Obras de construcción del Muro de Berlín en 1961
«El Túnel 29»: la gran evasión de la Guerra Fría
La periodista británica Helen Merriman describe con excepcional detallismo la crónica de la huida más audaz de la Alemania comunista.
El túnel era angosto. Para trabajar en él había que tumbarse de espaldas, boca arriba, cavar con las manos sobre la cabeza y depositar la tierra a un lado.
La fuga de 29 berlineses orientales entre el 14 y el 15 de septiembre de 1962, a través de un túnel de 135 metros de largo y 4 metros de profundidad justo debajo del Muro de Berlín, es uno de los episodios más extraordinarios de la Guerra Fría.
Salamandra / 392 págs.
El Túnel 29
Para construirlo, decenas de voluntarios se empeñaron, por turnos, durante cuatro meses arriesgándose a posibles derrumbes de la galería, o a ser detenidos por los policías de Alemania Oriental y encarcelados. Los excavadores, algunos de ellos estudiantes de ingeniería de gran audacia, pensaron en todos los inconvenientes.
Instalaron vigas de madera para evitar el colapso de las paredes arcillosas, una tubería para recibir aire fresco, un sistema de cableado para iluminar el túnel y raíles para quitar la tierra mediante una carretilla.
La periodista británica Helena Merriman entrevistó a los protagonistas vivos de aquella hazaña, consultó sus archivos y buceó en los documentos de la Stasi, los temibles servicios secretos de Alemania Oriental.
El resultado lo plasmó en el exitoso podcast de la BBC El Túnel 29. Salamandra trae en español la versión en libro de aquella investigación periodística, una crónica de espías en el Berlín de la Guerra Fría cuya lectura resulta electrificante.
Ulbricht, ordenó el cierre de la frontera con una alambrada que sería sustituida por el muro de hormigón
El gran protagonista de esta historia es un joven de 22 años llamado Joachim Rudolf. Con el recuerdo de su éxodo, de niño, de la granja rural en la que vivía con su familia por el empuje del ejército soviético durante el colapso de la Alemania nazi, y de la pérdida de su padre muerto en un campo de concentración ruso, Joachim toma le decisión de huir de Berlín Oriental.
El 13 de agosto de 1961 Berlín amanece dividida. El mandatario comunista de Alemania Oriental, Walter Ulbricht, ordenó el cierre de la frontera con una alambrada que en las semanas posteriores sería sustituida por el denostado muro de hormigón.
Los intentos de huir al sector occidental se sucedían. Algunos tenían éxito, otros acababan con la muerte de los fugitivos, tiroteados por los vopos, la policía fronteriza de la Alemania comunista. Joachim contempla el muro y decide que no quiere ser prisionero. Junto con su amigo Manfred traza un plan y consigue escapar por una zona boscosa donde el muro todavía no había llegado.
Le proponen una idea loca: la construcción de un túnel bajo el Muro de Berlín para ejecutar una evasión masiva
Instalado en Berlín Occidental, y tras un período de difícil adaptación, entró en contacto con el Grupo Girrman, una organización dedicada a ayudar a otros berlineses orientales a escapar. Los responsables del Grupo Girrman le proponen, entonces, una idea loca: dirigir la construcción de un túnel bajo el Muro de Berlín para ejecutar una evasión masiva.
La construcción del Túnel 29 y la huida masiva de personas desde Berlín Oriental no fue la única, pero sí la más mediática. A ello contribuyó el momento en que se produjo, cuando la construcción de túneles bajo el muro se consideraba una misión suicida.
Pero, sobre todo, contribuyó a mediatizar la operación el documental que grabó in situ la NBC, que aceptó financiar la construcción del túnel a cambio de meter sus cámaras hasta en el rincón más recóndito de la galería.
La NBC aceptó financiar la construcción del túnel a cambio de meter sus cámaras hasta el rincón más recóndito de la galería
Merriman narra con gran eficacia el día a día de los excavadores, el contexto histórico de la Guerra Fría, la construcción del Muro de Berlín, y la huida en un emocionante thriller que constituye una lección magistral de periodismo.
La periodista británica también describe con dramático realismo la psicosis del régimen comunista de la Alemania Oriental, cómo los servicios secretos de la Stasi convirtieron el país en un Estado de vigilancia obsesiva.
Muestra al lector los horrores de las torturas en las cárceles estalinistas de Alemania Oriental, como la Hohenschönhausen, los juegos de espionaje y contraespionaje de agentes secretos infiltrados en las filas enemigas (como Siegfried Uhse), o la «geopolítica del muro» ejercida por Kennedy y Nikita Krushev.
Al acabar la lectura de El Túnel 29 es inevitable pensar en George Orwell y llegar a la conclusión de que su 1984 no es una predicción futurista de un régimen totalitario convenientemente exagerado para lograr un mayor impacto en el lector.
Lo que describe Orwell en su obra más conocida es una descripción fiel de su presente, de los regímenes totalitarios, nazi y comunista, que vivió y sufrió en el siglo XX. La obra de Merriman ofrece un testimonio más los crímenes del totalitarismo comunista que, durante demasiado tiempo, dominó la mitad de Europa.
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