Alaitz Leceaga, ganadora del Premio Fernando Lara de Novela
Entrevista
Alaitz Leceaga: «Quería rendir homenaje a los clásicos de misterio que he devorado»
La escritora bilbaína publica 'Hasta donde termina el mar', novela ganadora del premio Fernando Lara
La escritora Alaitz Leceaga, galardonada con el Premio de Novela Fernando Lara, publica su nueva novela Hasta donde termina el mar. Nacida en Bilbao y destacada en 2018 como autora revelación, llega a las librerías con una apasionante intriga sobre triángulos amorosos, suspense y miedo. Declarada amante de la lectura y en especial de las novelas clásicas, la escritora bilbaína muestra su lado más misterioso en una historia cuyo escenario natural es el pueblo de Ea, en Vizcaya.
–Ha recibido el Premio de Novela Fernando Lara este año, ¿qué supone para usted este galardón?
–El haber recibido un reconocimiento así es algo que me da la oportunidad de llegar a más lectores todavía. Y esto es, al final como escritora, lo que quiero, que se emocionen, que vayan pasando las páginas y que vivan la novela. Es algo muy bonito.
–En 2018 ya fue aclamada como autora revelación, ¿esto supone una presión mayor a la hora de publicar un nuevo trabajo?
–Te confieso que no lo pienso (entre risas). Mi mente no está en eso cuando estoy escribiendo o en el momento en el que la novela llega por fin a los lectores. Me gusta pensar en ese primer contacto que tienen los lectores cuando se acercan a la librería, ven la novela y la sienten suya. O cuando te empiezan a llegar los mensajes a través de redes. Pienso en eso cuando estoy escribiendo para no pensar en esa presión.
Quería que los lectores pudieran pasear también por esas calles
–La novela galardonada Hasta donde termina el mar es una historia en el que como en El bosque sabe de tu nombre y Las hijas de la tierra la naturaleza tiene un papel destacado. De hecho, la historia transcurre inspirada en el municipio de Ea, Vizcaya. ¿Por qué la elección de este lugar? ¿Qué le ha llevado a ambientar su historia en esta localidad del norte?
–Es curioso porque es la primera vez que una de mis novelas transcurre en un escenario real. Durante la fase de documentación, cuando ya tenía bastante claro la trama, la historia, tuve la oportunidad de acercarme a toda la costa y visitar diferentes pueblos. Cuando llegué a Ea y vi el encanto que tiene, que conserva sus calles, los puentes, las casas… me pareció que transcurría prácticamente como se cuenta en la historia y fue algo maravilloso. Quería que los lectores pudieran pasear también por esas calles que son por las que pasan los personajes en la novela.
–Tradición y naturaleza. ¿Le gusta reivindicar la naturaleza a través de su obra para una mayor conciencia en la sociedad?
–Para mí la naturaleza tiene un papel fundamental en las tres novelas y puede ser que en esta esté aún, un poco más marcado por la cercanía del mar. Estamos hablando de una novela que ocurre en 1900, un pueblo costero muy pegado al mar no solo por supervivencia sino por sus diferentes tradiciones y de alguna manera, esos elementos formaban parte de la vida de esas personas. Se levantaban mirando al horizonte esperando que el mar ese día estuviera a buenas con ellos. Saber que ese era su día a día me parecía imprescindible incluirlo en la historia.
–En la novela conjuga el género del misterio y la investigación, pero usted es una escritora experta en el realismo mágico, ¿cómo ha conseguido combinar ambas partes?
–En esta novela me acerco mucho más al misterio y a la intriga que en mis novelas anteriores y es algo que desde hace mucho tiempo tenía ganas de hacer. Quería rendir un homenaje a esos grandes clásicos de misterio y suspense que yo misma, como lectora, he disfrutado y devorado y que me encantan leer. Historias llenas de giros y tramas que de alguna forma van guiando a los personajes a lo largo de las diferentes pistas. Y por lo que respecta a combinar los dos estilos, a mi me gusta pensar que todos los elementos de mis novelas anteriores siguen presentes aquí. Encontramos leyendas, mitología, esa ambientación tan bien cuidada que me gusta representar, sobre todo ese ambiente brumoso, lleno de niebla… que invita al lector a tener tan presente ese mar tan vivo en la historia.
“Me considero una escritora muy afortunada”
–También en ella se descubre un simbolismo con los nombres que nos resulta muy peculiar dado que los protagonistas son Ofelia, Moisés, Ulises… En relación a ellos, ¿ha intentado realizar un homenaje a los autores de esas obras o a sus personajes?
–Me gusta pensar que a ambos. (Ríe) Es verdad que como autora siempre le doy mucha importancia a la construcción de los personajes y me gusta mucho ese simbolismo que comentas porque de alguna manera se establece un juego con el lector. Se consigue un lenguaje extra con el que el lector va viendo el nombre del personaje y consigue averiguar por dónde va a ir ese personaje, qué esperar un poco de él.
–Se podría decir que Ulises y Dylan son antagónicos el uno del otro, solo que existe la certeza de que Ulises admira a Dylan. Esta relación entre hermanos, influida por las acciones del padre, ¿es típica de las grandes novelas?
–Si que es verdad que me interesaba muchísimo escribir desde la voz masculina, sobre todo cuando se trataba de dos hermanos tan diferentes entre sí. Dos hermanos con dos caracteres tan marcados, tan opuestos, que al mismo modo tienen una relación tan cercana y especial. Era algo que me apetecía mucho hacer.
“Saber que ese era su día a día me parecía imprescindible incluirlo en la historia”
–La novela, además, aborda varios temas o cuestiones, siendo los más destacables el miedo, los conflictos familiares o incluso la muerte. Asimismo, existe un triángulo amoroso, ¿influye el amor en los otros temas de la novela? ¿Cuál es su papel?
–Quería darle mucha importancia a ese triángulo amoroso porque para mí es un hecho imposible porque para las tres personas involucradas sería muy difícil y doloroso cualquier posible elección. Y sí que es cierto que este hecho va marcando un poco sus decisiones.
–¿Condiciona entonces el transcurso de la novela?
–Efectivamente, a lo largo de la novela, de alguna forma, les va condicionando por completo. Ese no poder escoger, estar atrapado permanentemente en ese triángulo.
–Ha mencionado en el transcurso de la conversación la idea de convencer al lector con las historias que se le ofrecen. Hoy en día la lectura no está de moda entre los jóvenes: ¿Qué les diría para que leyesen su novela?
–Me considero una escritora muy afortunada porque entre mis lectores hay gente de todas las franjas de edad. Siempre que hago una presentación o una firma, percibo que tengo mucho público joven, muy entusiasta, que se acercan, me piden una foto, me contactan a través de redes sociales… Es una suerte como escritora porque te enriquece mucho escuchar el punto de vista de otras personas que ya no están en tu franja de edad y eso es algo que siempre agradezco.
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