El centrocampista del Madrid está cumpliendo su 12ª temporada en el club blanco a sus 38 años
La continua pelea de Modric por seguir siendo importante en el Real Madrid
Su creciente protagonismo se entiende por la búsqueda de Ancelotti de ayudarle desde la pizarra
Mbappé no ha rechazado ninguna oferta del Real Madrid y solo tiene dos propuestas: la española y la del PSG
El pasado mes de septiembre, Luka Modric cumplió 38 años. Para un centrocampista como él, que lo ha ganado todo, o casi todo, e incluso aquellas instancias en las que se le negó la gloria, principalmente en la selección con Croacia, les llevó hasta cumbres inexploradas previamente para ellos, lo normal con esta edad sería haberse retirado o disfrutar de los millones procedentes de ligas menos competitivas.
Por comparar a Luka con otros grandes centrocampistas de este siglo, a la edad del croata todos habían dejado ya la élite. Ya fuese para irse a ligas menores con altos salarios, como es el caso de Andrés Iniesta o Xavi por Asia, o de leyendas internacionales como Andrea Pirlo, Steven Gerrard o Frank Lampard que se marcharon a Estados Unidos. Incluso un caso que se le podría asemejar, como es el de Zinédine Zidane, por eso de retirarse en lo alto, guarda una gran diferencia: el francés puso fin a su carrera con 34 años. Modric va para 39.
Esta temporada, entre su significativa edad y los fichajes del Real Madrid en el medio, donde cuenta con varios de los llamados a dominar los próximos años, parecía que era la del cambio de paradigma en el minutaje del 10 blanco. Asumir un rol más secundario, como podría ser el de Xavi Hernández en la temporada 2014/15 del Barcelona, la del triplete, cuando perdió su hueco en el once titular en detrimento de Ivan Rakitic.
De los últimos siete partidos del Real Madrid, los siguientes a un par de semanas en las que Luka estuvo fuera por molestias, Modric ha sido titular en seis de ellos. La única excepción es el partido de Copa del Rey ante la Arandina donde, obviamente, Carlo Ancelotti optó por suplentes. ¿Ha recuperado, por tanto, Luka Modric su sitio en el once titular del Real Madrid?
Luka Modric, con una vista total del Bernabéu por dentro (y con el techo puesto), en el último partido del Real Madrid
No hay que dejar fuera de la ecuación la acuciante plaga de lesiones en el Santiago Bernabéu. No únicamente en las posiciones de mediocampo, las que más podrían repercutir directamente al croata, sino también, y principalmente, en la parcela defensiva donde la falta de efectivos está obligando a Ancelotti a tirar por soluciones de urgencia -Tchouaméni de central, Camavinga de lateral-.
Un cambio de esquema que le favorece
El Real Madrid arrancó la temporada formando con un rombo en el mediocampo, 4-3-1-2, con Jude Bellingham como vértice del mismo. Ahí Modric, entre el recorrido de Valverde, el control que ejerce Toni Kroos, la calidad de Camavinga o la capacidad para sujetar de Tchouaméni, vio limitados sus minutos.
El fútbol de Modric en 2024 ha perdido mucho motor físico, por lo que sus movimientos deben ser más cortos y más concretos. En ese esquema del rombo, sin extremos, a los interiores se les pide mucho recorrido para llegar a tapar fuera y al mediocentro para equilibrar por dentro. Era un fútbol que se le estaba escapando a un Modric que, además, falto de ritmo tras la pretemporada, tuvo problemas para asentarse en esos primeros meses de temporada.
Sin embargo, pese a que esa idea estaba funcionando, Ancelotti decidió seguir moviendo el árbol, no caer en la inmovilidad. Cambió el esquema del equipo pasando a un 4-2-2-2, con Valverde como ese media punta por derecha y Bellingham en la izquierda. Bajo esta idea, con un doble pivote, a Modric se le han abierto más posibilidades.
La influencia de Toni Kroos en el actual Real Madrid es innegable. Su altísimo nivel actual y su capacidad para organizar desde el pase, marcar los ritmos del partido y dictar las posesiones de los blancos le convierten en un jugador totalmente irremplazable en el equipo. Por lo tanto, eso deja un hueco para repartirse entre Modric y los dos franceses, Aurélien y Eduardo.
En el Real Madrid no se organizan en torno a las posiciones de partida, sino por la ubicación del balón.
Entre los problemas físicos de ambos jugadores galos y el requerimiento de que actúen en otras posiciones, a Modric se le ha abierto una puerta al equipo que explica su gran carga de minutos detallada previamente. Pero no solo está buscando Ancelotti ayudar a su número 10 desde el esquema, también desde la manera de jugar.
El Real Madrid actual es un equipo de mucho movimiento, constante intercambio de posiciones y de zonas en las que actuar y de juntarse alrededor del balón. El gol el otro día de Ferland Mendy, lateral izquierdo, atacando el primer palo en el área en un centro desde la derecha no fue casual: el Madrid fomenta ese tipo de jugadas porque no se organizan en torno a las posiciones de partida, sino por la ubicación del balón.
Esto provoca que el equipo esté muy juntito, con constantes líneas de pase para el poseedor y sin distancias largas que recorrer. En definitiva, un fútbol que beneficia a la edad de Modric y le permite racionar esfuerzos para durar en los partidos.
No todo es idílico y es que, obviamente, la edad pesa y al tiempo no se le puede ganar. En el reciente derbi ante el Atlético Madrid, el abultado marcador se explica por una falta de contundencia de ambos equipos para cerrar filas y evitar los golpes rivales. Entre que Tchouaméni no estuvo bien y que a Modric ya no se le puede pedir el recorrido y la capacidad de ganar duelos de antaño, el Madrid se desangró por dentro hasta que entró Kroos y puso calma y orden.
Habrá que ver cuáles son los siguientes pasos de Modric -no esconde su deseo de seguir yendo con Croacia, empezando por la Eurocopa de este verano- y si abandona el Madrid -los millones saudíes ya le han tentado- poniendo fin a una carrera de leyenda. Hasta entonces, Ancelotti buscará exprimir hasta la última gota del que ya puede ser considerado uno de los más grandes centrocampistas que ha vestido la camiseta blanca. Como si eso fuese poco.
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