonancia ha definido su posterior acción y maneras de «gobierno» de una forma tan gráfica y premonitoria.