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Pedro Touceda en la redacción de El Debate

Pedro Touceda en la redacción de El DebateThorun Piñeiro

Entrevista a Pedro Touceda, escritor

Pedro Touceda: «He tenido que modificar pasajes del libro porque me encontraba partes en películas de estreno»

Pedro Touceda presenta Andanzas del Maravilloso Idiota y comparte con El Debate los entresijos de la composición de su novela

Ayer se presentó, en la Asociación de la Prensa de Madrid, la nueva novela de Pedro Touceda Andanzas del Maravilloso Idiota, publicada por la editorial asturiana Las 9 Musas.

Según su autor, «es un libro atípico en los tiempos que corren, donde la ficción se ha convertido en realidad». Podríamos definir a Pedro Touceda como un periodista todoterreno y como un artista poliédrico (novelista, poeta, director de cortometrajes y guionista).

A él le parecen acertadas esas descripciones, aunque puntualiza: «Soy una persona que hace cosas, como todo el mundo. Lo que ocurre, es que los artistas, lo que realizamos, solemos mostrárselo a los demás».

–Si no me equivoco, usted emprendió la carrera literaria muy joven. ¿Fue su primera vocación?

–En realidad mi primera vocación fue la de futbolista. A los quince años creé un equipo de fútbol de barrio, el C. D. Batán. Cuando me dirigí a la Federación Madrileña para inscribirlo me dijeron que era necesario ser mayor de edad. Entonces embarqué en la aventura a diferentes adultos y lo curioso es que, cincuenta años después, ese club todavía existe.

Cubierta del libro de Pedro Touceda

Cubierta del libro de Pedro ToucedaLas 9 Musas

Por aquella época comencé también a escribir redacciones picantes para las clases de Literatura. Organicé un gran escándalo, pero no me echaron del colegio. A los 22 años, recopilé un conjunto de relatos cortos y poco después autoedité mi primer libro, Un solo de calle, que lo vendía disfrazado de hombre-anuncio en el Rastro y algunos ámbitos literarios de Madrid. Fue en la Feria del Libro de 1985 donde me fichó el ABC mientras vendía libros escondido entre los árboles del Retiro.

–¿Quién es ese Maravilloso Idiota que recoge el título de su nueva novela?

–Es un viajero del siglo XVII que aparece, en misteriosas circunstancias, en unas islas pobladas por tribus caníbales. Es un personaje ficticio que, al carecer de memoria, realiza, al mismo tiempo, una odisea geográfica y existencial.

–Me viene a la cabeza Robinson Crusoe.

–En efecto, al principio de la novela, puede recordar a Robinson Crusoe, incluso al protagonista de El barón rampante, de Italo Calvino, pero creo que he logrado construir un personaje singular con su propio sello distintivo. Eso sí, reconozco haber tenido numerosas fuentes de inspiración, algunas literarias, pero la mayoría proceden tanto de experiencias que he vivido en primera persona como de cosas que he contemplado en el papel de espectador: desde la muerte de Bambi a las filmaciones de Osa y Martin Johnson; desde mis cursos de Antropología hasta mis visitas a distintas selvas.

–¿Se trata de una novela de aventuras?

–Sí, es una novela de aventuras que intenta compaginar la acción con un lenguaje muy cuidado, barnizado de clasicismo, y en ella se incluyen varios géneros literarios: hay pasajes eróticos, de intriga, cómicos… Incluso contiene dos crónicas periodísticas. Por una parte, es un homenaje a la literatura y al periodismo. Por otra parte, es un paseo por los claroscuros de la condición humana. Todo contado con mucha ironía y brochazos poéticos.

–¿Es cierto que ha tardado más de veinte años en terminarla?

–Comencé a escribir la novela a finales del siglo XX y la he terminado de escribir en enero de 2025. Lo que ocurre es que se me cruzaron otros proyectos por el camino. Entre 2002 y 2008 escribí y realicé tres cortometrajes, en 2009 creé y comencé a dirigir el Festival de Cine FIBABC, que tuvo más de diez ediciones; y en 2019 publiqué otra novela, Los elefantes andan descalzos y no usan paraguas.

–¿Ha cambiado mucho la obra a lo largo de estos años?

–En lo esencial, no. Pero durante un tiempo estuve representado por la agencia literaria de Antonia Kerrigan y, además de sugerirme cambiar el título original, que era Soniyare, también me invitaron a reducir el número de páginas: la primera versión tenía seiscientas y la actual no llega a las cuatrocientas.

También me ha ocurrido que, con el paso de los años, he tenido que modificar algunos pasajes porque me encontraba partes de mi novela en algunas películas de estreno. Yo había escrito mis textos años atrás, pero eran tan parecidos a lo que veía en la pantalla que, en algunos casos, no me quedó más remedio que modificarlos. Y no es que me copiaran ni nada por el estilo, porque era imposible que hubieran leído mi manuscrito, fueron puras casualidades.

–¿Por ejemplo?

–La primera versión de mi libro comenzaba de un modo similar a Apocalypto, película de 2006 dirigida por Mel Gibson. Tuve que hacer bastantes cambios debido a esto, mover muchas cosas de sitio. Pero, al final, creo que la novela no se resintió, sino que estas casualidades me han servido para pulirla y mejorarla. Andanzas del Maravilloso Idiota es una locura que estoy orgulloso de haber cometido.

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