Dani Olmo acerca un poco más al Barça al título de Liga y le da la 24ª victoria de la temporada

Lo intentó de todas las maneras. Tiró a puerta más de 20 veces durante la primera parte y llegó a pensar que iba a acabar pinchando a las puertas de la final de Copa, pero Dani Olmo, en la primera jugada de la segunda mitad, aprovechó un mínimo resquicio en la defensa del Mallorca para darle al Barça una nueva victoria que le sabe a gloria (1-0).

El de este martes fue uno de esos partidos que no admiten relajación. Las jornadas intersemanales siempre tienen estas cosas. Para afrontar el duelo frente al Mallorca, el Barça optó por combinar futbolistas titulares con algunos menos habituales y lo que más sorprendió fue la presencia en el once inicial de un Ansu Fati que llevaba sin salir de inicio desde el 20 de octubre de 2024, partido en el que el Barça le ganó 5-1 al Sevilla.

A pesar del día y la hora, el estadio Olímpico de Montjuic presentó una buena entrada, la suficiente como para animar al Barça en busca de una nueva victoria en casa antes de la gran final de Copa que el conjunto culé disputará el próximo sábado frente al Real Madrid en La Cartuja de Sevilla.

Los de Hansi Flick arrancaron con dinamismo, pero sabiendo que iban a tener que trabajar para derribar el bloque bajo que plantó el Mallorca sobre el césped de Montjuic. Todo hacía indicar que iba a ser un partido cerrado y el conjunto bermellón tenía muy clara la forma con la que hacer frente al juego ofensivo de los culés y de buscar las opciones al contragolpe.

Pasaban los minutos, y todo seguía igual. El Barça tenía el control del partido y se acercaba con bastante facilidad al área del Mallorca, pero en los metros finales faltaba encontrar la forma de batir a un Leo Román infranqueable bajo palos. El guardameta balear se estaba luciendo y le vino a decir a los atacantes culés que se lo iban a tener que ganar si querían marcar el 1-0.

Tras ese tramo de partido, el Barça sometió más todavía al Mallorca. El balón le duraba muy poco al conjunto de Jagoba Arrasate, la sensación de asfixia estaba ahí y sólo les quedaba rezar para conseguir que el equipo azulgrana no lograra irse al descanso con ventaja en el marcador. Los baleares estaban llevando a cabo un ejercicio de resistencia formidable y encontraron la forma de exasperar a los barcelonistas, que estaban buscando el gol de todas las maneras posibles.

En poco más de 40 minutos, el Barça tiró 20 veces a puerta. El problema es que esa superioridad no estaba sirviendo para nada y los pupilos de Hansi Flick llegaron al tiempo de descanso con una sensación de impotencia tremenda.

Un minuto es suficiente para el 1-0

El 0-0 no le valía al Barça. Fue un quiero y no puedo en toda regla, pero los culés sabían que la resistencia del Mallorca no iba a durar para siempre y si seguían probando a Leo Román el gol iba a caer.

El Mallorca salió frío a la segunda parte y en la primera jugada de la misma llegó el ansiado gol del Barça. Eric García cazó un balón en el costado derecho del área de los bermellones, levantó la cabeza, colocó un pase hacia el interior del área y allí apareció Dani Olmo para enviar el esférico al palo largo de la portería de Leo Román y lograr, por fin, el 1-0.

La sensación de alivio de los culés fue evidente. En tan solo un minuto consiguieron lo que no pudieron hacer en 45 y se fueron a por más. El resultado era corto y había que matar el partido lo antes posible.

No obstante, el de este martes era uno de esos partidos en los que se vio que el gol estaba caro y que el resultado no iba a ser demasiado abultado. Bien por la falta de eficacia del Barça o por una versión muy solvente de Leo Román, al que el Mallorca le tenía que estar muy agradecido. Que el marcador fuera sólo de 1-0 era un tanto milagroso por la sensación de superioridad de los azulgrana. Pero cuando la pelota no quiere entrar no hay nada que hacer. Y así acabó un partido en el que el Barça consiguió marcar para sumar un nuevo triunfo en Liga.