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El colapso de la vivienda ha llevado a pedir hasta 30 euros por visita

El colapso de la vivienda ha llevado a pedir hasta 30 euros por visitaEuropa Press

El infierno de buscar piso: de los 30 euros por visita a las 27 familias por anuncio

Alquilar o comprar un piso en algunas capitales españolas se ha convertido en una especie de subasta donde se puede pedir dinero hasta por conocer una vivienda

El mercado inmobiliario lleva dos años experimentando subidas de precio descontroladas y una inestabilidad de la que se aprovechan muchos dueños en las grandes capitales españolas.

Comprar y alquilar es más difícil debido a las subidas de tipos de interés y a un euríbor que desde abril de 2022 se tornó en positivo de los -0,50 % al 4,16 % de octubre de 2023 y a la tasa actual de 3,7 % que ha dado algo de respiro a muchas hipotecas variables.

En ciudades como Madrid, Málaga, Valencia o Huesca el precio ha subido alrededor de un 20 % interanual con el metro cuadrado al borde de los 6.000 euros en la capital y casi en 7.000 euros en San Sebastián.

El interés por alquilar una vivienda no decae y los datos del portal Idealista aseguran que hay 27 familias interesadas en cada anuncio que se publica en su plataforma. «Una cifra que es un 55% más elevada que la registrada en el mismo periodo de 2023, cuando recibían de media 17 contactos», explican.

Destrucción de oferta

Según Francisco Iñareta, portavoz de idealista, «estas cifras ponen de manifiesto que la destrucción de oferta que provocan las políticas en materia de alquiler sigue empeorando las posibilidades de acceder a una vivienda, con especial incidencia en jóvenes y familias vulnerables».

El fenómeno de la altísima demanda y de la poca oferta tiene una incidencia distinta en las diferentes capitales. Madrid y Barcelona son los grandes mercados donde el número de familias que aspiran a alquilar cada vivienda es mayor, con 41 y 40 contactos por anuncio, respectivamente. Entre los grandes mercados, les sigue Palma (38 familias), Valencia (29 familias), Málaga (28) y San Sebastián (28). Por debajo de la media nacional, se encuentran Bilbao (26 contactos por cada anuncio), Sevilla (25) y Alicante (22).

Pagar por visitar

Los abusos también aparecen ante un mercado saturado. Leer en un anuncio «Si quieres visitarlo, 30 euros. Curiosos no», da cuenta de cómo se las gastan algunos propietarios en Madrid o en Málaga.

Este caso fue denunciado en el programa Espejo Público hace unos meses. El propietario aseguró que ese piso «antes era un locutorio» y desde hace siete años se convirtió en una casa que «ahora se vende por 340.000 euros». «Mi tiempo lo vale. Así me quito de morosos y curiosos. Las agencias se quedan con un 6 % de la venta, yo solo te lo cobro», explicaba.

Las agencias se quedan con un 6 % de la venta, yo solo te lo cobroPropietario de una vivienda

Daniel tiene un piso alquilado en San Blas (Madrid) por 1.100 euros al mes y puso su renta en manos de Alquiler Seguro. «Se quedan con el 5 % o el 7 % si se hacen cargo hasta de los desperfectos, pero es un alivio después de lo que pasamos con el anterior inquilino», explica.

«Empezó a debers mensualidades, no pagaba los suministros y nosotros se lo adelantábamos hasta que ya no pudo más. Nos decía que no podía irse, que esperáramos... no quisimos denunciar porque el abogado nos dijo que serían ocho meses de trámites y en ese caso no cobrábamos seguro. Al final, pagó lo que pudo y decidió irse, algo que valoramos porque podía haberse atrincherado», recuerda.

Aval bancario

La práctica de Daniel es habitual, pero hay otros propietarios que exigen mucho más. Marina asegura que pide «aval bancario de seis mensualidades» porque se lo recomendó su abogada. La fianza va por otro lado y se pueden pedir hasta dos meses porque «ese dinero es para desperfectos, yo pido aval por si dejan de pagarme que responda el banco», comenta Marina.

Pido aval bancario de seis mensualidades por si dejan de pagarme, que responda el bancoMarinaPropietaria

Acceder a una vivienda es una gimkana en España. La ley de Vivienda ha puesto muchas más piedras en el camino que soluciones. Y los problemas llegan para las dos partes. Los propietarios no se fían de a quién alquilan su casa porque ahora es más fácil no pagar y que sigan viviendo allí y los inquilinos necesitan pasar por unos filtros impensables hace años para asegurar las cuotas mensuales, ya de por sí elevadas.

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