Carlos Sainz volvió a fallar cuando no tocaba y se está quedando sin oportunidades

Carlos Sainz ha tenido que sobreponerse a un Gran Premio de Canadá lleno de obstáculos. El fin de semana comenzó torcido desde la clasificación, cuando un incidente con el Racing Bulls de Isack Hadjar arruinó su vuelta rápida y lo relegó a las últimas posiciones de la parrilla.

Ya en carrera, y partiendo desde atrás, su estrategia se centró en conservar los neumáticos al máximo para poder alargar los relevos y escalar posiciones aprovechando las paradas de sus rivales. La táctica dio sus frutos en la primera mitad de la prueba, y tras 30 vueltas, Sainz rodaba en novena posición, con Fernando Alonso justo por detrás. Ambos españoles protagonizaban una sólida remontada y demostraban su habilidad al volante pese a las circunstancias adversas.

Sin embargo, un problema en su monoplaza —que ha limitado su rendimiento— impidió que pudiera luchar por más. Finalmente, cruzó la meta en décima posición, rescatando un valioso punto en una carrera marcada por la falta de fortuna y fiabilidad. Aun así, era una carrera donde se preveía un magnífico resultado de Williams, por lo bien que iba su monoplaza en Canadá y por mucho que le faltase suerte a Sainz, la realidad es que sigue sin cumplir con las expectativas.

Palabras de Carlos Sainz Jr.

Lo que parecía ser una carrera cuesta arriba para Carlos Sainz en Montreal terminó con un pequeño premio, un punto que, sin embargo, no logró calmar su frustración. El piloto madrileño fue claro tras bajarse del coche, reflejando un sentimiento de impotencia ante un fin de semana que no salió como esperaba: «Si ayer me dices que saliendo el decimosexto acababa sumando un punto, seguramente diría que estoy orgulloso y contento. Pero la realidad es que no lo estoy».

Y es que Sainz es consciente de que su temporada hasta la fecha está siendo decepcionante. Su compañero Alex Albon —en teoría segundo piloto— le saca un gran número de puntos en el Mundial y no está sabiendo exprimir el coche. Tenía una oportunidad de oro para demostrar que puede ser el líder de una gran escudería, pero de momento la está desaprovechando.

Bien es cierto que en esta ocasión hubo factores externos que él no puede controlar. Sainz tuvo que lidiar con un problema técnico que limitó notablemente su rendimiento. Un fallo de refrigeración en su Williams condicionó su ritmo desde el primer momento. «No pudimos apretar en toda la carrera. Tuve que ir gestionando un problema de refrigeración que afectaba a todo: frenos, unidad de potencia... íbamos dos o tres décimas más lentos de lo que podríamos», explicó.

Pese a las limitaciones, el español logró mantenerse dentro del top 10, una señal de que el monoplaza tiene margen competitivo. Aun así, la constante necesidad de gestión le impidió mostrar todo su potencial. «Conseguimos meternos en el top 10, por lo que el ritmo debía ser bueno, pero pasamos toda la carrera gestionando el problema. No es la primera vez que nos pasa esto. Llevamos varios fines de semana sin conseguir tener todo bajo control desde el viernes», lamentó.

Confía en remontar

Sainz ve potencial en su coche, pero insiste en que el equipo necesita dar un paso adelante si quiere aspirar a más: «Tenemos que mejorar en este aspecto como equipo, porque el coche tiene potencial. Simplemente, fuimos desafortunados en la qualy con el incidente con Hadjar, pero en la carrera aunque recuperamos, la pasamos entera a medio gas».

El madrileño es consciente de que atraviesa una etapa en la que los resultados no reflejan el esfuerzo y el nivel de pilotaje mostrado: «En la carrera de un piloto hay períodos en los que nada encaja. No sé si es mala suerte o que simplemente las cosas no se dan, pero intento mantenerme positivo porque el ritmo y mi adaptación al coche son buenos. Me siento como en casa y creo que estoy empujando al equipo hacia adelante, pero los resultados no llegan a pesar de tener el ritmo».

En las últimas vueltas, Sainz protagonizó una intensa batalla con Ocon, aunque no logró adelantarlo. Aun así, mantiene la esperanza de que una mejor racha llegue pronto: «Estoy convencido de que cuando cojamos impulso y las cosas empiecen a encajar, los resultados llegarán. Solo necesitamos ese punto de inflexión para arrancar una buena segunda mitad del año».