El Real Madrid cierra su última función del año en el Bernabéu con final feliz

El Real Madrid cerró su último partido de Liga en el Bernabéu. Y lo hizo con victoria, con un doblete de Mbappé, que le sirvió para encarrilar el pichichi y la bota de oro, y con las emociones a flor de piel (2-0).

El de este sábado era un día de despedidas en el estadio Santiago Bernabéu y en los aledaños del coliseo blanco había, como es lógico, ambiente de nostalgia, pero, al mismo tiempo, de agradecimiento para dar el último adiós a Carlo Ancelotti y a Luka Modric.

El partido, como tal, era lo de menos, pero una cosa no quitaba la otra. El Real Madrid quería cerrar la Liga con una victoria y brindarle un último triunfo al técnico italiano y al centrocampista croata antes de cambiar el chip y centrarse en el Mundial de Clubes.

Para intentar sumar los tres últimos puntos del año en el Bernabéu, el Madrid afrontó el inicio del duelo con paciencia y tranquilidad. Los blancos querían ganar pero al no haber nada en juego se tomaron el partido con calma. Y cada vez que traspasaban la línea del centro del campo, todos los balones iban dirigidos hacia Luka Modric.

La mayoría de jugadas de peligro nacían de sus botas y cuando recibía el esférico, el croata levantaba el periscopio para ver si había algún compañero desmarcado en el área, donde los defensores de la Real esperaban ordenados para cortar las ocasiones de peligro.

El Madrid siguió tanteando al conjunto donostiarra y cuando el minutero se estaba aproximando al minuto 40, Melero López recibió la llamada del VAR. Pablo Marín tocó un tiro de Arda Güler con la mano dentro del área y el penalti era claro.

El colegiado andaluz señaló la pena máxima y Mbappé cogió el esférico. El francés tiró y cuando todo el Bernabéu estaba cantando el gol el disparo fue detenido por Marrero. Por suerte para Kylian fue una parada a medias. El portero de la Real dejó el balón suelto y el francés aprovechó el rechace para poner el 1-0 en el marcador y hacer que el Madrid se fuera ganando al descanso.

En busca de la sentencia

Tras el paso por vestuarios, el plan de partido del conjunto blanco se mantuvo intacto. El Real Madrid no tenía prisa, el resultado le era favorable e iba a seguir buscando el área rival con parsimonia y sin caer en la precipitación. El que tenía que arriesgar era la Real Sociedad.

Fue entonces cuando Ancelotti decidió hacer los dos primeros cambios de la tarde. Brahim y Tchouaméni se fueron al banquillo; Vinicius y Vallejo entraron al terreno de juego para disputar algo más de media hora, en la que el Real Madrid buscaba sentenciar un partido que no estaba teniendo gran cosa. Pasaban los minutos y la posesión era madridista, pero no había ocasiones de peligro ni del Madrid ni de la Real. Se notaba que no había nada en juego y daba la sensación de que ambos equipos habían pactado acabar 1-0.

Antes del 75', hubo una ligera amenaza de la Real Sociedad que fue señalada como penalti, pero la jugada fue invalidada por fuera de juego. Respiró aliviado el Bernabéu. Ese posible 1-1 le hubiera dolido al madridismo teniendo en cuenta el contexto del partido.

Sin embargo, lo que llegó minutos después fue la sentencia del Real Madrid. En una jugada que nació en el centro del campo, Vinicius avanzó unos metros y vio solo a Mbappé en el área, que batió a Marrero por el palo corto para firmar su doblete particular y dejar aún más encarrilado el pichichi y, por ende, la bota de oro.

Después del 2-0, el Bernabéu se cayó para despedir a Luka Modric. El croata fue despedido con una ovación tremenda y fue abrazado por Toni Kroos (como lo leen) en el banquillo. En su lugar entró el canterano Chema Andrés. Ahí se acabó el partido y la temporada para el Real Madrid.